22. Háblame

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Pido perdón por callarme, debí haber tardado menos, pero hoy tendrás que escucharme, desde siempre yo te quiero. Y no escogí enamorarme, pero es amor verdadero. Y si te hechizo a quedarte, tú me embrujaste primero 🎶

👆 recomendación de RebeFernandez5

* * *

«Sólo quiero explicarte, decirte cómo me siento, escribirte de mí. Y sé que hablando, literalmente, no va a suceder porque no puedo. Y tú no lo harás porque no quieres. Así que, incluso si cruzas esa puerta y no miras más atrás, hablemos, por favor. Si es la última vez, al menos que sea todo. Que sea la conversación que nunca más tendremos, que no haya más que decir entre nosotros. No callemos más. Ni tú ni yo. Dime todo, suéltalo antes de dejarme para siempre. Y déjame intentarlo...a mi manera.»

«Sólo di sí o no.»


Magnus se quedó largo rato mirando el mensaje. Era tan fácil, parecía tan fácil. Dos letras. Sólo tenía que deslizar su dedo y poner el "Sí" o "No" y acabar con esto...

El problema era que no era tan fácil. No bastaba con decirle que sí y escuchar –leer– lo que tuviera que decir. O con escribir ese "No" y seguir su camino, no iba a olvidar sólo por no mirar atrás.

¿Y qué decía Gabriel García Márquez?

"Dile que sí, aunque te estés muriendo, aunque después te arrepientas, de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no."

Magnus se concentró en respirar. Dentro y fuera. Incluso cuando la pantalla se puso borrosa y no eran ya reconocibles las letras.

Una de sus manos apretó con fuerza el móvil y con la otra se sostuvo de la puerta. No podía mirar a Alec, no cuando estaba seguro que no iba a poder resistirse a esos enormes e inocentes ojos azules, que al ver ese rostro angelical todo en lo que podría pensar sería en pasar sus manos por él y besarlo, envolverlo en sus brazos, sentir su vientre ya un poco abultado entre ellos y su corazón latir contra el suyo.

Suspiró, sus hombros cayeron un poco y Alec lo supo. La respuesta era "No".

Alec cerró los ojos y se recargó en la camilla, justo cuando Magnus los abría.

—Abre la puerta –y Alec sabía que no estaba dirigido a él, así que no se molesto en responder o abrir los ojos de nuevo. Era mejor si no lo veía irse, no tendría para siempre ese recuerdo.

La puerta se abrió y ahí estaban Catarina y Tessa con aspecto abatido y un poco culpable.

Magnus no les dijo nada y él tampoco miró a Alec. No podía hacerlo, su corazón ya se estaba quedando con él.

—Lo siento, mi ángel –fue sólo un susurro antes de seguir su camino. Un paso a la vez, cada uno más difícil que el anterior.

* * *

Alec no dijo nada, sólo permaneció ahí.

Tessa entró con Catarina, aunque Alec no fuera su paciente ni fuera esta área su especialidad.

—Sólo tienes que darle tiempo –fue Tessa quien lo dijo, tomando su mano y buscando sus ojos–. Si tú hubieras visto lo asustado y emocionado que estaba cuando me buscó porque había conocido a alguien mudo y quería aprender lo básico del lenguaje de señas... Magnus no es un mal médico ni una mala persona...

Alec sonrió. Él ya sabía eso. Lo sabía perfectamente. Todo lo contrario, Magnus era único.

—...pero sé que aunque en otras circunstancias se habría preocupado por intentar comunicarse contigo, no por cualquiera hubiera estado impaciente por lograr aprender un lenguaje nuevo, sólo para poder decirte "Hola" –Tessa se rió y negó–. Debiste verlo, era como un niño.

El silencio del amor (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now