Volver a lo de antes II

104 3 0
                                    

REBECCA 


Alguien me estaba sacudiendo. Era mi hermano. Pestañee un par de veces para situarme. Estaba en mi habitación. Mi hermano seguía sacudiéndome.

—¡¡Haz el favor de parar!!—chillé furiosa— ¿No ves, jodido inútil, que ya me he despertado?—Me levanté de la cama bruscamente, cosa que hizo que me mareara.

— ¿Te has mareado? —preguntó preocupado— ¿Estás bien?

Siguió preguntando preguntas estúpidas un par de minutos, hasta que vio que me negaba a responder,no después de despertarme así. Joder si ya sabe que a mi hay que despertarme con dulzura y delicadeza y si no pregúntaselo a esa monitora del campamento al que fui cuando tenía once añitos. No me dejaron ir a más campamentos después de esa.

— ¿Qué haces aquí?

— Ayer mama fue a recogerme. Cuando vinimos estabas dormida. — dijo de pronto sonriendo.

¿Y ahora por qué sonríe? ¿Y por qué estoy de tan mal humor? Y ahora es cuando me doy cuenta que no veía a mi hermano pequeño desde hace meses y que lo echaba muchísimo de menos. Entonces sin que él se lo espere le doy un enorme abrazo y le doy besitos por toda la cara.

— Para,Becca —dice el pequeño granuja soltando una risita— Vamos a llegar tarde al cole.

— Mierda. Santa mierda. ¡¡¡Mierda!!! ¿Por qué no me lo has dicho antes?—grito con voz ahogada.—No me creo que vaya a llegar tarde el primer día de clase.¡¡¿Dónde está mama?!!

— Deja de decir tantos "tacos", eres mala influencia para mí. — dice sobresaltado, como si hubiera dicho algo terriblemente malo.

—¡¡Te he preguntado que dónde esta mama!! —este niño consigue ponerme de los nervios en un tiempo récord.

— No sé, no esta.

Dios mío. Algún día voy a matar a alguien de esta familia. Son un desastre. Somos un desastre. Lo más prudente ahora es no perder los nervios y actuar con calma. Respiro hondo. Ya tendré luego una charlita con mi madre.

—Oye tata, ¿quien me lleva a la escuela? —me tiró del bajo del pantalón del pijama para que le hiciera caso mientras yo rebuscaba ropa en mi armario.

Esto ya es el colmo. Me va a dar un ataque de nervios. Respiro hondo. Vuelvo a respirar.

—Bien, escúchame, voy a traerte ropa mientras tanto vete al baño y lávate.

—¿Los dientes también? —dice en un susurro.

—¡Pues claro Nicolás! — Nada mas decir esto se larga corriendo hacia el baño.

Yo me dirijo hacia el baño de arriba con la ropa y la toalla en las manos y me doy la ducha más rápida de toda la historia.Me seco el pelo y me visto. Todo esto a la velocidad de una escopeta. Bajo las escaleras mientras me pongo los zapatos. Meto en la mochila un par de cosas sin mirar. Cojo un par de manzanas y salimos de casa cagando leches.

Nos dirigimos hacia el metro. Por el camino mi hermano me hizo un montón de preguntas y cada vez con cada pregunta me quedaba menos y menos paciencia.

— Tata, ¿tú fumas? — preguntó dejándome totalmente desconcertada.

— No — negué rotunda.— ¿Por qué?

— Porque en tu abrigo hay una caja de cigas — dice refiriéndose a los cigarrillos.

— Por dios Nico, me vas a volver loca. Con las prisas me he confundido y he cogido el abrigo de mama. No fumo y no fumaré ¿qué pasa, es que quieres que a tu hermana le de cáncer de pulmón y muera? Ni se te ocurra fumar que es muy malo eh— espero que se lo haya creído.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FILLEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora