Capítulo final

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Ella ensordeció su alrededor, detuvo el tiempo en su interior, mirando borroso el rostro que sostenía en sus manos paralizada. Ya había gritado todo, ahora ¿Qué? El shock la tenía en un limbo de recuerdos que iban y venían como estrellas fugaces.
Él sonriendo
Él coqueteando
Él siendo pervertido
Él mirandola deseoso
Él mirandola hace hará media hora mientras hacían el amor
Él compasivo
Él conteniendola en sus brazos
Él siendo amable
Él juguetón
Él disimulando lo loco que estaba por ella.

Se desvanecía frente a ella tantas ilusiones y miedos.

Todo iba y venía, todos los Nevras que veía pasar en sus memorias, no eran ni uno él que tenía en sus brazos. Aquello vacío, con su ojo gris mirando a nada, reflejando la nada
Era él siendo nada.
Estaba inerte, sin relucir sus dientes en una risa, ni guiñando (o parpadeando, realmente nunca sabremos), ni arrugando su nariz a olores desagradables.
Nada.

Su calidez le abandonaba, se tornaba más frío que cuando estaba enojado o en las misiones de invierno. Se hacía frío, y también así sentía su corazón.
Ella estaba fría, congelada, en témpano. Sentía un gran hueco en ella, aunque tanteara su pecho, sentía como la brisa le atravesaba.
Se agachó, le besó, intento absorber algo de vida, algo de él, esperando poder rememorar algo de los cuantos besos que le habrá dado.
No había forma de dejarle ir, no, no podía estar muerto, ella no quería, se negó, volvió a sacudirlo fieramente.

Las manos toscas de Valkyon tomaron sus hombros, y ella ni tenía que darse vuelta para reconocerle. Pues su contrariedad le recordaba las suaves manos de Nevra
-Gardienne...- musitó apretando fuerte su espalda.

Todo fue tan pesadillezco, que ella se desmayó.

Despertó al instante, pero su alrededor se veía en colores turbios que le traían recuerdos. Amargos recuerdos.

Desperté, todo era gris, por momentos pensé que era el vacío que Nevra dejó en mí. Sólo recordarlo me estrujaba el pecho como si un gigante quisiera quebrar mis costillas y usar mis huesos como escarbadientes.
Pero me di cuenta que nada estaba en su lugar y todo me resultó tetricamente familiar. Como si pudiera saborear un antiguo veneno.

Tragué saliva de tan sólo rememorar. Un nudo se me hacía en el pecho, todo estaba vacío, deformado. No comprendía bien pero entendía que sucedía.
Veía siluetas oscuras que iban y venían por doquier. Era un real caos.
Un poquito atontada corrí a los interiores del C.G.

Era todo como en mis pesadillas. Una aguja atravesó mi corazón al revivir cada escena en cada locación.

Debía ser valiente, si todo esto era lo que estaba suponiendo... No me quería ilusionar, pero parecía que todavía había un rayito de luz, que me iba a dejar ver entre tanta mierda.

A medida que avanzaba, lo sentía, no estaba sola, lo sentía respirando en mi nuca con pesor y frialdad.
En el pasillo de los guardias, vi manchas verdes fluorescentes. Seguí el rastro cautelosa volteandome a cada pánico.
Daban a la habitación de Nevra. Golpeé la puerta reiteradas veces, forje la manija desesperada, deseando encontrarmelo teniendo otro sueño erótico conmigo. Como fuese, que estuviese su alma allí, por favor. Con bronca al no poder controlar mis lágrimas, lloré. Mientras usaba toda la fuerza obsidianesa que hubiese en mi alma.
Azoté la puerta con los dorsos de mis puños sin parar.
Se abrió de pronto y no me dio tiempo a reaccionar. Inconcientemente las imágenes recorrieron mi mente como estrellas fugaces, pero en este caso eran meteoritos que destruian mi mundo.
Camilo estaba ahí, su alma se había corrompido a una velocidad increíble, pues el murió después de Nevra.
Su rostro ya no era humano, le deformaba el odio, la maldad.
Mi propio grito ahogó todos mis sentidos.
Cuando abrí mis ojos, frente a mí se encontraba otra figura peleando.
Y el Santo Cristal sabe, que hubiese reconocido esa espalda donde fuese cuando fuera.
-¡¿Nevra?!- dije incontrolablemente. Mi primer impulso fue abrazarlo pero claramente no era el momento apropiado.
Cuando sentí que el alma, me volvía al alma (pues mi cuerpo estaba en la otra dimensión) tuve la fuerza de poder enfrentar a mi miedo.
Me metí entre ambos para meterle un buen puño en la cara. Y funcionó, su resquebrajada mandíbula rebotó en cámara lenta frente a mí.
Mientras el maldito se retorcía de dolor, Nevra tomó mi brazo y me llevó consigo a la Sala del Cristal.
Una vez ahí lo miré, y me miró. Me abalanzé a besarlo como si no lo hubiese visto en años, no me rechazó, me abrazó fuerte mientras nos devorabamos mutuamente.
En el momento en que me daba besos en todo el rostro y cuello, me regocijaba en sus labios tibios y sus colmillos que en tanto chocaban con mi piel. Me tomé el respiro para decir entre jadeos:
- Nevra, estoy tan feliz que estés a salvo-las lágrimas me brotaban de nuevo, clave mis dedos en su espalda como si se me fuera a escapar. Quería que sintiera lo mucho que me hizo falta en estos cuantos minutos que se fue. Pasó tan rápido pero lo sentí tan eterno y agobiante, era como si mi cuerpo fuese desgarrado por la gravedad.
-Eso está a medio hacer- contestó separandose de mí y miró hacia abajo.
Tenía una herida verde que se extendía.
-Mierda ¡¿Qué es eso?!- exclamé apresurandome a colocar mis manos allí.
- Debe hacer alguna mierda de macumba que hizo ese imbécil, creo que me está matando el alma-.
-¡¿Ehh?!- miré a todos lados como si hubiese un botiquín del mundo astral para salvarle, pero sólo éramos nosotros, el cristal y Camilo que entraba casa vez más negro y deforme por la entrada.

Sus pesados pasos exparcian una mucosidad marrón que no tenía lindo aspecto y le había crecido una joroba alta como una montaña.
Me coloqué frente a Nevra tratando de evitar que le hiciera más daño.
-¡¿Qué haces?! ¡Te puede matar!- me cuestionó él intentando hacerme a un lado, cuando apenas podía ponerse en sus piernas.
-¡Y a ti también estúpido!- le contesté enojada tratando de echarle hacía atrás de nuevo.
- ¡Yo ya me estoy muriendo!- me contrarió insistiendo.

Y de reojo vi como Camilo nos pegó un manotazo, salimos disparados por el aire. Pero el choque contra el Cristal resultó menos duro de lo que pensé, prácticamente no lo sentí.
Abrí los ojos y todo tenía un filtro celeste. Vi a Nevra impactado a lejos.

Y allí mismo se desmayó.
El vampiro todavía jadeando en dolor, observó como Gardienne se encontraba dentro del Cristal, dentro de su alma.
La luz iluminó la habitación de una forma descomunal, que casi se queda ciego de su otro ojo. Lo que quedaba de Camilo sólo pudo rugir quebradamente de confusión.
Y salió Gardienne del Cristal, en su estado de portadora. Bajando las escaleras con suma paz, miró fríamente a la monstruosidad, y con sólo apuntar con sus dedos le hizo explotar.

Nevra estaba anonado con toda su belleza y celestialidad. Aún con el dolor inmenso en su abdomen que se exparcía, se arrodilló cuando ella se acercó. Miró abajo, mirarla con su único ojo era un pecado. Vio sus pies, ella se agachó. Levantó su rostro para encontrar su mirada violeta brillando como agua de manantial, las alas en su cabeza emanaban brillos y sus escamas brillaban fluorecentemente. Observarla era un goce.
  Cuando él quiso percatarse todo cambió, se encontraban de nuevo en la zona de batalla, se sentía flotando, Gardienne lo fue colocando dentro de su cuerpo, allí mismo hizo de su herida verde y enferma, resplandecer una luz divina, que fue cerrando el tajo en su abdomen.

  La gente alrededor quedó anonada, no podían creer lo que pasaba frente a sus ojos. Algunos incluso se incaron alucinados y esperanzados.
   Todavía recostado descansando, Nevra vio desde su ángulo contrapicado, cómo la imponente figura de Gardienne se elevaba.

   Su voz resonó como los ecos de las olas dentro de la cueva sumergida.
- Ustedes que han violado los espacios del mundo astral, que han causado destrucción y asesinatos, deberán pagar tales pecados perdiendo lo que ha generado está causa, su antropomorfia-.
 
Varias luces salieron disparadas de su cuerpo, y chocaron contra los guerreros humanos, quienes comenzaron a convertirse en Familiares. Al ver esto, empezaron a huir desesperados, empujandose unos a otros, pero no había salvación para ninguno.
  Cuando quisieron darse cuenta, el lugar era un zoológico.
  Terminado ese trabajo, el Cristal abandonó el cuerpo de Gardienne en segundos, lo que la dejo caer a 5 pisos de altura.
  Pero ella aterrizó en los brazos del vampiro. Quien terminó arrodillado sin dejar de abrazarla.






      Ella despertó día más tarde, la luz del amanecer atravesaba su vitró, su cabeza le dolía. A su lado, la típica calidez de su familiar la acompañaba, dormía hecho una bolita.

   Del otro se encontraba dormido Nevra, que envolvía sus brazos en ella, la tibieza de su cuerpo le daba gusto, se dedicó a mirarlo con dulzura. Acarició su rostro y besó su nariz.
 

  Nada fue tan bello como no soñar una pesadilla y despertar en un sueño.

 
Y finalmente pudo seguir durmiendo en paz.








Fin.


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Lo terminé al fin, no tan bien como hubiese querido, pero salió. Espero que les haya gustado y agradezco toda la paciencia jaja.


Y si algún día vuelco a Eldarya, las veré con un fic de Valkyon.

Hasta pronto <3

Me haces feliz. (Nevra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora