Fiesta

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Abigail se miró al espejo, no muy convencida del cómo se veía. 

Unos leves golpes sobre su puerta la sacaron del trance. 

-¿Puedo pasar? - preguntó abriendo levemente la puerta. 

-Si, claro- sonrió dejándose caer sobre la cama. 

-¿Qué haces? -la vio extrañada. 

-No iré a ningún lado - respondió tapándose el rostro con el cojín. 

Su amiga rió. 

-Pero si te ves muy bien - 

-Es un vestido viejisimo, Cata - la miró. - me veo horrible - suspiró. 

La morena blanqueo sus ojos - Bueno si - hizo una mueca - te ves horrible - encogió sus hombros. 

-¡¿Qué?! - alzó su voz - fantástico, gracias por tanto - se levantó molesta. 

Cata rió. 

-Ten - llegó con un lindo vestido con tirantes color rosa pálido. 

-¿Y esto? - la miró extrañada. 

-lo iba a ocupar para mi cumpleaños - blanqueo sus ojos - Pero ya sabes - la miró - No lo ocupe y ahora es todo tuyo -sonrió con sinceridad. - ahora - la miró - ¿qué haces arreglándote sin música? - negó con su cabeza. Dirigiéndose a la radio para poner Pretty Woman.  

La castaña rió. -eso es muy cliché - la miró divertida. 

La morena la vio ofendida - ¿Qué dices? Lo sé, pero es buenísima, me da risa ponerla por lo que me relaja antes de salir... Oh está bien - mencionó resignada -  Dancing Queen para ti - rodó los ojos divertida para luego dejarla sola.

[...]

Abigail plancho su vestido al verse en el grande espejo de donde era la fiesta de la banda. Sonrió  complacida, su cabello castaño se veía mejor de lo que ella pudo creer y sus ojos marrones destellaban un brillo especial con aquel suave y justo maquillaje que se había hecho. Complementando su aspecto perfectamente.  Suspiro alegremente, centrándose en disfrutar la última noche con aquella familia llamada "Bon Jovi". 

Su aliento se atoró en su garganta al verlo parado tras ella. Él se veía increíblemente bien con su traje negro y ese toque elegante y desaliñado que solía llevar en ocasiones así. Recorrió su cuerpo hacia abajo de manera lenta, para luego centrar sus ojos en su rostro. Volteó lentamente para verlo frente a frente. Los ojos del moreno aún rastreaban su cuerpo hacia abajo, su boca abierta ligeramente. Abigail se sonrió así misma, y limpió su garganta dramáticamente para conseguir su atención. Los ojos del guitarrista encontraron los de la castaña y sonrió. 

-me alegra que hayas venido - habló con sinceridad. 

Abbi sonrió - Si, digamos que no fue una decisión muy fácil -sonrió ligeramente, centrando su vista en cualquier otro lado que no fueran los ojos del guitarrista. 

Richie sonrió culpable. 

-Te ves... - volvió a recorrerla con la mirada - hermosa - buscó centrar sus ojos en los de ella. 

-Gracias, tu sólo te ves bien - bromeó, haciendo que él se riera entre dientes. 

Abigail dio un paso hacia el guitarrista y llevó sus manos a la camisa de él, acomodándola de la manera correcta, disfrutando discretamente la sensación de su pecho bajo su mano. Richie alzó su mano derecha hacia la mejilla de ella, la cual acarició lentamente. Sólo se quedaron mirando el uno al otro, sintiendo como sus corazones se aceleraban. Y luego de lo que pareció una eternidad, él corrió su mirada y se apartó. 

-Siento lo de hoy - susurró culpable - estos últimos días los he pasado más disculpándome que asegurándome que no te vayas...

La castaña forzó una sonrisa - descuida - pasó por su lado. 

Richie sintió sus hombros caer. 

Mantente alejado de ella, Richie. Se repitió. 

-Conseguí esto para ti - habló.

Idiota. Se reprochó. 

Abbi se detuvo. 

-¿Qué dices? - volteó a verlo. 

Se giró sosteniendo un pequeño ramillete. 

Abbi hizo una pequeña "oh" con sus labios. 

-Si no quieres utilizarlo no hay problema. Yo no... 

-Es hermoso - lo interrumpió. Era uno de los que se ajustaba al vestido: con unas pequeños flores blancas en el medio de hojas verdes por detrás. Era encantador. 

Sambora sonrió ampliamente -¿Quieres que te lo ponga? - preguntó arrogante y divertido. 

Abbi rió. 

-Creo que puedo sola, pervertido - rió sonriente para luego alejarse del guitarrista. 

Transcurrió la fiesta conversando con los distintos integrante de Bon Jovi, no sólo con los chicos, sino que con todos los que están detrás de aquella gran familia. 

-¿Ya te vas? 

Abigail volteó hacia el rubio vocalista. 

-Si, creo que ya es tarde, y en realidad no vine en el coche hoy - le sonrió. 

-Sí, notamos cuando tu amiga vino a dejarte - encogió sus hombros con desinterés.

-¿Notamos?

-Ams.. Si - pasó la mano por su cabello - aquello te lo puede explicar Richie - sonrió divertido. 

Abbi negó divertida. 

-Gracias por todo, Jon - lo abrazo. 

-Gracias a ti, Abbi - le sonrió ampliamente - no nos olvides - beso su mejilla. 

Abigail sonrió y se marchó. 

-¿No pensabas despedirte? - le gritó cuando la alcanzaba. 

La castaña volteó. 

-¿Qué haces? -lo miró. 

-Puedo llevarte a casa si quieres - metió las manos en sus bolsillos. Haciéndolo ver encantador e, incluso, con un aire inocente. 

-Descuida, puedo caminar - le sonrió cortes, volteando, pero el camino estaba húmedo, y la castaña poco se manejaba en tacos. 

-¡Cuidado! - gritó corriendo hacia ella y afirmarla justo en el momento en que caía. - Podría enseñarte a caminar en tacos seguro los domino mejor que tú- habló divertido cuando sus manos la afirmaban firmemente de la cintura. 

-Ja ja ja puedes irte - se soltó del guitarrista, pero la humedad de la noche y la suave llovisna que comenzaba a caer dificultaron su tarea.

-Oh si, claro que me voy - respondió cuando volvía a evitar la caída de la castaña. 

-Yo.. tú... eres... 

Él se rió silenciosamente - eres demasiado graciosa cuando estas nerviosa, pero al menos no estas sonrojándote  - levantó una ceja mirándola con satisfacción, lo que de forma inmediata la hizo sonrojar - oh y allí está - sonrió ampliamente. - Ahora ven aquí - la levantó con facilidad, tomándola al estilo nupcial. 

-¿Qué haces? - habló sorprendida, tomándose de su cuello. 

-Esto es lo que pasa cuando esta comenzando a caer una intensa llovizna y los tacones de tu chica son peligrosamente resbaladizos -respondió con naturalidad, mientras caminaba con ella hacia su coche - sólo quiero que recuerdes mi primera vez siendo caballeroso - sonrió divertido, viéndola fijamente. 


Y si te digo que no, mientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora