Zodiaco Boku No Hero Academia [BNHA]

S i t u a c i ó n [1/3]

¿Qué situación tuvo cada signo y con quién?

[ೃೀ]Acuario → Todoroki.

—Ayer vomité mariposas muertas— dijo Acuario rompiendo la tensión entre ellos desde el día de ayer que terminaron.

—¿Qué mierda comiste?— preguntó Todoroki viendo a Acuario y levantando una ceja.

—¿Recuerdas el kilo de ilusiones que me regalaste?— preguntó Acuario viéndole directamente.
—Estaban vencidas— finalizó bajando la mirada.

[ೃೀ]Géminis → Chisaki

Chisaki se encontraba dando una serie de órdenes a sus colegas mientras Géminis decaída estaba sentada en un sillón viejo intentando calmar los escalofríos que sentía por todo su cuerpo.
Una vez que Chisaki terminó de hablar con sus colegas estos abandonaron la habitación en las que se hallaban, Géminis y Chisaki quedaron a solas. El susodicho se acercó a la rubia sentándose en el otro extremo del sillón.

—¿Cómo estás?— preguntó con indiferencia después de dar un suspiro.

—Bien— respondió cortante Géminis. No quería hablar.

—Mentir es malo—dijo él intentando hacer una plática.

—Fingir que te importa también lo es— finalizó Géminis levantándose del sillón y yéndose a paso lento de la habitación.

Por su culpa el futuro de Géminis estaba arruinado, ya no sería lo que ella alguna vez llegó a soñar. Pero si al menos podía cambiar algo se esforzaría en darle una buena vida al niño que venía en su vientre.

[ೃೀ]Tauro → Aizawa

Aizawa había citado a todos los alumnos en la sala principal de los dormitorios ya que partirían hacia una excursión, ya se encontraban todos reunidos hasta que alguien levantó su mano, era Iida.

—Falta Tauro— habló el pelinegro hacia el profesor.

—Yaoyozoru, ve a buscarla a su dormitorio— ordenó Aizawa y la mencionada regresó a los dormitorios, recorrió los pasillos y finalmente llegó al dormitorio de Tauro, tocó la puerta tres veces y esperó pero no había respuesta alguna, volvió a tocar y nada, Yaoyozoru asustada abrió la puerta, no tenía ningún seguro. Estaba predispuesta a ver una mala escena y lentamente fue abriendo hasta ver lo que sucedía, fue una total sorpresa; Tauro estaba en el décimo sueño y no tenía señales de despertar. Se acercó a ella, la movió varias veces, casi le gritó pero no despertaba por lo que tomó un florero, retiró las flores y dejó caer el agua en el rostro de Tauro quien inmediatamente saltó y golpeó a Yaoyozoru sin quererlo. Yaoyozoru se encontraba en el suelo sobando su estómago y gimiendo del dolor.

—¡Momo! ¡Lo siento!— chilló Tauro acercándose a Yaoyozoru para ayudarle a levantarse.

—Es...estoy bien— dijo Momo recuperando su respiración.

Minutos después Yaoyozoru le explicó todo y Tauro se arregló rápidamente, ambas corrieron por los pasillos hasta llegar a la sala principal y ahí Aizawa reprendió a Tauro pero su terquedad no pudo quedarse callada.

—Profesor, insisto que tengo 286 huesos, 658 músculos y 58 billones de células, levantar esto tan temprano no es nada fácil— reprochó Tauro.

Aizawa solo sobaba su entrecejo intentando relajarse hasta finalmente dar la orden de salir de los dormitorios hacia los transportes, aunque no sin antes darle un buen golpe a Tauro en la cabeza.

[ೃೀ]Cáncer → Himiko

Aquél día Cáncer se encontraba haciendo el papel del cebo para entretener a una villana, dicha villana tenía la apariencia de un hombre que manejaba un transporte público, en eso consistía su quirk, la forma fisica cambiaba de su estado original cuando ella bebía sangre.

Cáncer estaba vestida como una estudiante de secundaria, sabía que las víctimas de Himiko normalmente era gente inofensiva y lo único que hacía era ocupar sus apariencias físicas para diferentes planes en La Liga de Villanos. Cáncer estaba acompañada de algunos héroes con el propósito de atrapar a Himiko, aunque no precisamente se encontraban en el transporte donde estaba Cáncer, Himiko hacía plática con Cáncer y Cáncer respondía lo primero que se le viniese a la mente hasta darse cuenta de que habían llegado al punto acordado donde atraparían a Himiko.

—¿Y a qué se dedica señorita?—preguntó Himiko mientras que en su mano derecha oculta preparaba una jeringa.

—Básicamente a respirar, no gano mucho pero me da para vivir— respondió Cáncer y Himiko quedó extrañada. Ahí comenzó la operación, Himiko río y rápidamente se volteó para clavar la aguja, Cáncer desvío su brazo y lo dobló, golpeó su nuca y salió del automóvil para tener más espacio donde combatir.