Capítulo 6: "Quedate aqui conmigo"

Comenzar desde el principio
                                    

-__(tn), hazme parar.

-No, -respiré en su cuello, aferrándome a la vida en ello. Él gruñó cerca de mi oreja mientras yo movía mis manos hacia su trasero, tirando de él con firmeza contra mí. Sentí su gruesa erección presionada contra mi vientre.

-No pares -gemí.

Él se apartó de mí de pronto. Mis labios estaban hinchados y húmedos de su asalto de besos.

-Confío en ti.

-Si supieras en lo que yo pensaba... no confiarías en mí.

Mi corazón pulsaba en mi corazón.

-¿En qué piensas?

-Todas las cosas que quiero hacerte, pero no puedo. -Él pasó su pulgar sobre mi labio inferior.

Succioné mi labio dentro de mi boca y contuve el aliento.

-¿Cómo qué? -Susurré.

Él se inclinó hacia mí. Pensé que podría besarme, pero volvió la cabeza, inclinándose cerca de mi oído. -Estar dentro de ti. -susurró contra mi cabello- Hacerte venir.

Mi sexo se apretó al sonido de su sensual voz y un gemido entrecortado se deslizó fuera de mis labios. Oh Dios, él era caliente.

-Pero no haré eso. No puedo. -Él tragó bruscamente, su garganta estrechándose con esfuerzo.

Froté mis pechos contra él, esperando que cambiara de opinión. Mis pezones sensibles rozaban contra su firme pecho, lo que sólo conseguía ponerme más caliente.

-Por favor... Drew... -Respiré, continué frotándome contra él como un gato contra un poste para arañar.

-No aquí. -Tomó mi mano y me trajo dentro de mi apartamento, pateando la puerta para cerrarla detrás de nosotros y presionando mi espalda contra la pared. Me beso sin sentido mientras yo me retorcía contra él. Él agarró mi culo y presionó su erección contra mí. No estoy segura de cuánto tiempo pasó, pero mis bragas estaban empapadas, y nunca había estado tan excitada en toda mi vida.

Alcancé entre nosotros por el botón de sus vaqueros, pero su mano encontró la mía y me detuvo.

-__(tn), no. -Dejó escapar un gruñido frustrado y trabajó por mantener su respiración bajo control. Luego me dio un beso en la nariz.

- Has estado bebiendo. Por favor. Déjame llevarte a la cama.

-Dios, sí, -gemí.

Él se rió entre dientes. -Quiero decir que te arroparé para dormir.

Oh diablos. Había intentado sin éxito seducir al hombre que realmente quería. Mi pecho de pronto se sintió apretado, y tragué duro, forzando mis emociones a tomar un segundo plano. Asentí con mi consentimiento y me desenredé de él. No iba a llorar, pero maldita sea si no me sentía rechazada, traicionada.

Me dirigí hacia mi habitación, sin molestarme en encender la luz, ya que la luz de la luna que se filtraba daba suficiente luz para poder ver. Me desplomé sobre mi cama, esperando que él sólo me dejara sola antes de que rompiera en lágrimas que de seguro estaban por salir. Así que, por supuesto, él no lo hizo. Drew me siguió adentro, se arrodilló al lado de mi cama y me ayudó a meterme bajo las sábanas.

Cerré mis ojos y respiré profundo, lo cual sonó más como un suspiro de decepción.

-Oye. -Él apartó unos mechones sueltos de mi cabello fuera de mi rostro- ¿Qué pasa?

Me tragué el nudo gigante que se había alojado en mi garganta.

-Me siento como una idiota. Me lancé sobre ti, y... y... -Ni siquiera podía pronunciar las palabras. Fracaso. Épico.

«Amnesia, jb»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora