Enséñame #D2

Capítulo 52

POV Sol
¡Por fin! ¡Al fin me confesaba lo que siente! Ahora podré estar cerca de él y estoy completamente segura de que esto funcionará. Nos separamos y lo abracé, él me correspondió.

Matteo: creo que nuestros amigos tenían razón. Yo te gusto y vos me gustas – reí.

Sol: si tan solo no fueses un terco.

Matteo: ¿Terco yo?

Sol: si, vos.

Matteo: ¿Sabes algo que no me pone tan feliz?

Sol: ¿Que?

Matteo: que no puedo pedirte que seas mi novia, no aún – agaché la mirada.

Sol: pienso hablar con él hoy, cuando llegue a mi casa. Creo que mi historia con Simón ha llegado a su fin, bueno, llegó a su fin desde hace mucho pero creo que yo no lo quise reconocer. Siempre he desafiado al universo.

Matteo: ¿Cuántas veces lo has hecho?

Sol: uff… desde tercero de primaria. Yo iba a entrar aquí cuando tenía siete años pero no quería, así que hice tantas cosas para evitar mi cambio. En las competencias, mis amigos, mis enemigos, todas mis decisiones. Y ahora.

Matteo: ¿Ahora?

Sol: mi destino era no venir, me habían castigado. Eso significa que esto no es mi destino.

Matteo: ¿Algo de que preocuparse? La verdad no entiendo muy bien.

Sol: vos no te preocupes – escuché la notificación de mi celular y chequé que era.

📱 Chat 📱

Nina 📕
Tu mamá está aquí
Y está muy enojada
Acaba de llegar tu papá
Así que ven rápido

📱 Fin chat 📱

¡Oh, no! Esto está muy mal, ya me descubrieron. Guardé mi celular y tomé la mano de Matteo, tengo que inventar algo para no preocuparlo. Tengo que evitar a toda costa que se entere de mi don y maldición, ya suficiente con que Simón lo sepa.

Sol: creo que ha es hora de que me vaya.

Matteo: ¿Todo bien? ¿Que decía el mensaje?

Sol: como dije, me escapé y será mejor que regrese a casa antes de que me descubran.

Matteo: te acompaño.

Sol: ¡No! Mi mamá no le gustará nada, menos porque para ella todavía estoy con Simón. Deja primero termino con él y luego le cuento esto.

Le di un beso en la mejilla y sin dejarlo decir algo bajé corriendo. Llegué hasta el patio y mis amigos detenían a mis padres para que no entraran, ¡Oh, no! El señor Benson. Me acerqué casi temblando, nadie tenía buena cara.

Sol: hola – susurré. Mis amigos miraban atentos y yo solo miraba a mi mamá que se esforzaba por no gritarme en este momento.

Bernie: vámonos – dijo con el mismo tono cuando se enteró que estafaba a la gente, y no me gusta para nada.

Asentí y me despedí con la mano de mis amigos, subí al auto y junto a mí estaba el señor Benson.

Señor Benson: lo que hiciste estuvo mal ¿Sabes?

Lili: te dije…

Señor Benson: tranquila Lili. Todos los Benson hemos desafiado aunque sea una vez nuestro destino ¿O no Bernie?

Bernie: creí que eso no se hablaba hasta…

Señor Benson: ¿Después de los quince? – rió –. Vos fuiste tan obediente que apartir de esa edad comenzó tu rebeldía, cuando conociste a Sharon y se autonombraron los reyes del colegio.