No Más Secretos

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Están de suerte! 

Estoy aprovechando en actualizar todo lo que ya tengo listo! 

Deberían estar agradecidos xD

He pasado mi primer mes viviendo en la ciudad y puedo decir que no me está yendo tan mal como pensé en un principio que me podría ir. Me gusta mi escuela, mis amigos son los mejores, finalmente llegaron las cosas que pedí para la remodelación de mi casa, mis padre parecen estar más tranquilos ahora, por lo menos dejaron de llamarme cada fin de semana, entonces... creo que están empezando a confiar en mi decisión.

O al menos eso espero.

Hoy estaba en la universidad, sentada en la terraza, como si no tuviera ya un millón de cosas de qué ocuparme, como si me pagaran por estar procrastinando con mi grupo de amigos "aparentemente vagos". Jasper me estaba contando una historia graciosa de algo que le había pasado cuando era niño, pero no sé en qué momento había perdido el hilo de conversación, hipnotizada con su lindos ojos, que brillaban cada vez que sonreía. Luego de haberle confesado que efectivamente me iba todas las tardes en el auto del señor Wilde, inesperadamente parecía estar conforme con eso, había dejado atrás el asunto por un tiempo, y estuvo bien, aunque fuera un poco sospechoso. Decidí no preocuparme mucho por ello.

- Mi mamá solía regañarme porque robaba la crema de la tarta y me sentaba debajo de la mesa a comerme el bowl completo. O si no, las fresas, o los dulces, o las almendras en almibar, o la crema batida, incluso hasta la masa cruda de los pasteles. Ja, ja... era un glotón.

- Pero se nota que ella también lo disfrutaba de igual forma – replicó Raini sorbiendo una merengada – si no, nunca más te hubiera permitido entrar a la cocina mientras ella trabajaba.

- Pues le decía a sus amigas que tenía a su propio catador personal de tartas y pasteles. Y luego salía yo, con la cara llena de merengue.

- ¡Debe ser genial tener una madre chef pastelera! – esbozó mi amigo el regordete Arreaza, con una mirada anhelante – mi mamá es contadora pública, así que se la pasa calculando números – añadió con algo de pesar – es un poco aburrido, pero hace el mejor pollo relleno del país.

- La mía es forense en el Hospital Central de la ciudad, también hace trabajos en conjunto con la policía y es mi más grande heroína – repuso Raini irradiando orgullo.

Luego todos se volvieron a ver hacia mí.

- ¿Y qué hay de ti, Hopps? – preguntó Jasper algo sagaz – ¿A qué se dedica o dedicaba tu mamá?

- Ella... es ama de casa – respondí tranquila – la verdad se casó muy joven con mi papá, y como él siempre fue un hombre de grandes negocios, ella se encargó más que nada de administrar la casa y de criarnos a mí y a mis hermanos y hermanas. Aunque, ella me dijo una vez que su sueño era abrir un restaurante de comida vegetariana, y – señalé a Jas – así como la tuya, es una cocinera increíble. Creo que si le platicara sobre esta idea a papá, ellos dos podrían hacer un equipo genial. Pero... papá es muy delicado y dedicado a su empresa, y prefiere ser él el que provea mientras mamá lo apoya estando en casa cuidando de mis hermanos más pequeños – bajé la cabeza un poco apenada – es algo... machista en ese sentido. Pero los dos funcionan muy bien juntos, así que creo que están bien.

Mis amigos se me quedaron viendo durante unos segundos en silencio, era un asunto un tanto incómodo de tratar pero la verdad no me molestaba tanto. Jasper se levantó sobre sus brazos apoyados en la mesa y me miró fijamente.

- Pues perdón por lo que voy a decir, Jude, pero el señor Hopps es un anticuado.

Quedé estática al ver la convicción de mi amigo.

Bajo El Mismo Techo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora