1

170 7 0
                                    

Habían pasado ocho minutos desde medianoche. El viento frío golpeó mi cara como una tonelada de ladrillos. Me estremecí cuando me envolví la chaqueta con más fuerza alrededor de mis hombros; era elegante pero inútil contra el viento aullante. Cada paso era un reto. Me senté en un banco oxidado y tiré mi bolso a mi lado; una bolsa con todas mis pertenencias en ella. El banco estaba oxidado y su piel se despegaba lentamente y bailaba en el poderoso viento. De repente, una gota de agua cristalina cayó sobre mi nariz.

Genial, pensé, ahora va a llover. Hubo un fuerte trueno que confirmó mis sospechas. Suspiré mientras me levantaba una vez más, buscando un refugio para pasar la noche. Después de una hora de caminar bajo la lluvia húmeda y pesada finalmente encontré un auto pequeño y oxidado. Sus faros vacíos parecían viejos ojos vacíos mirándome y juzgándome cuando pasaba. Su color rojo era más marrón ahora con la edad. Empujé la vieja puerta que colgaba del cuerpo del coche. Toqué la puerta cuando de repente sentí un dolor en mi dedo. Sangre roja goteaba de el mientras me quejaba por lo bajo. Entre en el coche, suerte los cojines seguían intactos. Me acosté y dejé que el cansancio me envolviera.

El sonido de la voz de alguien me despertó. Levanté la vista para ver a una niña pequeña que tenía alrededor de cinco años. Tenía una masa de pelo negro largo y rizado y me miraba con sus grandes ojos marrones. Su piel era tan bronceada como la mía; tal vez incluso más y tenía una expresión de sorpresa en su rostro.

- ¡Hola! - dijo alegremente.
- H-hola, - dije confusa. Después de todo, acababa de despertarme con una pequeña niña curiosa mirándome.
- Me llamo Chloe!, ¿y tú? - me preguntó con curiosidad. Me levanté y me senté en el sofá.
- Me llamo Antoinette, - le respondí. Su cara se arrugó como si estuviera pensando muy intensamente en algo.
-¡Eso es muy largo!- se quejó, - te voy a llamar Toni! -

Antes de que pudiera responder, vi a una chica de mi edad que corría hacia la niña pequeña y la llamaba. Tenía la piel de color marrón claro y los ojos grandes como la niña. Sus labios eran anchos y tenía una mata de cabello rizado de color marrón oscuro en la cabeza. Su nariz era ancha y tenía un pequeño piercing colgando de ella. Siempre había querido uno igual, pero mis padres nunca me lo habían permitido.

- ¡Lo siento mucho! - dijo preocupada mientras cogía la mano de Chloe, - ¿Te estaba molestando mi hermana? -
- No, en absoluto, - dije sonriendo.
- Puede ser tan irritante a veces", dijo la chica en tono de broma - ¡Siempre llena de alegría y energía! -
- Me he dado cuenta, - dije acariciando el cabello de Chloe.
- De paso, ¿como te llamas? - me preguntó.
- ¡Toni! ¡Toni! ¡Su nombre es Toni! - Chloe chilló mientras saltaba arriba y abajo.
- Eeh! Con calma! - dije entre risas, - Me llamo Antoinette, - continué mientras extendía mi mano.
- Yo Jessica, pero por favor llámame Jess, - dijo mientras agarraba mi mano. Me lanzó una dulce sonrisa con sus dientes blancos como perlas que yo devolví.
- Bueno, íbamos a coger algo de comer y me preguntaba si querías venir con nosotras, - preguntó Jess.
- ¡Oh sí! ¡Por favor di que sí, Toni! - dijo Chloe con entusiasmo.
- No veo por qué no, - dije alegremente. Jess sonrió y Chloe chilló de alegría.

Fuimos a un pequeño restaurante cerca del mar. Fue una caminata larga pero disfruté sintiendo la brisa fría golpeando mi cara. Mi largo cabello castaño volaba en todas direcciones, lo que hizo que Chloe se riera histéricamente, pero por suerte Jess tenía una goma para el pelo extra que me dejó. El restaurante no era tan bueno como parecía, pero fue la primera comida decente que tuve en semanas. Devoré mi comida como un oso, y pude notar las caras sorprendidas de Jess y Chloe, pero afortunadamente fueron lo suficientemente respetuosas como para no comentar, al igual que no comentaron sobre encontrarme en el coche. Pero tarde o temprano supe que empezarían a pedir algunas respuestas.

- Entonces, ¿dónde vas a pasar la noche? - preguntó Jess curiosamente. Estábamos sentadas en la playa, ya casi era de noche, pero aun podíamos ver el sol en el horizonte lejano. Yo tenía un cigarrillo en la mano; un hábito desagradable que tenía en una edad demasiado joven.
- No sé, - respondí encogiéndome de hombros, - Aquí, supongo, -
- ¿Pero no tienes una familia o alguien con quien vivir? - preguntó mientras acariciaba la cara de Chloe que estaba dormida en su regazo.
- No, - respondí mientras soplaba mi cigarrillo y miraba la nube de humo volando en la oscuridad. Jess de repente lo golpeó de mi mano.
- ¡Oye! ¿¡Para qué coño fue eso!? - dije enfadada.
- ¡Solo tienes quince años! ¡No deberías meterte en estos malos hábitos! - se quejó "¡Y no digas palabrotas delante de Chloe! -
- Está dormida, - dije rodando los ojos hasta el punto de que eran casi blancos.
- Mira, - dijo Jess con más calma, - Nosotros tampoco tenemos familia. Estamos viajando hacia el Anexo como nos dijo nuestro padre antes de morir, - continuó, con un hilo de voz.
- Lo siento, - dije dulcemente mientras la envolvía con mis brazos.
- No pasa nada, - dijo ella mientras sacaba una chaqueta de cuero negra de su bolso, - Estas son las Serpientes del Sur, una pandilla a la que pertenecía mi padre. Dijo que estaríamos a salvo con ellos, - dijo ella mientras señalaba un logo con unas serpientes en la parte de atrás de la chaqueta.
-Eso parece extrañamente familiar, - dije inspeccionándolo, -no tengo idea de dónde está, pero podría ayudaros, - le dije. Jess sonrío de nuevo.
- Eso sería genial, - respondió ella.

Nos acostamos en la arena dorada y nos dormimos mirando las estrellas en el cielo oscuro. Mañana sería un nuevo día.

Antoinette (Versión Española)Where stories live. Discover now