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El gemelo Maximoff corría entre los pilares que estaban cayéndose a pedazos debido a la bomba que detonó Strucker para detener a los Vengadores y bloquear el propósito de su misión. Pero Pietro contaba con su rapidez para lograr llegar al lugar donde tenían cautiva a la pequeña Stark.
Golpeó a unos cuantos guardias en el camino antes de llegar a una puerta de metal que mantenía prisionera a la chica. Sus dedos se movieron rápido para ingresar la contraseña y la pesada puerta se deslizó con un fuerte rechinido.
El sokoviano entró con cautela y encontró a ______, la hija de Stark, recostada sobre una camilla de metal mirando el techo.
La chica se incorporó rápido hasta sentarse al escuchar pasos en su pequeña celda y se encontró con la familiar mirada azul del gemelo Maximoff.
—______, ¿estás bien? —se apresuró a preguntar el platinado, inclinándose hacía ella para poder analizarla.
—Vaya tu pregunta Maximoff —bufó ella— ¡Claro que no estoy bien! Ese mamarracho me secuestró y me puso dentro de este basurero por dos días. No tuve wi-fi ni comida buena y el inodoro esta junto a mi cama —se quejó ella como una diva, como toda una Stark. Pietro sonrió al verla así y acarició su mejilla.
—Tranquila señorita Stark. He venido a rescatarla —anunció él sin dejar su sonrisa.
—¡Oh, mi héroe! —exclamó ______ con una mano en su pecho para completar su actuación de damisela en peligro.
Pietro rió y la tomó entre sus brazos, ella abrazó su cuello para sostenerse.
—Salgamos de aquí —dijo el platinado.
Una fuerte explosión del exterior hizo sacudió con mucha intensidad el suelo bajo ellos y Pietro perdió el equilibrio provocando que ambos cayeran. Escucharon otra explosión y esta vez otro pilar se derrumbó sobre la entrada de la celda y las piezas de concreto bloquearon la salida.
Una polvareda nubló el campo de visión de ambos jóvenes y cuando al fin se dispersó pudieron confirmar que habían quedado atrapados dentro de la fría celda.
—Mierda —masculló el gemelo aún sentado sobre el suelo mientras tosía por el polvo.
—Genial, gran rescate el tuyo, Maximoff —ironizó la chica, levantándose para sacudir el polvo en su falda y su cabello oscuro.
—Lo siento, no lo vi venir —se disculpó él, poniéndose de pie para examinar alguna otra vía de escapatoria.
—Y bien, ¿cuál es tu plan ahora para salir de aquí, Speedy? —le preguntó la chica con los brazos cruzados en su pecho.
