Capítulo 12

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Amé escribir este capítulo, me inspiré en la foto.

3 DE FEBRERO DE 2014
LUKE HOWLAND



De todas las cosas que hice en mi vida, no me arrepiento de varias, como aquella vez que viajé fuera de Sidney con André y Bella. Ese día papá me buscaba como loco, mi celular no dejaba de sonar por llamadas y mensajes donde -prácticamente- me amenazaba, y sí, él fue una de las razones del porqué odiaba tanto esos aparatos.


Miraba el suelo de la terminal mientras pensaba en todo el lío en el que estaría envuelto una vez que estuviera de regreso, sabía que al salir de aquí esto sería como luchar contra un león hambriento. Mordí mi labio inferior y jugueteé con mi pequeño aro de metal.

Un cuerpo sentándose a mi lado en el suelo, me hizo girar hacia esa dirección. Observé a Bella acomodándose el vestido entre sus piernas, volteó a verme y me sonrió, sus pómulos se volvieron de un color carmesí y yo no pude evitar fruncir mi ceño con gracia al ver como sus mejillas estaban infladas por la comida que resguardaba dentro de su boca. Ella intentó tragar todo y una mueca de dolor se formó en su rostro, miré hacia su regazo donde yacían un montón de paquetes de galletas y volví a sus ojos.

—¿Por qué tanto?— le pregunté, mi voz salió un poco ronca y ella lamió la comisura de sus labios. Con mi dedo pulgar limpié cerca de su barbilla unas cuantas migajas y quité el mechón de cabello que obstruía su ojo derecho.

—Pensé en los dos— afirmó, separando los paquetes—. Traje dos de vainilla, tres de chocolate, ninguna de fresa porque no me gusta, pero te traje unos dulces de cereza, unas gaseosas y un jugo de agua natural de naranja, compré tres sándwiches para que comas, un burrito que parece de plástico y unas frituras.

Yo reí y negué varias veces, Bella era todo un show, cogí una galleta del paquete que ya estaba abierto y me la llevé a la boca, miré a mi alrededor y me sentí confundido por un instante.  

—¿Dónde está André?

—Está en la cafetería de la entrada, dijo que se terminaría ahí su café porque no quiere escuchar tus desprecios hacia su rico y delicioso americano— terminó en una curiosa risa y puse los ojos en blanco—. Deberías respetar los gustos, Luke — murmuró con burla.

—Sus gustos apestan— apoyé mi cabeza contra la pared y me dediqué a mirar a la chica que tenía a mi lado.

Y cuando decía a mi lado, no era solo porque estaba aquí sentada a mi izquierda, sino, porque la tenía como novia, porque alguien como yo tenía a una persona linda, entregada y fuerte, tan dedicada, amable y humilde, porque era todo. Fue eso, yo no estaba acostumbrado a que me dieran todo, ni ser el todo de alguien.

Bella guardaba todas las cosas que había comprado en su pequeña mochila color rosa palo mientras yo me dedicaba a observar cada uno de sus movimientos, guardaba primero las gaseosas de forma vertical, las galletas por sabor y así de una manera en que todo quedara en orden.

Las pecas que se esparcían en su rostro se veían más que antes, aún no entendía eso, los pequeños puntitos se remarcaban más que otras veces, ella decía que era por la ropa, pero seguía sin entender. Su pequeña nariz se arrugaba, quizás porque en sus pensamientos le estaba disgustando algo, sus labios se entreabrían y su ceño se fruncía ligeramente, su parpadear me causaba conflicto porque cuando lo hacía; sus pestañas de arriba y abajo se entrelazaban entre ellas.

—¿Quieres comer algo?— ella preguntó mirándome, se dio cuenta que la estaba observando y la comisura de sus labios se curvaron para formar una diminuta sonrisa —. ¿Dirás algo por cómo guardé las cosas?

ANTES DE ELLA © #3  [✔] Nueva versión próximamente en físico.Where stories live. Discover now