𝑳𝒂 𝑺𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂 #2

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Narra Brisa

Llegamos a la habitación, tome la pequeña caja que se encontraba encima de mi maleta, entre al baño me di una ducha corta y decidí colocarme la lencería que mi hermana me regaló (imagen en galeria) acomode bien, cepille mi cabello quitando todo rastro de maquillaje en mi rostro, di un largo suspiro y decidí salir con mis tacones color negros para poder verme más alta.

Narra Brian

Su cuerpo era hermoso, sus curvas definidas me instaban a pecar. Me acerque a ella y la tomé por la cintura, mis labios atacaron los de ella sin piedad.

Sin poder evitarlo el beso comenzo a subir de intensidad, con pequeños pasos nos dirigimos hasta la cama de la habitación. Delicadamente la posicione en medio de la cama, acariciaba todo su cuerpo provocando que pequeños jadeos salieran de sus labios.

Dirigí mis manos hasta el broche de sus sosten y lo quite, sus pechos salieron volviéndome aún más loco. Quería hacerla mía de una maldita vez así que quite las pequeñas prendas que aún quedaban en nuestros cuerpos.

Brisa: Hazlo, entra en mí  (sus suplicas provocaron una sonrisa en mí)

Decidí no hacerlo aún, quería divertirme un poco. Lentamente frotaba nuestras intimidades, la habitación estaba llena por nuestros gemidos.

Queria hacerla mía pero también quería hacerla disfrutar. Comencé a besar su cuello lentamente, baje mis besos hasta uno de sus pechos un gran gemido abandonó sus labios. El poco autocontrol que tenía lo perdí, no podía más así que me posicione entre sus piernas. Lentamente entre en ella, los gemidos no se hicieron esperar.

Entraba lentamente y después aceleraba el ritmo, sus manos se aferraban a mi espalda. Cada vez el ritmo era más intenso, la sensación de estar dentro de ella era una de las más placenteras.

Brisa: Estoy cerca (habló con la voz entrecortada).

Aceleré el ritmo, yo también estaba cerca. Poco a poco los espasmos comenzaron a llegar, habíamos llegado al tan esperado clímax.

Nos reincorporamos sobre la cama, Brisa recostó su cabeza sobre mi pecho y yo pase mi brazo sobre su cintura. Lentamente caímos en un profundo sueño.