CAPÍTULO 8.

Beginne am Anfang
                                    

Se levanta para dirigirse a la cocina, empiezo a escuchar el sonido de la cuchara al ser movida contra un vaso para segundos después volver a verlo aparecer por la puerta.

- Oye ¿dónde están Ángel y Mark? ¿Aún siguen dormidos?

- Ángel se ha ido hará una hora, lo ha llamado su padre.- Asiente comprendiendo la situación. Todos nosotros la sabemos.- Y en cuanto a Mark supongo que aún no ha resucitado.

- ¿Pedimos pizza?

- Vamos tarde.

Parece que Mark olió las pizzas porque nada más llegar el repartidor apareció por la escalera aún con el pantalón del pijama y descalzo. Llega frotando con sus manos los ojos aún a medio abrir. Se ve cansado y resacoso.

Comimos recordando momentos de anoche de los cuales la mitad no recordaba el mencionado. Así que pasé a enseñarle los videos que Juliet y yo habíamos grabado. Mientras los va pasando más se van abriendo sus ojos y su boca formando una "O" por la sorpresa. Si, Mark no es de los que suelen bailar. Dicho acto solo lo lleva a cabo cuando va muy borracho y por ese motivo es tan gracioso verlo hacerlo al igual que grabarlo para que cuando se le pase los efectos del alcohol pueda vislumbrarse en su máximo apogeo.

Mi móvil empieza a sonar, frunzo el ceño cuando veo de quien se trata.

- Si.

- Hola Thiago.- Puedo notar la preocupación en la voz del padre de mi mejor amigo.- ¿Está Ángel con vosotros?

- No, se fue a las dos y no hemos tenido noticias suyas. ¿Ha pasado algo?

- Su madre ha aparecido esta mañana queriendo verlo y cuando él la ha visto no se lo ha tomado muy bien. Ha salido corriendo y tiene el móvil apagado. Pensaba que estaría con vosotros.

Mierda. Esto es un asunto jodido.

- Salimos los chicos y yo a buscarlo. Le llamo si lo encontramos.

- Muchas gracias Thiago.

- Por nada.

Cuelgo y me dispongo a poner a los chicos al corriente.

No hay muchos sitios a los que haya podido ir así que nos dividimos quedándose Mark en casa por si le diera por venir, en ese caso nos llamaría para dejar la búsqueda.

Son las nueve de la noche, hemos mirado en varios parques de la zona incluso en el que está a las afueras de la ciudad que colinda con el bosque, ese es su favorito porque es el más tranquilo. Al no haberlo encontrado decidimos probar suerte yendo a mirar en varias cafeterías, no hace falta decir que no la tuvimos. Cuando Ángel no quiere ser encontrado es difícil hacerlo. ¿Dónde habrá estado toda la maldita tarde?

Es entonces cuando la bombillita de mi cabeza se ilumina. ¿Cómo puedo ser tan imbécil y tan mal amigo? ¿Cómo no he podido caer antes?

- Christian ¡El bar de los billares!

Salimos a toda velocidad de la última cafetería donde decidimos mirar. Por suerte el bar está a un par de manzanas y llegamos en cuestión de minutos.

Nada más llegar podemos ver como ya el local se está llenando de personas con ganas de pasar un buen rato. Lo buscamos con la mirada siendo Christian quien lo encuentra.

- Hermano ahí está. En la barra.

Nos acercamos pero él no se percata de nuestra presencia. Lleva la misma ropa que anoche pero arrugada, tiene el pelo desordenado y apesta a alcohol.

Le mando un mensaje rápido a su padre.

Yo:

Lo hemos encontrado.

Ecos de Coraje.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt