Capítulo único

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Disclaimer: MHA y sus personajes son propiedad de Horikoshi-sensei

N/A: Antes de empezar me voy disculpando de antemano si es que hay algún dedazo por ahí xD ahora sí, los dejo leer, 7 MIL PALABRAS WOOOOH

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Cayendo en otoño

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Katsuki solo pone al final la botella de agua en su mochila antes de colgársela al hombro.

—Me voy.

—Cuídate.

Katsuki quiere decir algo como "siempre tengo cuidado", pero cuando apenas se gira para mirar a Sero por encima del hombro, tiene que detenerse. Porque el chico en cuestión quien es su compañero de piso está mirando el celular en su mano con expresión melancólica, y Katsuki sabe por qué. Y él no puede simplemente dejarlo así e irse.

Aunque, él puede. Podría hacerlo. Pero hay una vocecita en su interior que le dice "haz algo". Él gruñe y rueda los ojos, para luego dar dos pasos hacia la mesa del comedor donde Sero está sentado, mirándolo con el ceño fruncido.

—Ella seguro te va a llamar.

Su compañero de piso lo mira con los ojos bien abiertos, como si no se creyera lo que acaba de escuchar.

—¿De verdad crees eso?

—Sería un desperdicio sino lo hiciera.

Katsuki dice eso, y al segundo siguiente se arrepiente, porque Sero lo mira con una sonrisa de oreja a oreja.

—Vaya, estás intentando animarme, eso es nuevo —dice, con burla—. ¿Seguro que te sientes bien, Bakugou?

Él de hecho se siente tan bien que no tiene problemas en dar un paso a la derecha y empujar la silla de Hanta con la pierna. Este solo alcanza a gritar antes de caer al suelo.

—¿Qué dices? —pregunta Bakugou, fingiendo inocencia—. No oigo tu estúpida voz desde allá abajo.

—Eres tan divertido, Bakugou...

Sero empieza a levantarse, y al mismo tiempo su teléfono suena. Hanta se recompone a la velocidad de un rayo y mira el aparato con sorpresa.

—Te lo dije —dice Bakugou cansadamente, dándose media vuelta para irse de una vez—. Que te diviertas, idiota.

—Lo mismo digo —le escucha decir a Sero, y también escucha como responde la llamada de la chica de sus sueños que conoció hace unos días.

Katsuki finalmente sale de su apartamento compartido, cierra la puerta y se pone los audífonos en los oídos. Le espera un largo viaje.

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Antes de adquirir su propio auto, Katsuki debía caminar hasta la estación de trenes, pasar por tres distritos diferentes, y pasar tres horas en el condenado transporte público hasta llegar a donde quería.

Ahora solo debe ir por la autopista y todo es más sencillo, y no tiene que lidiar con la gente.

Se ha quitado los audífonos y escucha la música de su teléfono enlazado con el estéreo de la camioneta mientras conduce a una velocidad que para él no es la gran cosa, pero para sus -pocos- amigos es una sentencia de muerte. Al menos así no tiene que viajar con nadie, por lo que el viaje hasta el parque Nacional de Towada Hachimantai es muy tranquilo. Solo la música y él pensando en el montón de fotos que tendrá que sacar una vez llegue al sitio.

Cayendo en el otoño [KiriBaku]Where stories live. Discover now