Hora de La Cena/ Reto #LoHagoPorMiFandom2018

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Muy bien, esto no era lo que tenía en mente ._.

En realidad mi plan era actualizar cada día un fanfic diferente, pero hubo personitas por ahí que me pidieron la actualización de este y bueno, si el pueblo pide sangre, es mi deber derrarmarla :v

En fin, y aprovechando el reto de las mil palabras por día, voy a tomar esta oportunidad para actualizar, ya que las ideas las tengo recién salidas del horno.

Let's go!

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Me miré al espejo por última vez esperando a que con eso bastara para no levantar ninguna sospecha de parte de esos dos, que más que amigos, parecían hermanos por lo sagaces y lo mucho que se parecían entre ellos. En fin.

Bajé al comedor y cuando estuve allí Alice me interceptó estrechándome en sus brazos. Esa encantadora niña me miró fijamente con sus grandes ojos azules, parece que se alegraba de verme.

- Hola, cosita tierna - le dije como si ella pudiera escucharme, a lo que me respondió abrazándome con más fuerza.

- Parece que te extrañaba - nos dijo Sara saliendo de la cocina con los platos en las manos.

Olía delicioso, sin duda Nick Wilde estaba allí dentro destacándose en lo que mejor sabía hacer.

- Hacía un tiempo que no pasaba por aquí. Yo también empezaba a echarla de menos - repuse sonriendo y acariciando el cabello de Alice.

Sara me sonrió pero repentinamente se quedó viéndome con algo de curiosidad. Sentí un escalofrío al pensar que había visto algo raro así que intenté desviar su atención.

- ¿Q-q-qué tal el día de hoy? Nick me dijo esta mañana que estaría con ustedes todo el día... por ser el "día especial de tú sabes quién" - le dije disimulando. Sara rió.

- Oh, fue maravilloso. Salimos al cine, luego compramos helados, Nick le regaló unos zapatos y comimos en su restaurante favorito. A mí me parece que la pasó muy bien.

- Que bien. Me alegro mucho - respo

ndí viendo a Alice.

- Sip - escuché una voz salir de la cocina. Nick venía entrando con una bandeja llena de salsa - también vimos qué podemos comprar como su regalo de cumpleaños. Vimos un oso de peluche que le encantó. La sorprenderé el lunes en su escuela con el oso, unas flores y una canasta llena de chocolates. Todos verán que un apuesto príncipe fue en busca de su princesa y será la envidia de todas las chicas de su salón.

- Espere, ¿eso quiere decir que no va a ir a clases el lunes? - pregunté un tanto alarmada.

- Buen intento, zanahorias. Recuerda que tienen un taller conmigo a primera hora.

- ¡Demonios! - exclamé fingiendo frustración - tenía que acordarse.

- No lo he olvidado, niña. No me gané la reputación de pesadilla de gratis... - repondió con ciertas ínfulas de grandeza.

- Aún así es un tierno detalle el que le quiere reglar a Alice, señor Wilde, le trata como si realmente fuera su hija.

- Hmm, técnicamente se podría decir que lo es, ¿no es así, cielo? - le preguntó a Sara y ella como siguiéndole el juego se acercó y compartieron un beso de esquimal como si realmente fueran pareja. Fue tierno e incómodo de ver al mismo tiempo así que decidí ignorarlo.

- Y con esos detalles que tiene por su cumpleaños, siento un poco de envidia jeje...

Nick arqueó la ceja sarcástico.

- ¿De veras? ¿Y qué tal si hago lo mismo cuando sea tu cumpleaños? ¿Llegar al salón de clases con un ramo de flores, dulces y un oso de felpa gigante? ¡Estoy seguro que a Jasper le fascinaría! ¿Cuándo cumples años, zanahorias?

- De ti no quiero ni la hora, Nick Wilde - repuse algo enojada porque en parte tenía razón.

- Cuidado con lo que deseas, Hopps. Puedes arrepentirte luego...

- Bueno, bueno. Antes que ustedes dos decidan asesinarse, ¿qué tal si nos sentamos a comer? - dijo Sara separándonos.

La hora de la cena se hizo amena y agradable. Sara estaba contando lo que le había gustado de la película y Nick sólo asentía agregando ciertos comentarios burlones; Alice intercambió unas cuantas señas de vez en cuando, pero fue más el tiempo que se concentró en su comida que las que expresó algunos pensamientos. Todo parecía estar en orden y ninguno de los dos pareció haber visto algo raro en mí, aunque claro, a mí me dolía todo el cuerpo. Sin embargo, hubo un momento donde no podía disimular bien mi dolor, me pareció haberme torcido la muñeca porque al sostener la salsera o el tenedor me temblaba la mano como si se me fueran a caer, no podía mantenerlo. Creo que Nick se dio cuenta de eso.

Hablamos un poco más en la sobremesa. La comida de Nick había sido increíble y los cuatro ahora estábamos sólo charlando de trivialidades; Sara me preguntó un par de cosas sobre mí, para conocernos un poco mejor y yo pensé que tal vez podría ser buen momento para abordar el tema... tal vez, obtener información de ese chico llamado Mason.

- Saben, llevamos casi dos meses de conocernos pero aún Nick no me ha dicho que son ustedes exactamente.

Él se volvió a verme con una sonrisa inquieta.

- ¿A qué te refieres, cariño?

- Oh, bueno... no sé si llegó a comentarte pero... al principio, yo creía que Alice y tú eran pues... su... familia.

- Zanahorias... - rió nervioso - en la cocina está el pay de coco. ¿Te importaría ir a buscarlo?

- Hmm, no exactamente - repuso Sara sin hacerle caso a él - somos amigos desde hace muchos años. Nos conocimos en secundaria.

- ¿De veras? - pregunté interesada - wow, entonces sí tienen muchos años de amistad. Y... ¿ustedes salían juntos? ¿Tenían a alguien en común?

Sara reaccionó.

- D-de hecho... éramos un grupo muy grande. Salíamos a todas partes juntos, ¿no, Nick?

- S-sí... creo que iré a buscar el pay yo mismo. Con permiso - esbozó él con cierto estoicismo.

- Yo quiero una gran rebanada - repuso Sara con entusiasmo.

Cuando Nick se retiró, ella se acercó a mí y me habló muy severamente.

- No me sigas preguntando... - me susurró casi como un regaño.

- ¿Eh? ¿Por qué?

Sara negó con la cabeza.

- Algunas cosas deben quedarse en el pasado... por la estabilidad emocional de las personas...

Luego de eso se separó con una seria mirada en sus ojos y disimuló que nada había ocurrido. Yo no pude. Mi rostro reflejaba por completo toda esa intriga que sus palabras me habían generado, después de eso ninguna de las dos pudo decir nada más. Nick regresó de la cocina segundos luego y fue como si hubiéramos regresado de una larga pausa, la sonrisa de Sara regresó y el bullicio en la mesa continuó, fue como un botón de reset y todo hubiera comenzado de nuevo...

Continuará...

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Ok. Es todo por ahora, cumplidas las mil palabras de hoy. Espero que les haya gustado este fragmento.

No olviden apoyar el reto con sus estrellitas doradas y comentarios :D

Ahora nombren cual fanfic quieren que actualice mañana. Y quien me vuelva a decir "Bajo el mismo techo" les parto su puta madre! >:@ no vuelvo a actualizar este hasta la próxima semana, no mamen ¬¬

Bye bitches

Dewa mata ashita! >:3

Bajo El Mismo Techo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora