¡Trece!: brownies de chocolate y números telefónicos.

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—Ya estaba extrañando mucho tus postres —confesó y el autobús comenzó a moverse. JiMin sacó un pequeño envase color verde pastel—, ¿qué es esta vez? —se inclinó hacia el otro, curioso, su olor calando en la pequeña nariz del omega.

—Brownies —retiró la tapa y se lo tendió al alfa, se sentía extrañamente nervioso y contento, así que sus manos estaban temblando un poco—, espero que le gusten —ladeó una sonrisa.

Ambos estaban demasiado cerca del otro, si YoonGi se inclinaba un poco más, sería capaz de rozar su nariz con la de JiMin. Esto lo hizo imaginarse un escenario donde ambos compartían cientos de besos esquimales entre risas y besitos reales mientras se daban mimos, así que sus mejillas se encendieron y sonrió como un tonto sin poder evitarlo.

¿Por qué JiMin tenía que ser tan lindo y hacerlo imaginarse ese tipo de cosas?

—Los hiciste tú, ¿cómo no me van a gustar? —tomó el envase y se acomodó en su puesto para probarlos, el corazón de JiMin dio un pequeño vuelco y desvió la mirada, sonriendo a más no poder.

Ellos no se estaban mirando, pero podían sentir la emoción de sus lobos por estar cerca del otro, los aromas mezclados en el ambiente y haciéndolos sonrojar. Aquel lado animal los invitaba a ser un poco más liberales y simplemente caer por los impulsos de sus lobos, pero no lo hicieron, no podían simplemente inclinarse sobre el otro para abrazarlo como si nunca se fueran a volver a ver.

—Joder, esto está delicioso —suspiró YoonGi, JiMin se decidió por mirarlo.

—¿Sí? —el alfa había cerrado los ojos para disfrutar el dulce pero tras la pregunta, los abrió para mirarlo también y asintió sin dudarlo. JiMin rió—. ¡Gracias~!

—¿Puedes hacer muchos de estos en mi funeral? —le entregó el envase en donde quedaba el otro brownie, dejándoselo a JiMin para que también comiera un poco. Aunque el omega ya había comido un par la noche anterior, no iba a negarse a la ofrenda del alfa, ni siquiera se sentía capaz de negarle un regalo a YoonGi.

—Pero si está muerto, no los probaría —le dio un mordisco al suyo, su comisura manchándose.

—Pues me harán revivir —explicó como si fuese algo lógico, JiMin frunció sus cejas antes de reírse.

—No sea tonto, Hyung —negó con la cabeza mientras terminaba el dulce, YoonGi colocó una mano sobre su pecho, actuando ofendido.

—¿Crees que soy un tonto? ¡Me dueles, JiMinnie!

Los ojos del omega se fijaron nuevamente en el alfa y YoonGi de inmediato se dio cuenta de que lo había llamado de esa manera, otra vez. La diferencia es que ahora no tiene a donde salir corriendo (a menos que se lance de la ventana) y, para colmo, JiMin tenía un poco de brownie en la comisura de su labio que lo hacia lucir adorable y besable.

YoonGi quería morirse.

—Lo siento —soltó casi sin aire, no podía creer que alguien causara tal efecto en él. Sobre él y sobre su lobo, quien parecía cada vez más embelesado por la presencia del omega. Era una sensación casi nueva y a la vez no. Era extraño.

—¿Por qué lo siente? —preguntó, parpadeando, sus mejillas estaban quizás más rojas que las de YoonGi y era capaz de escuchar el tamborileo de su corazón sobre su pecho, esperaba que YoonGi no lo escuchara porque sería aún más vergonzoso—. N-No dijo nada malo.

—No soy lo suficientemente cercano a ti como para llamarte por apodos —explicó lo primero que le ocurrió.

—¿No somos cercanos? —miró el envase vacío, realmente intrigado por la respuesta pero lo suficientemente avergonzado como para ver al otro a los ojos por mucho más tiempo.

De persecuciones y hermanos celosos ✧ ym ➺ omegaverseWhere stories live. Discover now