«Chapter 7»

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|m a r a t o n 1/5|

Luego de que Olivia y Rapunzel se fuesen, decidí dormir un poco, desde aquella situación un intenso dolor de cabeza me atormentaba.
Solte un suspiro de tranquilidad al acostarme sobre mi acolchonada cama, me quite las zapatillas y las lance al aire sin siquiera fijarme en donde caían. Mire el techo de mi habitación por unos minutos, respirando en el tranquilo silencio, aún era temprano, tendría tiempo para dormir mientras esperaba un poco a Mérida, durante toda la noche no había logrado conciliar el sueño, lo cual me pasaba factura en estos instantes, sentía mis ojos pesados, y muy indiferentemente de lo sucedido con la castaña, el cansancio era algo notable en mi, ahora mis pensamientos estaban más despejados que la noche anterior, aunque muy en el fondo mi mente se negaba a abandonar cualquier pensamiento de curiosidad ante lo que sucedería desde que llegase a esa editorial.
Vagando entre pensamientos fui cerrando poco a poco mis ojos, hasta caer completamente dormida.


La melodía inundaba mis oídos, aquella armonía, aquel sonido, lo recordaba perfectamente. No sabía exactamente dónde me encontraba, sin embargo la música de aquel sitio, hacia que cientos de recuerdos me inundaran. Algunos mejores que otros.

Y como un destello los diferentes colores neones se presentaron ante mis ojos, haciendo exaltarme por unos segundos, entonces ahí logré entender a fuerza propia, en donde estaba, mi corazón comenzó a latir con fuerza debido a la impresión, todo se veía exactamente igual, igual a aquel día que... Que arruine todo.

Mire a mi alrededor, de forma alterada, quería encontrar una salida, quería huir, nunca me había sentido tan impotente en mi vida, aquel sentimiento era más real que cualquiera cosa que estuviese sintiendo en estos instantes.

No, no, no. Intenté escapar caminando entre las personas, sin embargo con cada paso que daba, terminaba justamente en el mismo lugar, me sentía atrapada en un gran bucle, y temía el no salir nunca.

Mire con cautela a las personas a mi alrededor, las cuales tenían su mirada fija en la nada, pero en esos momentos parecía que miraban hacia un punto fijo, me miraban, me miraban justo a mi. O al menos eso creía, ya que mi cuerpo sin siquiera seguir mis órdenes volteó igual que el de todos, mirando hacia aquel justo lugar, donde lo ví a él.

Debía ser una jodida broma.

Una ola de nerviosismo recorrió mi cuerpo, mi cerebro pareció seguir mis órdenes haciendo que mi cuerpo diera un paso hacia atrás, una sádica sonrisa surcó de su angelical pero maligno rostro, pude notar aquel destello de arrogancia en sus ojos marrones.

Entonces mi mente pareció reaccionar, lo recordaba, lo estaba recordando, su rostro, era más perfecto de lo hubiese podido imaginar, sus facciones eran perfectas y varoniles, sus labios eran gruesos con un hermoso y natural color rojizo sobre ellos, sus cejas no eran de el mismo color de su cabello, al contrario eran pobladas de un color azabache oscuro, su cabello despeinado le daba aquel toque juvenil y era de un destellante color castaño, sin embargo había algo en su mirada que lograba aterrarme, una pequeña parte de mi mente me decía a gritos que huyera de su mirada cazadora, y yo lo intentaba, pero mi cuerpo y mente parecían estar hipnotizados ante sus escalofriantes miradas.

Volví en mi, reaccionando por completo, di otro paso hacia atrás y él pareció sonreir en grande. Sin esperar más me obligue a mi misma a dar una media vuelta, al estar de espalda solté un suspiro aterrada, sentía su mirada como cuchillas en mi espalda, apresure mi caminar cerrando mis ojos en busca de seguridad, pero al abrirlos me encontré con él a escasos pasos de mí, volví a  temblar y luche a duras penas por mantenerme de pie, comenzaba a hiperventilar, nunca había sentido algo tan real, tan escalofriante. Tantos sentimientos que con solo mirarlo salían a flote.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba asustada, y mi miedo incrementó al verlo venir hacia mi, a pasos lentos y calmados, mi cuerpo parecía estar atado, ya que por más que intentara zafarme, no lo conseguía.

Quería gritar pero mi voz se quedaba atorada en mi garganta, quería llorar pero las lágrimas no salían, quería huir pero estaba atrapada.

Se detuvo al estar a escasos centímetros de mi cuerpo, pude sentir su calida respiración chocando con mi rostro, una de sus manos se alzó, y en lo que menos pensaba terminó sobre mi mejilla, acariciándola de manera tan sutil y suave que parecía que él temia romperme, quise fruncir mi ceño ante su cambio tan repentino, sin embargo mi mente estaba ocupada en miles de cosas que parecían más importantes, cómo quedarme embelesada ante su tacto.

— No puedes huir de tu realidad...—Una corriente eléctrica recorrió mi sistema cuando su tenue susurro llegó a mis oídos, calmandome y haciéndome sentir temor al mismo tiempo, no entendía, no me entendía a mi misma.

Su frío aliento choco con mi rostro una vez más, cuando volvió a pronunciar la misma frase, una y otra vez, hasta que perdí completamente la cuenta.

—No puedo huir de mi realidad...—Pronuncie arrastrando las palabras, y tarde me di cuenta de lo que había dicho, ¡¿Que rayor me pasaba?!
Me quedé estática al ver como acercaba su rostro al mío, con tanta calma y precisión que parecía no querer perder el detalle de nada.

Estaba tan cerca, que mi corazón latía desbocado, ni siquiera me percaté el momento en el cual cerré mis ojos dejándome llevar por completo, sin embargo abrí mis ojos nuevamente al sentir como se detenía, una ronca risa brotó de su garganta haciéndome jadear.

Una luz blanca apareció como un destello, cegandome por unos segundos.

Me separé por completo de él, yo no quería esto, no entendía que sucedía conmigo.

Entonces cientos de luces aparecieron como la anterior, haciendo que cerrará mis ojos por inercia, me obligue a mi misma a volverlos a abrir, al hacerlo me encontré con una gran cantidad de personas, que me acechaban con la mirada, no pude distinguir sus rostros, sin embargo traían cámaras en sus manos, estaban tomando fotos de todo, en ese instante me sentí desfallecer, y corrí, lo más rápido que me lo permitían mis pies.

Corri cerrando mis ojos, intentado salir de aquello que parecía ser una película de terror, sin embargo cada vez que volvía a abrir mis ojos me encontraba en el mismo lugar, las lágrimas se acumularon en mis ojos, y se derramaban como cascadas sobre mis mejillas ante cada paso.
Parecía que estaba girando en círculos, sin poder salir de aquel lugar.

No importaba en que dirección corriera, ni cuentas veces cerrará mis ojos, siempre terminaba parada justo al frente de él, mirándome con sus penetrantes ojos marrones.
Aquellas personas que se encontraban a nuestro alrededor no se iban, se quedaban justo ahí, disfritando de mi agonía.

Sentia como el aire en mis pulmones comenzaba a faltar el aire, esto era una jodida pesadilla.

Deje de correr, y simplemente lloré, soltando sollozos incontrolables, los cuales aumentaron cuando todos en el sitio comenzaron a soltar aquella frase que él había pronunciado.

"No puedes huir de tu realidad"

Me deje caer de rodillas en el suelo, soltando todas las lágrimas acumuladas, les grite que se callaran pero no lo hicieron, siguieron atormentandome con susurros tenebrosos, tape mis oídos intentando no escucharlos, convenciendome de que esto solo era una pesadilla más y que pronto despertaría.

El tiempo se me hizo eterno, y las lágrimas también.

El tiempo se me hizo eterno, y las lágrimas también

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Moм... ι'м ɴoт vιʀԍιɴ [נᴇʟsᴀ]Where stories live. Discover now