CAPÍTULO 3

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¿Que más podía pedirle a mi vida? Todo me iba de maravilla, estaba estudiando lo que yo deseaba, iba a la universidad todos los días, los fines de semana eran los únicos días de descanso para mí, eran mis días favoritos, llegaban mis dos hermanos con mis sobrinos y todo era de risas, la pasábamos muy bien.

Un día decidí ir a tomarme un café con una amiga Rebeca es su nombre que también era mi vecina. Aún recuerdo ese día como si fuese ayer, se levantó y me dijo:

Rebeca – Oye... iré al baño, te toca pagar a ti (en tono de burla) ¡ya regreso!

Mayah – Okay, pero no te tardes (con una risa)

Me quedé revisando mi Facebook y vi una foto que llamó mi atención era un chico el cual me pareció lindo, pensé que quizá era momento de ser atrevida y salir con alguien ya había pasado mucho tiempo y no me había dado mi espacio de conocer una nueva persona, decidí mandarle la solicitud. Rebeca y yo nos marchamos a casa y pase toda la noche sin recibir una notificación de él, hasta el día siguiente vi que me había aceptado como su amiga, en unos minutos siguientes ví que me había mandado un mensaje, no estaba segura si responderle, estaba muy nerviosa porque podía pensar que era una cualquiera o algo así, pero en realidad desde que le respondí tuvimos un clic. 

Hablamos todo ese día y por las mañana recibía un texto deseándome un hermoso y excelente día. Hablábamos todos los días y como en todo momento sucede, comencé a enamorarme de Víctor y sentía que a él también le pasaba lo mismo.

Hasta que al fin Víctor se atrevió a invitarme a salir y por supuesto que acepte, nunca lo había visto en persona y sólo sabía unas cosas de él que otras personas me habían contado, ¡no se preocupen... no eran cosas malas! Pero el único problema era que a nuestros padres no les agradaría saber la noticia, puesto que nos habíamos enterado de que los padres de Víctor no se llevaban bien con los míos y de que en aquellos tiempos ellos habían tenido problemas.

Así que para no disgustar a ellos decidimos mantener eso en secreto.

¡Si! Lo acepto, parecíamos unos jóvenes inmaduros, pues ya éramos personas un poco independientes, pero no queríamos dañar a nuestros papás y esperamos un tiempo para poder contarles la situación.

Dos horas antes del encuentro...

De: Víctor

Para: Mayah

Buen día bonita, sólo quería asegurarme de que nuestra cita aún sigue en pie, nos vemos en el café.

Besos.

Al ver su mensaje me puse muy emocionada y la única que sabía de ese encuentro era Rebeca, que ahora que lo recuerdo ella llegaría a ayudarme con la ropa que iba a ponerme. 

Se llegaron las dos horas y que por cierto ya iba muy atrasada, con un revoltijo que sentía en mi estómago de muchos nervios que sentía, llegué al café y ahí está Víctor con una enorme sonrisa, viéndome... se había quedado tonto, le salude con un beso en la mejilla y me dijo:

Víctor – Te ves muy hermosa (se sonrojo)

Mayah –Muchas gracias (con una media sonrisa apenada) Tú también te ves bien.

Víctor – ¡Wow! Eres linda...

Hablamos y justamente después de salir de comer el me pidio ser su novia, lo pensé mucho, no porque no lo quería sino por lo que pensarían mis padres al enterarse, vi que se molestó un poco porque lo estaba haciendo esperar con la respuesta, pero por supuesto le dije SÍ.

Después de eso él me acompañó a esperar un bus, tristemente su auto estaba arruinado y yo no tenía carro, entonces nos tocaba que andar en transporte público.

Mayah: Un Sueño LúcidoWhere stories live. Discover now