𝕸𝖆𝖗𝖛𝖊𝖑 ( 𝖒𝖚𝖑𝖙𝖎𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊 )

━ 047. bucky barnes

—Pudo ser peor. Pero Scott me ha salvado de morir —bromeó Mari, dejando un ruidoso beso en la mejilla de su amigo—. Gracias, Ant-Man —añadió antes de ponerse en pie.

—Bien hecho, Tic-Tac —se burló Sam con una sonrisita pícara, al mismo tiempo que el aludido se levantaba.

—Hicieron un buen trabajo de equipo —apuntó Rogers—. Eso es lo más importante.

—Sí. Pues creo que le pediré ayuda a Scott más seguido —Mari aseguró, guiñando un ojo a su compañero mencionado antes de tocar uno de sus brazos—. Es el más fuerte.

—Bueno, creo que es todo por hoy. No quisiera otro accidente —ordenó Steve, abandonando la sala de entrenamiento.

—Creo que... te veo luego —se despidió Lang, dejando un beso casto sobre la mejilla de su amiga antes de retirarse también.

Mari esbozó una sonrisa que se expandió al ver el rostro color granate de Bucky, quien se despedía de Nat.

La chica giró sobre sus talones para encaminarse a las duchas, festejando jubilosamente su victoria. Se despojó de sus ropas mientras giraba la perilla de la regadera y se soltaba el cabello. No obstante, al intentar cerrar la puerta del cubículo, una mano metálica la tomó por sorpresa, haciéndola dar un respingo.

—¡Mierda! —exclamó, llevándose una mano al pecho— ¿Las películas de terror no te enseñaron a no asustar personas en las duchas?

—Creo que tengo derecho a ducharme con mi novia, ¿o es que esperabas a Lang? —musitó Barnes, rezumando celos en cada parte de su rostro.

—¡Oh, cielos! ¿Soy tu novia? —Mari dramatizó—. Porque yo pensé que era Nat, pero gracias por dejarlo en claro.

—¿Acaso me has visto dejando que Romanoff me monte para que le tome el trasero?

—Anda, ve, que ganas no te faltan —le sonrió ella, girando sobre sus talones para empezar con el enjuague en su cabello—. Y así yo podré seguir "montando" a Scott sin remordimientos.

Ésa última broma pareció acabar con la paciencia del soldado, pues de inmediato apretó las caderas de la chica con sus manos demandantes justo antes de empujarla contra la pared frente a ella.

Mari jadeó al sentir las gélidas baldosas contra su cuerpo desnudo, y cuando Bucky la aprisionó detrás toda su piel se estremeció.

—¿Crees que fue divertido ver como Lang te tocaba? —gruñó el ojiazul sobre su oído, deslizando su mano humana al trasero femenino, apretando un poco en el proceso.

—No... ¿Sí? No lo sé —farfulló ella, un cosquilleo recorrió toda su espina dorsal cuando Barnes le proporcionó una palmada donde había apretado.

—¿Te gustó que él te tocara? —le inquirió Bucky, con el mismo tono áspero y dominante.

Algo que a su novia le pareció extrañamente sensual.

—No mucho —respondió con dificultad por los gemidos que trataba de suprimir. La mano de el soldado no dejaba de moverse deliberadamente en su espalda baja, trasero y glúteos, crispando su piel como chispazos.