DEPRESIÓN

Oscuridad

¡Ayuda! -grité con todas mis fuerzas.

Aquel lugar era el infierno. Era como si las murallas me miraran e intentaran hacerme daño de alguna forma. Como si aquel lugar estuviera lleno de personas a las cuales no las podía ver, pero ellos si a mí.

¡Aquí estás! -fue lo último que escuché antes de disponerme a correr a toda velocidad escapando de ellos. Mientras corría, podía escuchar como el sonido de mis zapatos chocaba con el acero del piso y retumbaba por todo el pasillo. Era como si involuntariamente corriera, no sentía los movimientos de mi cuerpo y mis brazos se comenzaban a entumecer. Sentía como poco a poco las zancadillas de ellos con las mías se iban haciendo una y, poco a poco se escuchaban más y más cerca. Mientras seguía corriendo, logré percatarme de que al final del pasillo había una puerta abierta la cual si llegaba a cerrarla me daría unos diez segundos aproximadamente de ventaja para correr o para buscar otro lugar para esconderme.

Al llegar a la puerta logré percatarme de que era una sala sin salida (bueno, la única salida era por la misma puerta por donde entré) así que, rápidamente la cerré y busqué algún lugar por donde salir. Cada vez sentía como aquellas personas se iban acercando más y más a tal punto, de que comenzaron a golpear la puerta con una fuerza descomunal para poder abrirla. No tenía otra alternativa más que dejarme atrapar, no había salida, ni ventanas ni mucho menos otra puerta dentro de esa habitación.

Logré ver en cámara lenta como la puerta caía y se rompía el vidrio el cual estaba en la parte de arriba de ella mientras que, esos sujetos entraban con una furia inigualable mirándome directamente a los ojos como si yo fuera la culpable de lo que había pasado. De alguna u otra manera, podía sentir la furia que emanaban como quien se percata de un rico perfume al pasar por al lado de otra persona por la calle.

Cada vez se acercaban más y más. No importaba cuanto gritara, nadie me escuchaba ya que mis gritos los ahogaba una simple sonrisa la cual fingí toda mi vida para no parecer la chica que tiene problemas para llevarse bien con la sociedad. Así creí que lograría superarlo, pero no, no es tan simple.

Aquellas personas me terminaron rodeando como una envoltura a un caramelo. Ya no quedaba nada más que hacer así que, me deje envolver.