𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐑𝐄𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒

-Remus Lupin 02

Luego de la pelea que habías tenido con tu mejor amigo no habías podido evitar sentirte terrible. Durante una semana entera estuvieron sin hablarse. Cada vez que te veía, Remus bajaba la mirada apenado o simplemente se marchaba. Te odiabas por haberlo hecho sentir mal.
Te imaginabas lo duro que debía de ser para él toda aquella situación y por eso lo único que querías era acercarte a él.

La tarde del domingo te encontrabas recostada en el césped observando el cielo, mientras al lado tuyo estaban sentados Lily y James, dándose cariños.

-Entiendo que se quieran mucho, pero no tienen que comer delante de los pobres -te quejaste con un bufido.

Escuchaste una risa de parte de tu amiga. Hace poco ambos se habían puesto de novios y no podías evitar sentirte muy feliz por ellos, pero a la vez verlos juntos te recordaba lo sola que estabas.

-Sabes que es tu culpa estar sola, ¿no? -dijo Lily de repente llamando tu atención.

Desviaste la mirada del cielo a ella con el ceño fruncido.

-¿De qué hablas? -preguntaste algo confundida.

-De Remus -dijo James metiéndose en la conversación- Te ha estado dando señales desde que empezó el año, pero no te diste cuenta.

-¿Señales? -volviste a preguntar más confundida que antes.

-¿Qué tan distraída tenes que ser? -se quejó Lily- Vamos, Remus está enamorado de vos prácticamente desde que se conocieron. Y se que vos también lo estas de él, es obvio cuando lo miras.

Te quedaste muda sin saber que decir. ¿Remus enamorado de vos? Eso te sonaba imposible. Pero si estaba en lo cierto cuando mencionó que estabas enamorada de él.

-Y ahora que no se hablan, se encuentra más decaído de lo normal -agregó James.

Sin decirles nada te levantaste de allí y entraste corriendo al castillo. James y Lily te miraron, te conocían demasiado bien para saber lo que ibas a hacer.

Buscaste a Remus por el castillo. Primero por el Gran Comedor, luego por las mazmorras, por último fuiste hasta la sala común. Allí lo viste recostado en uno de los sofá. Tenía los ojos cerrados por lo que supusiste que estaba durmiendo. La sala común a parte de él estaba totalmente vacía ya que era un día soleado y caluroso.
Lo observaste atentamente. Podías ver las ojeras que tenía bajó sus ojos, sabías que eran por no descansar bien. También, las cicatrices que llevaba en su rostro. Te dolía verlas, saber que eran a causa de dolor.
Acariciaste su mejilla suavemente y al notar qur abría los ojos te sobresaltaste.

Remus se incorporó mirándote adormilado.

-Lo siento... y-yo... -no sabías que decir de los nervios.

Dejándote totalmente sorprendida, Remus tomó tu mano y tiró de ella sentandote a tu lado. Antes de que pudieras decir algo, te abrazó y hundió su rostro en tu cuello, como queriendo esconderse.

-Por favor, quédate conmigo... -murmuró provocando que tu corazón se acelerara- Te necesito a mi lado, sos lo que me da fuerzas.

Lo abrazaste acariciando su cabello. Cerraste los ojos y soltaste un suspiro.

-Jamás podría dejarte Remus, perdóname por como reaccione. Sabiendo que era un momento difícil para vos en lugar de apoyarte, huí.

Él se separó unos centímetros de vos para poder observar tu rostro. Acarició tu mejilla con cariño y se acercó a tu rostro hasta juntar sus labios.

-¡Ya era hora!

Se separaron al oír aplausos. Vieron a sus amigos mirándolos con unas sonrisas traviesas.

-Bueno, ahora separense que no quiero sobrinos tan joven -comentó Sirius sentándose en el medio de ustedes.

Te abrazó y le sacó la lengua a Remus, provocando que ambos rieran.