6

9.6K 338 22
                                    

Barcelona. Agosto. 2018

Semana 3

Después de esa discusión me pase todo el día en la playa. Sola. Observando las olas y pensándote. Yo solo quería que me dejaras quererte, no pedía nada más. Te juro que fuera aceptado que no fuera recíproco, entiendo que cada persona va a ritmos diferentes. Lo siento si el mío fue demasiado rápido para ti o si simplemente a existido.

Tenía la esperanza de que tus sentimientos por mi llegaran, lo de cuando era secundario. Yo solo soñaba con que me llegaras a querer. Con tan solo la mitad de lo que yo te quería bastaba. Eso ya es mucho.

Al siguiente día me llamas,

11.30 am. La primera te cuelgo

7.50 pm. La segunda dejo que suene para imaginarte cuanto tiempo dura tus ansias por mi.

12.45 am. La última decidí yo que fuera la última. Te echaba de menos y no podías seguir así. Te cogí el teléfono y mi mano temblaba.

"¿Alba?"

"Nat-" me cortas.

"No se que coño me pasa Alba. Lo único que se es que estos días han sido una mierda. Siento que te necesito y eso me acojona." Te escuché analizando cada palabra y suspiro que hacías. Estabas tan desesperada como yo. Me necesitabas tanto como yo a ti, la diferencia era que yo no era una cobarde y tu si.

No te lo puse muy difícil porque te necesitaba, estaba enamorada de ti. Pero tampoco quería perdonarte así como así.

"Me hiciste sentir como una mierda Nat." Me contuve a no decirle nada más.

"Ya lo se cariño. Soy gilipollas no se como te traté así. No te mereces nada de eso, eres perfecta conmigo." Hiciste una pausa "Por eso necesito verte y decirte cuanto lo siento. Quiero besar cada parte de tu cuerpo y decirte lo bien que me haces sentir"

"Donde nos vemos Nat, yo estoy en el piso, o si quieres nos vemos mañana" dije pero en realidad habían pasado 3 días y yo lo único que quería era sentirte otra vez me daba igual si era demasiado.

"No. Quiero verte ahora. En 15 estoy allí ¿vale?"

"Si"

Y así fue. No había sido tan impaciente en mi vida. Esos 15 minutos se hicieron eternos.

Hasta que oí los golpes en la puerta. Fui hasta la puerta casi corriendo y te abrí.

Tu te lanzaste a mis labios, primero con tu mano en mi mejilla me empujaste contra tu boca, con agresividad me besaste. Sentí como me presionas contra los tuyos. Me pillaste totalmente por sorpresa. Andabas hacia delante besándome con tal fuerza, con tanta ansiedad. Yo iba hacia atrás hasta que me choqué contra la pared. Tardé en darme cuenta de que yo también te estaba devolviendo los besos con la misma ansia. Los jadeos eran constantes y mi cabeza sentía unos mareos increíbles.

Apoyaste tu cuerpo contra mi, como si necesitaras más. Inclinabas tu cabeza hacia un lado y me lamias totalmente. Tus manos se deslizaban por mi cuello apretando con tus pulgares, mientras me mordías el labio con fuerza, solté un quejido de dolor. Seguidamente te agarre el pelo detrás de tu cuello y presione mis labios contra los tuyos con más firmeza. Tu lengua no paraba de saborear todo de mi, eras tan suave, te deslizabas contra la mía con tal facilidad.

Tus brazos rodearon mi cuello, fuiste calmando tu ansia. Me besabas más lento, te detenías a capturarlos y acariciarlos con los tuyos. Te quedaste parada, tus labios todavía en contacto con los míos y me distes besos cortos, pero suaves y lentos a la vez. Yo me moría por tenerte en ese momento. Repasas tus labios en los míos con tanta delicadeza. Hasta que te apartaste a un centímetro mirándome directamente a los ojos.

Albalia | Lost When You're Not AroundOù les histoires vivent. Découvrez maintenant