2- REENCUENTROS

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2- REENCUENTROS

La sirena que indicaba el comienzo de un nuevo día sonó atronadoramente. Me tapé los oídos con la almohada y me quejé. Solo teníamos diez minutos para prepararnos o al menos vestirnos, me di la vuelta y debí de quedarme dormida.

- ¡Venga, levántate! - gritó Loti en mi cara- ¡queda un jodido minuto!

Abrí los ojos de par en par. Mierda. Nunca me había pasado nada así. Ni siquiera con resaca (y no eran pocas veces). Me quité el pijama corriendo y lo aturulle en el suelo. Corriendo me puse un sujetador negro cuando empece a oír.

- Cuatro....Tres.... Dos.....Uno!!!!

- No, no, no- empece a decir mientras Carlota hacia mi cama, me pasó unos shorts vaqueros pero fue inútil.

- ¡YA! - Un batallón de tíos macizos entró en mi habitación justo cuando acababa de abrocharme los pantalones. Pero, por desgracia, no me había puesto la camiseta y al aire estaban mis pechos sujetos y tapados por el sostén negro, mi pircing del ombligo y el hada gótica que tengo tatuada en la cadera.

Un montón de silbidos inundó el cuarto, y yo no pude evitar sentirme como un trozo de carne. Miré el rostro de los seis chicos que estaban en mi cuarto ( siete si contábamos el de Samu el monitor) y, como no, entre ellos estaba el nuevo. En primera fila, relamiéndose con la mirada. Me dí la vuelta como si nada y me agaché para coger la camiseta que estaba en la cama.

- Mmm... este es nuevo - Dijo Samuel tocando la enredadera que cruzaba mi espalda desde el hombro derecho hasta la cintura del lado izquierdo - Me gusta.

- Pues míralo bien -dije- porque no los vas a volver a tocar - Me dí la vuelta y tapé mi cuerpo con la blusa negra que acababa de coger. Lo dije tan fríamente que los tios empezaron a murmurar woos....- Y, chicos, ya se acabo el espectáculo- dije saliendo de mi habitación. Carlota salió detrás de todos los chicos.

- ¿Se puede saber que narices te ha pasado?- Me inquirió

Yo me encogí de hombros con indiferencia dándole a entender que no la entendía.

-Podías haberme pasado un vestido- dije señalándola

  Tenía el pelo rubio (teñido) mojado que le caía a ambos lados de la cara y por la espalda en unos rizos definidos. Contrastaban con su moreno de playa. El verde de sus ojos y el vestidito de verano que llevaba le daba un aire de playista. A diferencia de mi, que llevaba unos shorts vaqueros y una blusa negra de manga corta que no me favorecía para nada. Mientras que ella se había teñido el pelo de rubio yo me lo había teñido tantas veces y de tantos colores que ya no recuerdo ni como es mi pelo natural. Ahora esta en un tono cobre tirando para granate. Y a pesar de que también estoy morena no resalta nada, ya que mi pelo es oscuro y mis ojos son marrones. Soy alta (un poco mas que Carlota) y el pelo me llega un poco mas abajo de los hombros. ¡Oh no! ¡Mi Pelo! Mientras íbamos por el pasillo de la nave del al lado (el comedor y la cafetería) iba mirando en busca de un espejo o algo en lo que poder mirarme. Miré a Carlota que a su vez me miró.

-¿Como está mi pelo?- susurre. Ella sonrió y alargo la mano para colocarme bien el flequillo de lado, luego levantó el pulgar en señal de "perfecto" que es lo que suele decir Adrian cuando lo hace.

   Avanzamos por el comedor con las bandejas de la comida repletas de cosas, en la de Loti había tostadas, galletas y un tazón de leche con cereales, mientras que en la mía había un fantástico café, bollitos de chocolate, algo de fibra (supuestamente es una barrita de muesli) un zumo de naranja y una manzana.

    Nos sentamos en la mesa de siempre y no tardaron en llegar dos chicos, que no estaban para nada mal, a sentarse a nuestro lado. Los reconocí de que estaban en mi habitación. Les sonreí ampliamente mientras babeaban.

El secreto, un refugioWhere stories live. Discover now