Capítulo XVI

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Parecía que la universidad ya no era lo mismo desde que la generación de Armando se había ido. Curiosamente Michel decidió entrenar para estar en el equipo de fútbol americano de la escuela, y fue tan Bueno lanzando que terminó quedando como mariscal de campo. En los partidos, los amigos de él siempre iban a verlo. Para Betty era difícil ir, era un lugar que le traía demasiados recuerdos, por lo que siempre que era invitada por sus amigas, ella inventaba algo para no ir. Sandra, por otro lado, era la que siempre estaba en primera fila para verlo. Se habían convertido en muy buenos amigos, Sandra en realidad soñaba con él, le encantaba su sencillez y su amabilidad con las demás personas. Para Michel, Sandra era una mujer muy divertida, le parecía muy linda cada vez que se enojaba.

    Era una de las fechas más agobiantes de Betty, pues tenía que estudiar para un examen final. La cabeza no le daba, pues cada vez se le hacía más difícil dejar de pensar en Armando, se desesperaba por querer mandarle un mensaje por lo menos. De vez en cuando se quedaba en WhatsApp esperando a que el estuviera en línea y en cuanto él se conectaba, inmediatamente se desconectaba ella. Solo se torturaba, porque nunca llegaba a ni siquiera escribir una palabra sin enviarla. No sabía qué más hacer para evitar sentir la necesidad de hablarle. Y la razón por la que no le llegaba a mandar algún mensaje, era porque si él no lo había hecho, para ella era porque ya la había olvidado. Sus amigas no sabían qué más hacer para subirle el animo, pero la entendían, la relación de ambos había sido única.

    Marcela sabía muy poco de Armando, llegó a pensar que el mismo Armando le había pedido a Mario que no le hablara de él. Pues cada que le preguntaba, él la evadía con respuesta repetitivas. Mario se convirtió en el mas fiel de los hombres por Marcela y para Marcela. Sabía completamente sus gustos, la atendía mejor que cualquiera. Sin embargo, Marcela lo trataba como cualquier otro hombre, no le producía el mas mínimo cariño por todo lo que hacia por ella. De vez en cuando cuando ganaban algún caso, se iba a celebrarlo con su hermano o con los padres de Armando, pero a él no lo tomaba en cuenta para ello, eso lo decepcionaba, pero pensaba que algún día ella le permitiría tener un espacio en su vida.

    Por otro lado, el tiempo que Nicolás estuvo con Patricia estudiando y viviendo juntos fue de lo mejor. Nicolás se había dado cuenta que todo lo que le había prometido Patricia, lo estaba cumpliendo. Ella se dedicaba a estudiar, le emocionaba que cada vez sacaba mejore notas. A veces hacia qué Nicolás le explicara temas que ya había entendido solo para que él le dedicara tiempo. Sin duda alguna, era una chica popular en la universidad, era una mujer de buen cuerpo y ya había dejado de ser la mujer poco intelectual que siempre había sido. Los chicos la seguían a montones, pero ella los rechazaba. Un día iba saliendo de la universidad para encontrarse con Nicolás, pero se dio cuenta que era perseguida por uno de los compañeros de clase, así que apresuró el paso, pero este la alcanzó y la tomó del hombro.

Pa: Alex, por Dios, me asustaste - le dijo un tanto molesta porque la había logrado alcanzar.

Al: Hola hermosa, ¿Cómo estas? - Patricia siguió caminando.

Pa: Bien, gracias - no quiso preguntarle ni por educación cómo estaba él porque no pretendía continuar con su plática. Alex era un chico bien parecido, era un español muy codiciado en la universidad. Muchas veces la había invitado a reuniones con sus compañeros, pero ella se inventaba que tenía que estudiar para sus clases y no los acompañaba,

Al: Qué bien, oye, que harás hoy en la noche. Me gustaría invitarte a salir - Patricia se sintió presionada, jamás la había invitado directamente a ella a salir.

Pa: Lo siento, no puedo, tengo que llegar a terminar unos trabajos. Pero te agradezco la invitación - en ese momento Alex la detuvo poniendo su brazo sobre la pared por donde ambos caminaban, haciendo que ella se detuviera en seco.

¿Cómo nos conocimos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora