Una apuesta porque me gustas.

Capítulo lV.

Satou Masaki:

-¿Podrías no hacer eso? No me gusta ser el centro de atención.

Sonreí, siempre sonrío cuando no tengo nada para decir. Fui a mi asiento y comencé a trabajar. Noté que me miró rápidamente.

~

A la hora del almuerzo se levantó de su silla y salió del salón, lo seguí.

-Takeshi.
-¿Qué?
-¿Vas a la cafetería?
-Sí.

Siguió caminando, y yo igual. Me miró pero no dijo nada. Comenzamos a hacer la fila para comprar. Había un chico atrás mío y me estaba empujando porque trataba de ver la cafetería, por accidente choqué con la espalda de Takeshi, el volteó a ver qué pasaba, cuando me miró puso su mano rodeando mi cuello y cambió de lugar conmigo.

No dijo una palabra. Mi corazón se aceleró, no me salían las palabras, y tampoco podía mirarlo porque me daba vergüenza.

-Satou.
-¿Si?
-¿Ese chico te estaba manoseando?
-¿Qué? No, no...
-Entonces... ¿Por qué te ves así?
-¿Cómo?
-Avergonzado, tienes la cara roja y tu respiración está agitada.

Toqué mi cara, cuando lo miré estaba sonriendo, se veía tan guapo. Me sentí aún más avergonzado. Agaché mi cabeza y le di la espalda.

-Satou, puedes sentarte, yo compraré por ti.
-No es necesario, estoy bien...
-Te ves muy mal. ¿Qué quieres comer?
-Ensalda de frutas.

Puso su mano en mi hombro y me sacó de la fila, no tuve más opción que ir a sentarme y esperarlo.

Cuando llegó su turno, compró las cosas y vino a donde me encontraba sentado. Me entregó la ensalada y una botella de agua, extendí mi mano para entregarle el dinero.

-No, no es necesario. Mejor usa eso para comprar pastillas. Puede que tengas fiebre.

Me reí. Era gracioso que no se diera cuenta de lo que pasaba. Él me miró mientras que se llevaba un bocado a la boca, parecía más amigable que antes. Comencé a comer, él no dejaba de mirarme, de nuevo me reí, era risa nerviosa.

-¿Por qué te ríes?
-Es que no dejas de mirarme.

Siguió comiendo igual que siguió mirandome.