Luego de la inesperada muerte de su madre debido a razones que no le gusta recordar, Jeno es llevado a un hogar de acogida, que básicamente es un orfanato.
Allí conocerá a Jaemin y otro montón de chicos con problemas parecidos a los de él, con los q...
─ ¡Sí!─ dijeron en unísono Donghyuck y Jaemin, empezando a reír por la coincidencia.
─ Entonces, mañana en mi casa después de la escuela vamos a practicar, no quiero que falten.─ exigió el morenito y en cuando dijo aquello el timbre sonó, anunciando que el alumnado debía volver a clases.
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─ ¡Miren que tenemos aquí, el grupo de mariquitas!─ les gritó Chenle desde la distancia. Ya se habían acabado las clases y el grupo de amigos caminaba tranquilo por los pasillos, hasta que el multimillonario les perturbó la tranquilidad.
─ Para tu información, este grupo de mariquitas te vencerá en el concurso de talentos.─ enojado respondió Haechan, sacándole la lengua a Chenle.
─ Como sea, ustedes, mariquitas, nunca podrán derrotarme.─ rió con malicia.─ ¡Jisung, mi coca cola!─ exigió estirando su mano para recibir la bebida.
El pequeño de primer año que siempre yacía detrás de el grupito de Chenle, básicamente era uno más de sus discípulos, pero este era tratado como esclavo por los demás del grupo.
─ A-aquí esta, Chenle hyung.─ le entrego la lata de coca cola ya destapada y con una pajilla para poder beber.
Bebió un sorbo y lo escupió.
─ ¡Yo te dije que solo bebía coca cola light, imbécil!─ disgustado, le quitó la pajilla y vertió todo el contenido de la lata encima del pequeño niño.
Estaba totalmente mojado de coca cola, de la cabeza a los pies.
Lo único que hacían los demás chinos del grupo -porque el squad de chenle estaba solo y únicamente conformado por chinos- era reírse a carcajadas. Jaemin, Jeno y Donghyuck miraban impotentes la escena, se sentía terriblemente mal no poder hacer nada al respecto.
─ No te preocupes Park, he oído que la coca cola es buena para el cabello.─ bromeó Minghao, un chico alto y delgado de la sección "B"
─ I-iré a limpiarme, luego los alcanzo.─ susurró con una sonrisa apenada Jisung.
─ No importa si vienes o no con nosotros, igual no es como si pertenecieras a nuestro grupo.─ explicó sin escrúpulos y se acercó a el pequeño.─ Solo eres un tonto y servicial esclavo.─ pellizco su mejilla al igual que lo hacían las abuelitas con sus nietos. Jisung solo sonrió triste y el grupo de chinos se esfumó del pasillo.
─ Iré a limpiarme, adiós hyungs.─ se despidió del trio y lentamente caminó hacia el baño dejando un camino de gotas cocacola que desprendían de sus ropas.
─ Pobre chico, esta tan cegado, y todo por el amor.─ Suspiró el moreno y se volteó.─ Venga chicos, vamonos a mi casa de una vez, no hay tiempo que perder.
