I - El Comienzo?

16 2 1
                                    

¿Qué sucedería sí una de las elecciones presidenciales más importantes de Italia necesita ser acabada aún sin comenzar? sonará cliché. Pero son igual que los políticos los cuales son unos ladrones; viles ratas. Resulta que buscan la manera de atormentarte con el mínimo detalle que encuentren; un paso y algún movimiento limitado, y date por acabado, es por eso que hoy me encuentro escribiendo esto para ustedes.

Muchos de ustedes se preguntaran, ¿de qué habla este loco? pues estamos hablando de los Marchetti, una mafia temida y reservada, cerrada por completo a las puertas de los bienes y ayudas a la ciudad. Donde los planes eran un total éxito, y sí sales en contra de ellos, estos harán lo necesario para hacer tragarte tus palabras. Si no los sigues; es muy simple lo que harán... enseñarte a no meterte con ellos de tan sólo un disparó, de forma psicológica y física harán perder tu cordura por completo. Tus visiones se distorsionaran; tu miedo aumentara, y cuando menos te lo esperes; agonizarás por estar libre de las cadenas y rejas. Simple y fácil; pero esto va como una jerarquía la cual entre más vayan uniéndose, nosotros seremos esclavos de la crueldad, sin derechos a democracia... donde todo parece ir por un final cruel y desechable.

"¡Cédrick!" el agresivo golpetear al asfalto junto a la vieja madera rechinante la cual llamaba a la puerta le hicieron caer la pluma de las manos de aquel dócil y traicionero rubio sumido en sus pensamientos, vagando en su mente; abriendo su apetito por completo a las diversas excusas posibles para zafarse de los deberes. "¡Ya voy!" respondió de inmediato y sin esperar respuesta; se puso de pie, Cerrando aquel viejo cuadernillo de cuero seco o cómo le llamaba su líder, quien sería su tan ansiado gobernante dentro de unos meses... le apodaba su viejo pensador. Muchos de ustedes han de quedar intrigados con las elecciones, ¿no es así? Estaban cerca de las campañas presidenciales y la cabecera Marchetti llevaba un paso por delante. Compró a todos los políticos para su partido, y para todos era resuelto sin objeción alguna, corruptos. ¿No es así? si le dieran a describir con detalle, tan sólo respondería con un desastre.

"¡Cédrick, Stronzò!" volviendo a la realidad, por muy dura y triste que sonara. El eco se escuchó por todo aquel extenso pasillo a oscuras fuera de su refugio y una vez más el agresivo asfalto fue golpeado con brutalidad. El rubio avanzó hasta la entrada quitando del seguro; echando un vistazo previo a su habitación para así crear una imagen distorsionada de lo que en realidad estaba haciendo. Y por supuesto que con ello se refería un análisis para derrocar a Marchetti de su trono. Resoplaron sus huesudas manos ligeramente, y elegantemente tiro su brillante cabellera hacia atrás. Dirigiendo su zurda desatendida hacia la perilla, volteando está dejando a cierto de tez pálida visualizar dentro de su alcoba sin ningún problema.

"¿Cuál es el problema, Aarón? "Decidió romper el intenso griterío, sin ningún tipo de emoción reflejada en su rostro... Ganándose una mirada curiosa por parte del contrario. "¿Por qué tanta rapidez? Cazzo." Insultó sin pudor en sus palabras al de tez más blanca, disfrutando de analizarle, buscando intimidarle con su felina mirada y sus palabras. La fulminante mirada fue encontrada por sus ojos sobre los adversarios, el cual no dudo en devolverle estas... Era un tipo de pelea; por quien tomaría el derecho y el miedo de ambos. Porque por más que Aarón pareciera el típico chupa huevos de primera del jefe, el chico era astuto, ágil sin duda alguna.

"El Jefe te está buscando." mencionó sin dejar la determinada y amenazante acción sobre el rubio, analizando sus palabras aún con cuidado, sin que sus ojos demostrasen su mueca y actitud confundida. ¿Marchetti le necesitaba? eso era muy raro para él... entreabrió sus labios y dejo salir un "¿Sólo eso? voy en unos momentos, y más te vale tener cuidado con lo que haces." Aquellos felinos y penetrantes orbes mataban al más pálido del cual sabía muy bien sus planes. Su sonrisa egocéntrica no tardó en aparecer, junto una mueca de relevancia y revelación.

Un gruñido por partes de ambos fue expresado en voz alta. Cédrick termino por suspirar, y una vez más se adentró en la escasamente iluminada habitación para acto seguido tomar una llave. Apagó las velas de un soplido. Y ya una vez; aseguro de que el más alto entre los dos hubiese salido aunque hubiese sido mejor para él si desaparecía de su vista para siempre. Cerró con seguro; llaves y cerraduras. Muchos le preguntarían el porqué de tanta seguridad en su alcoba y el respondería con un simple. "No confió en nadie de este sector."

Es el más aborrecido en su exagerado pasillo el cual era dispersado en distintas habitaciones; separados como animales. Cada quien tenía una sección correspondiente la cual si no se acataba al pie de la letra; era un castigo.

Camino al piso superior, o como gustaba llamar el trono. Detrás del joven alto blanquecino; era un deshecho de pensamientos y teorías de la cual su mente vagaba en un quinto espacio, lo había mencionado... ¿no? se perdía por completo e idealizaba su alrededor unas cuantas veces.

El chocar con la vacilante y ancha espalda contraria; le hizo entrar en razón, efectivamente estaban en frente de la enorme puerta de blanco, elegante y refinada junto destellos de realeza y dignos de un rey.

"Señor Marchetti, ¿qué se le ofrece?" Se atrevió a preguntar, con la mirada gacha e intimidada luego de entrar en la iluminada cuadra. Frente la refinada silla aterciopelada de su jefe, quién parecía estar de espaldas ante el ventanal glorioso enfrente suyo.

"Oh mi querido Cédrick. Creo tenerte un trabajo. El perfecto para ti..."

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 26, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Grilletes de SangreWhere stories live. Discover now