Enamorándome de Daniel

CAPÍTULO 9

NARRA SUSSAN:

Aún era muy temprano,y todos dormían. Había decidido bajar a la cocina a hacer el desayuno.

Cuando giré mi vista hacia al sofá,vi a mi Daniel y a mi Alessia,juntos, durmiendo. Era tan feliz de verlos tan felices... Alessi había sufrido ya bastante,y Dani...Dani,nunca tuvo una vida fácil. Se merecían ser felices.

El tiempo me había pasado volando,ya eran casi las 10:00 a.m y por suerte el desayuno ya estaba preparado.

El día era cálido y soleado,días así,alegraban más a uno mismo.

Cuando entro en el salón,Alessi,y Dani,están levantados, besándose. Respirar tanto amor,era lo que a este viejo rancho le hacía falta. Era increíble,que en tan poco tiempo,se habían enamorado,pero era amor verdadero.

Les miro sonriendo.

– ¿Qué tal están los tortolitos?

Me miran riendo sorprendidos,esta juventud...jaja

– ¡Sussan! — exclaman los dos al unísono, claramente los he pillado por sorpresa.

Se miran,me miran,nos miramos,y nos reímos.

– Bueno,vengan a desayunar chicos.

Ellos vienen a la mesa. Me siento gustosa,de tenerlos.

– Tía Sussan,— me dice,Alessia, sonriendo. – gracias por aceptar nuestra relación.

Daniel,le da un bonito beso. Miro a mi sobrina,le sonrío.

– Lo más bonito que puede haber,es el amor.

Ella asiente. Y Daniel nos mira contento.

Al acabar de desayunar,les explico,que Henry y yo nos iremos por problemas de un negocio familiar en Argentina.

– Volveremos lo antes posible.

Alessia y Daniel,abrazan a Henry,y a mi. Nos despedimos en un emotivo abrazo,lleno de amor y bromas.

Cuando vemos que ahí viene el taxi,nos vamos. Con tristeza...

Narra Daniel:

Miro a mi novia,cual beso con mucha ternura,nos abrazamos.

Cuando subimos a mi habitación,me siento en la cama,y la subo en mi regazo. La beso en el cuello,y voi bajando los besos hasta sus pechos...Ella me quita la camisa,y noto como la erección bajo el pantalón,crece,hasta el punto,que me hace daño. Gimo. Alessia hace pequeños movimiento en círculos encima de mi entrepierna. Me excita. Le quitó lentamente el pantalón corto, justo en el momento que el timbre suena.

¡Maldición! 

– ¡Joder! — gritamos al unísono. Algo que casualmente nos hace gracia.

Me pongo la camisa. Poniendo cara fingida de pánico.

Y Alessia se pone las mano en la boca para oprimir una risita. Es tan tierna... 

Cuando bajo las escaleras,para ver quién es,me llevo la sorpresa. Es Johanna.

– Hola Johanna.

Me mira, alegre.

– Hola, cariño.

¡¿Que cojones?! La miro desconcertado...

– Johanna,ya te dije,que no me gustas. Solo somos amigos.

Ella asiente,sin perder la sonrisa.

– Está bien. Eso lo tengo claro. Venía por unos asuntos....