Perfecto. Me quedaría en casa con un simio idiota que sólo sabía hacer el tonto y amenazarme estúpidamente con que me fuera de su casa. Sencillamente ideal.

Me encerré de nuevo en mi habitación y cuando volteé para recostarme en la cama, agotado por estudiar, me di cuenta de que no era el único en la habitación. No, no se había metido un vagabundo volador por la ventana, no. Sobre mi cama había un gato.

¡Un gato! ¿Por qué había un gato ahí? ¿Qué rayos hacía un gato ahí? ¿Sabía con seguridad que era un gato? Y si no era un gato... ¿qué era? En todo caso... ¿por qué estaba en mi habitación?

El probable pero no seguro gato bostezó tiernamente.

¡Oh, joder, qué ternurita! ¡Me había enamorado de esa hermosa criaturita del señor en menos de un segundo!

-¡Min-Ha! -escuché resonar la voz de NamJoon por el pasillo.

Ignoré su grito extraño.

¿Quién rayos se podía llamar Min-Ha y qué estaría haciendo en esta casa? Además, ¿cómo perder una persona? Bufé y seguí viendo al gato. ¡Era un amor! Me moría por saber su nombre. O tal vez no tenía dueño... ¡Oh Por Dios! ¡Un gato para mí! Me albergaba la alegría de tan sólo pensarlo.

El griterío de NamJoon seguía escuchándose por toda la casa. ¿Es que este chico jamás se cansaba de gritar? Buscaba a alguien llamado Min-Ha, en una casa, a gritos... ¿¡Es que era imbécil o qué!? Ah, verdad, que era el simio más idiota del mundo. Pero claro, y yo preguntándome si era imbécil o no: ¡Claro que sí!

Seguí jugando con el gato. Era un amor de animal. Era tan tierno, tan suave, tan encantador, tan... tan gato. Supongo.

-¡¡¡MIN-HA!!! -y NamJoon ya llevaba más de una hora gritando por la casa, llamando a alguien que seguramente jamás aparecería.

Los pasos fuertes y pesados de NamJoon subiendo por las escaleras, al parecer espantaron al pobre gato, por lo que se escondió debajo de mi cama. Oh, perfecto, ¿ahora tendría que buscarle?

Solté un suspiro y me agaché.

Rayos, el espacio entre la cama y el suelo era bastante estrecho. Tendría que arriesgarme. El gato estaba hasta el fondo, por lo que tuve que empezar metiendo mis brazos, luego mi cabeza y... quedé atrapado porque no podían pasar mis hombros.

Simplemente perfecto. ¿Se pueden imaginar a un chico debajo de una cama, al cual se le veían las piernas, la espalda, pero no los brazos ni la cabeza? Raro. Pero NamJoon no tenía que imaginar nada, ya que él... él había entrado a la habitación (sin permiso) de repente y encontrándome en aquella situación.

Vergüenza total.

Escuché cómo NamJoon intentaba reprimir la risa.

-¡Cállate, maldito, y ayúdame a salir de aquí! - chillé alterado y moviendo los brazos y piernas ridículamente, haciendo que NamJoon soltara una carcajada.

-Lo siento, no ayudo a chicos tontos -dijo él burlonamente y me dieron ganas de golpearlo.

Pero no podía.

-Ayúdame a salir de una vez por todas y déjame en paz -demandé furioso tratando de fulminarlo con la mirada.

Pero no podía.

-Olvídalo, yo mejor te dejo en paz ahorita y sigo buscando a Min-Ha. ¡Hasta luego! -dijo él divertido y estaba a segundos de irse cuando no tuve otro remedio que...

-¡Maldición, NamJoonie, estúpido! ¡Ayúdame! –grite furiosamente. Estaba seguro de que hasta los vecinos me habían escuchado.

-Anda, Jin, que no me llames NamJoonie -dijo

viviendo con el nerd (VCEN1) •• nj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora