THE MOOB- K-POP

Capítulo 2

“Si alguna vez te llegas a rendir recuerda que por más que sientas que estés sola, siempre habrá alguien apoyándote desde la lejanía”

-¿Llego alguien?-

Pregunto Rosé asomándose en la habitación de su amiga, Lisa.

Esta asintió sin quitar la vista de su teléfono.

-Si, ya les enseñe toda la casa y les pregunté lo necesario-

Rose asintió y entró del todo a la habitación de la rubia.

-¿Algo más?-

Lisa negó con la cabeza sin haberla mirado una sola vez.

-Lisa, sabes que odio que no me mires cuando te hablo-

La rubia suspiro, y la miro algo cansada.

-Toma-

Le extendió una carpeta con papeles, la pelirroja la miro ceñuda.

-¿Qué es esto?-

Pregunto y Lisa dejo su teléfono para luego levantarse de su cama y pararse frente a su amiga.

-Son papeles con información de los nuevos –

Rosé asintió y ojeo la carpeta, para luego mirara a su amiga e irse por donde vino.

*

Caminaba por los pasillos de aquella, ahora no tan desolada casa, con la carpeta en mano y leyendo la información que contenía en estos.

-¿Quién eres?-

La pelirroja giró sobre sus talones para ver al proveniente de esa voz.

Rosé se encuentro con una chica, que estaba analizándola sería.

-¿Eres nueva?-

Rosé iba a contestar pero aquella chica de cabello negro se adelantó.

-Solo te informó que niñas como tú no deberían estar en un lugar como este-

La pelirroja contuvo una carcajada, y la miro.

-¿A que te refieres?-

Pregunto con inocencia fingida, sólo para ver la reacción de la pelinegra.

-Que niñas de papi no deben estar aquí sólo porque no se les cumplió el capricho que quiso-

Ya se estaba hartando de la situación y dejo lo más seria posible.

-Escucha con claridad, Jennie, no soy ninguna jodida nenita de papi-

Sonrió cínicamente al ver que la otra sólo la miraba con un atisbo de sorpresa.

-De casualidad justo leía tu informe.- Miro la carpeta y luego a Jennie. -Y me interesó una parte de este, que justamente hizo que pensara en lo que me dijiste. ¿Me dijiste niñita de papi no es así?-

La miro con gracia.

-Y justamente lo dice la mujer que fue una de la más consentida por su familia- le guiño su ojo y luego le sonrió. -Y otra cosa Jennie….te aconsejo que no hables así a los demás ya que no sabes por lo que ninguno de nosotros tuvo que pasar en nuestro pasado –

Y con eso comenzó a caminar hacia su habitación dejando a la pelinegra sola, con las palabras en la boca.

Pero ninguna de las dos se había percatado de la tercera persona, que sólo se dedicaba a mirarlas y a preguntarse muchas cosas.

**

Lisa se encontraba practicando su puntería en el jardín de la casa, pero alguien llegó a interrumpirla.

-Hola, Lalisa-

La rubio giro sobre sus talones y observó a quien la estaba hablando.

-Puedes decirme Lisa-
Dijo ella con seriedad e intento sonreír, pero no lo logró.

-¿Que sucede Chanyeol?-

Pregunto Lisa mirando de nuevo al frente, para tirar una flecha.

-Solo te quería preguntar cuándo podríamos conocer al líder-

La rubia fruncio el ceño.

-¿Nosotros?-

El pelinegro asintió algo serio, pero no podía despegar la mirada de el cuerpo de la rubia.

-Si, hablé con los otros integrantes y están de acuerdo conmigo. Queremos conocer al líder-

Lisa sonrió y lo miro.

-Mejor dicho “la líder”- miro a Chanyeol de reojo y luego agregó. -La conocerán hoy-

Dijo mirando al chico, este estaba algo sorprendido.

-¿Es una mujer?, No creo que una mujer pueda manejar esto mejor que un hombre –

Lisa apretó sus dientes y sus puños.

-¿No viste acaso el vídeo?- pregunto con molestia, el negó. -¿Te llegó un mensaje?- el pelinegro asintió.

-Pensé que P.R era un hombre-

Lisa negó y suspiro.

-Te diré que P.R es una mujer. Y si vuelves a decir que un hombre es mejor que una mujer…. Te quedarás sin descendientes-

Lo amenazó apuntado con el arco en su intimidad, Chanyeol se paralizó y negó repentina veces.

-Ahora vete y diles que está noche abra una reunión de presentación- el pelinegro asintió y al estar marchándose, Lisa agregó. -No le digas a los demás que P.R es una mujer –
Este asintió y se marchó. 

A Lisa le molestó las palabras del pelinegro por la simple razón de que el no conocía a su amiga y que por ser mujer era débil.

Ella sabía que su amiga era débil, pero si tenía que ser fuerte, lo era. Y es por eso que a la rubia le gustaba cuidar de ella, que Rosé estuviera bien y fuerte para poder ser ella misma.

“Y así será, cada quien tiene su propio Ángel guardián que lo cuida ya sea desde la lejanía”