THERAPIESITZUNG

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Día 1: primera sesión en el psicólogo desde lo sucedido.

Mi nombre es Diane Green, soy hija de un abogado y de una secretaria, cualquiera diría que soy el resultado de su despido simultáneo hace 15 años. Por cierto, esa es mi edad.
Tengo un estilo propio al que soy fiel en cuerpo y alma.
Respecto a mi sexualidad bueno, lo cierto es que ni yo misma lo sé.
Tengo...bueno, tenía pareja estable.

"Diane, el desayuno está listo, date prisa para coger el bus, no vayas a llegar tarde a lo de hoy que es importante"

Estas palabras daban vueltas en mi cabeza durante todo el transcurso del viaje.

Me gustaba sentarme en la zona más despejada del bus, pegada a la ventanilla, a la vez que escuchaba música con los auriculares y jugueteaba inquieta con mis pulseras, a pesar de tener mi mirada fija en el paisaje y mi mente en la canción.

"PRÓXIMA PARADA, COLEGIO SANTA ESPERANZA"

Me gustaba repetir la grabación de cada parada del bus en su momento exacto en mi mente. Era algo que me entretenía cuando se presentaba en mi vida una de esas odiosas situaciones en las que no te sirve ninguna canción del reproductor de música.
En esa parada se habían subido las personas que estudiaban en el centro antes de su graduación este año. Lo sabía por qué antes de las vacaciones de verano los oía hablar todas las mañanas de su vida. A veces me imaginaba que cosas deben pasar en sus vidas, sus problemas, las interacciones con las personas de su entorno... "Sonder" pensé.

Mi mirada se clavó durante unos segundos en un nuevo local que estaban abriendo no muy lejos de mi casa, el cual no había visto nunca hasta ahora. "Ya sé a dónde iré cuando regrese de esta basura".

Tras viajar un asfixiante trayecto hasta mi destino logré bajar exhausta a mi parada.

"Calle San Salvador" Pensé.

Mi madre me había enviado por WhatsApp la localización exacta de aquel lugar, pero la verdad es que no tenía muchas ganas de presentarme.
Lo cierto es que aún me quedaba media hora antes de mi turno, por lo que decidí acercarme a un bar a tomar algo.

-Buenos días, ¿desea algo señorita?

Un chico alto, de piel morena, ojos azules y pelo negro se presentó ante mí para anotar mi pedido. Lo cierto es que no me apetecía nada pero no había desayunado nada consistente, así que me decidí por pedir un desayuno inglés completo, con bacon huevos, té y alguna cosa más de la que actualmente no me acuerdo.

Tras pasar un cuarto de hora me dispuse a dejar el local para trasladarme al centro terapéutico, psicólogo o "lugar donde te cobran por recetarte droga tras escuchar tu patética vida", que así es como lo llamaba yo.

La entrada estaba algo oculta de no ser por el cartel de fuera. Lo cierto es que el recibidor era bastante amplio, en lugar de una triste sala de espera con sillas y alguna que otra revista este sitio tenía un par de sofás: uno formaba un ángulo recto con un esquina y el otro estaba situado justo en frente, dejando una vista directa a las ventanas. En el centro del "cuadrado" se situaba una gran mesilla baja, en la que se apoyaban bastantes novelas, comics, libros, juguetes para niños pequeños y algún que otro folio con garabatos.

-Buenos días señorita, ¿tiene usted cita o viene a pedirla?- Me atendió la recepcionista.

-Buenas. Si, tengo cita con el Dr.Wertz en cinco minutos, sala 2B.- En cuanto concluí mi breve explicación se dispuso a teclear la información en su ordenador.

- Diane Green, ¿No?

-Si, esa soy yo.

-Entendido, siga por ese pasillo.- Señaló hacia la entrada del supuesto pasillo- Y continúe recto hasta que los carteles de las puertas indiquen la habitación 2B.

- De acuerdo, supongo.- Y me dirigí hacia donde aquella mujer me había indicado.

Por el pasillo podía apreciar todos los detalles: posters, pegatinas, calendarios, estanterías con figuras increíblemente perturbadoras con mensajes aparentemente inocentes como "sonríe" o "sé feliz". Lo curioso es que todos esos objetos estaban patrocinados por una marca en concreto, "Gesundheition" . Lo cierto es que tenía nombre de medicamento cutre, ya que era una triste fusión de las palabras "salud" y "medicación" en alemán.
Enseguida había llegado a la habitación correspondiente, y como si de mi casa se tratase entré sin llamar a la puerta, ya que esta se encontraba abierta.
Un hombre de unos 30 años, estaba dentro.
Tenía la tez muy marcada y el cabello pelirrojo. Sus labios eran finos y delicados. Su nariz era respingona y pequeña. Tenía los ojos de un color azul grisáceo, como si tuviera la mirada apagada; pero una sonrisa se dibujó en su rostro repentinamente, arrojando así algo de luz a su expresión sin vida.

-Buenos días, tú debes ser Diane, ¿No es así?- Asentí con la cabeza - Bien, permíteme que me presente. Mi nombre es Allen Hertz y a partir de hoy voy a ser tu psicólogo. Siéntete libre de contármelo todo querida.

-Simplemente estoy aquí por obligación, no necesito un psicólogo realmente, pero como mi madre te ha pagado supongo que tendré que seguirte el juego.

-Tienes mucho carácter amiga, puedo ayudarte con eso.

-Escuchame bien compañero, no estoy aquí por mi carácter, sino por una experiencia traumante, nada más.

-Oh comprendo. Bueno, comencemos recopilando información sobre ti. ¿Quién es Diane Green?

-Oh si, ella es un fracaso social con un puñado de amigas falsas, con tan poca reputación que su tiempo es dedicado única y exclusivamente a sus funciones vitales y a estudiar e ir a clase. Aunque de vez en cuando, muy rara vez, me da por hacer otras cosas como dibujar, escuchar música, salir a la calle o a comprar.

-Vale - Dijo mientras apuntaba cosas en una libreta - Gustos?

-Las mujeres.

-Me refería a aficiones...

-Te daría la misma respuesta.

La cara de Allen en estos momentos valía oro, no podía entender que estaba pasando en este momento hasta que descubrió una sonrisa pícara en mi rostro, que comprendió que le estaba tomando el pelo.

-Me gusta el hip hop.- Dije mientras hacía una mueca de pena. - También me gusta practicar skate y hacer street dance con mi grupo de amigos cuando no tengo mucho que hacer.

-Pareces sacada de una película de baile.

-Y tu pareces un ingenuo. - Le respondí, esta vez, en un tono más burlón.

-¿Has acabado ya? - Dijo completamente desesperado.

-Supongo. Pero ya te dije que no estaba aquí para responder tus preguntas, así que al menos trataré de pasarmelo bien.

-Disculpe señorita, pero le ruego que se comporte dignamente, estamos en un contexto serio y estas sesiones pueden ser fundamentales para su futuro. - Dijo cambiando completamente de tono.

-Ugh, mis disculpas caballero. - Suspiró aliviado - En fin, no tengo mucho que contarte.

-Bueno, empecemos por tu situación familiar.- Se me hizo un nudo en la garganta.

- Esto...desearía no hablar de ello ahora...

...

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2018 ⏰

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