¿Y si...?

Magia.

Incluso en este carrusel otoñal,
yo puedo respirar.
Sentir poco a poco tus manos mágicas,
tus respiraciones llenas de esperanza dorada,
tu voz de feliz soledad.

Y gritas.
Y gritó.
Y gritamos.
Somos, somos.

Somos como un torbellino de mariposas rojas.
Somos como un rayo de electricidad.
Somos como el comienzo y el final.
Somos un nacimiento y un funeral.

Y suspiras.
Y suspiro.
Y suspiramos.
Nuevos, nuevos.

Muchos pasos sobre la gravedad invertida.
Muchas ilusiones sobre una verdad irracional.
Hay todavía mucho más.

Y bailas.
Y bailo.
Y bailamos.
Podemos, podemos.

Si me preguntas qué puedo ver hoy en ti, te responderé lo mismo que ayer, pero con una media luna en la boca.
Si te pregunto qué olor puedes oler hoy en mi, me responderas lo mismo que ayer, pero con un una golondrina en la garganta.

Y sueñas.
Y sueño.
Y soñamos.
Creemos, creemos.

Porque soy y eres,
Porque somos y seremos.

No tengas miedo, estoy contigo y tu conmigo.
Miráme como te miro.
Amáme como te amo.
Sienteme como te siento.
Porque cuando llegué el ¿Y sí?... brillaremos, brillaremos;
como una luciérnaga.

Y vuelas.
Y vuelo.
Y volamos.
Pertenecemos, pertenecemos.

Y tocó tus cielos nublados,
Y respiro tus sentidos alborotados,
Y puedo formar una tienda mágica contigo en mis brazos.
Eres como yo y como tu, pero somos mucho mejor.

Déjame entrar, déjame conocer la magia en ti.
Mi galaxia por explorar.
Mis luceros por observar.

Y vives.
Y vivo.
Y vivimos.
Es real, es real.

Soy completamente tuyo, te pertenezco por un derecho mágico.
Y eres como eres y sientes como sientes porque tienes magia en tu interior.
Me hechizas, me llenas, me iluminas.

Tu eres yo.
Yo soy tu.
Y nosotros somos, somos...
Somos mágicos.