10: ¿Dónde estamos?

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El primer encuentro nunca se compara al segundo.

Uno frente al otro.

Uno tras unos arbustos creyéndose oculto.

Mientras el otro observaba divertido.

El vampiro no aguanto más y una gran sonrisa se formó en su rostro mientras negaba con la cabeza, sonrisa que dejo a la vista sus grandes colmillos sorprendiendo un poco al pequeño lobo.

Sonrisa que sorprendió también al vampiro, pues hacia tanto que no lo hacía, que ya ni siquiera recordaba la última vez que había sonreído, por esa razón en cuanto lo noto la borro de su rostro volviendo a la misma expresión serena e inexpresiva de siempre.

El lobo en cambio al ver esa sonrisa se asustó, pero fue más fuerte el enojo pues sintió que "el asqueroso chupa sangre", se estaba burlando de él.

— ¿De qué te ríes maldito?— saliendo "inesperadamente" de su escondite enfrento al vampiro.

El vampiro al ver al chico frente a él no se resistió a la necesidad de pasear sus ojos por ese pequeño y deseable cuerpo que tantas nuevas sensaciones le provocaba, mas su vista quedo clavada en un punto en específico en el rostro del chico. Los labios, esos rosados y abultados labios que un mes antes lo habían hecho correrse con solo imaginarios.

El vampiro tan perdido estaba en sus pensamientos que ignoro la pregunta de Sam, sin saber que eso estaba cabreando en demasía al chico. Solo hasta que lo vio mover los labios repetidas veces reacciono saliendo de sus pensamientos.

— ¿Qué decías? — Sam al oír la profunda y varonil voz del vampiro sintió un estremecimiento recorrerle el cuerpo, sin embargo lo ignoro.

— Dije que dejaras de verme de esa forma tan asquerosa y repulsiva— escupió las palabras de la forma más ofensiva que pudo.

Dominick solo desvió la mirada, siendo por fin consciente de lo que había hecho antes, preguntándose cómo era posible que ese chico lograra ponerlo así solo con su mera presencia.

Por la mente de Sam solo pasaban un sin número de formas de como escapar, sin embargo cada idea que llegaba a su mente terminaba en fracaso pues principalmente no sabía dónde carajos se encontraba, no quería terminar perdido.

Pero de perdido a comido por un vampiro, cien veces mejor perdido, pensaba Sam.

De un momento a otro la dirección del viento cambio, la temperatura bajo y en el ambiente se respiró un olor diferente, tanto el vampiro como el lobo lo notaron.

— ¿En dónde estamos? — pregunto Sam al recién notar los pinos de espeso follaje que los rodeaban, al igual que la densa niebla que comenzaba a cubrir el lugar.

— En un bosque — Dominick sin ningún tipo de afán por molestar.

— ¿¡En qué bosque carajo!? —Sam ya sentía el enojo y miedo mezclarse en su interior.

— No lo sé — el vampiro lo miraba sorprendido por el repentino arrebato del chico. La voz serena y desinteresada, característica de Dominick, causo aún más enojo en Sam, pensó que le estaba tomando el pelo.

Desatando la ira dentro de él se lanzó contra el vampiro dándole un certero golpe al rostro sin importarle las consecuencias, pues un pequeño lobo omega poco o nada podría hacer contra un vampiro que se siente amenazado.

Dominick jamás se hubiera imaginado esa reacción del chico pues él tenía entendido que era un lobo omega y nunca jamás un omega habría reaccionado así, pues a ellos los caracterizaba esa actitud indefensa y asustadiza además del carácter sumiso.

"Este chico es en verdad interesante", pensó el vampiro pues en lugar de sentirse enojado o amenazado por el golpe del chico, lo que ocasiono en realidad fue que despertara aún más la curiosidad e interés por lobito caramelo.

Sam

¡Santa mierda!

Perdí la calma, lo golpeé, de seguro me matara.

Pero como voy a estar tranquilo si el imbécil me secuestra, luego se burla de mí el muy idiota, para luego verme de esa manera tan repulsiva que me causa escalofríos y por ultimo este maldito lugar, que si estoy en lo correcto y estamos donde imagino, deberé salir de aquí cuanto antes.

Y ahora se me queda viendo nuevamente como idiota, ¿Qué tanto me ve?, acaso estará planeando como matarme mientras bebe mi sangre para después darles a los lobos salvajes mi cuerpo seco para que ellos se deshagan de los restos o es qué tal vez tengo algo en la cara y no sabe cómo decírmelo, ojala y sea eso, aun no quiero morir.

Haciendo acopio de todo mi valor y fingiendo que nada ha pasado, vuelvo a preguntar, pero esta vez de forma más calmada.

— ¿En qué bosque estamos?

El vampiro al oírme hablar centra su vista en mis ojos lo que me pone un tanto nervioso.

—No lo sé, yo solo huí y como vi que los lobos de tu manada dejaron de seguirme en el momento en el que entre a este bosque decidí internarme aún más en él para que les fuera más difícil atraparme.

¡Mierda, mierda, MIERDA!

Si los lobos de la manada dejaron de seguirlo porque entro al bosque, esto solo significa que estamos en el maldito Bosque de lo Prohibido.

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❣❣ bye bye ❣❣

¿Por qué tú?Where stories live. Discover now