Capítulo 41

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Capítulo 41

>>Dicen que la distancia, poquito a poco va matando el sentimiento<< Cuánta razón tenía Nelson Ned en este momento la distancia no es nuestro gran aliado para Armando y para mí, viviendo dos horas aproximadamente, estudiando en universidades de polo a polo provocan que nos alejemos más, ayer fue un claro ejemplo: Ya era medianoche y comenzamos a discutir por watts, estaba molesta por el hecho de que él no quisiera venir a casa, pero yo si tuviera que ir a la de él, sacamos los defectos del otro sin parar por dos horas, hasta que alguno de nosotros durmió.

Ahora me encuentro en un puente prendiendo un cigarrillo, no es la primera vez que lo hago por lo regular fumo cuando estoy en un estrés o con demasiada ansiedad. Hoy es uno de esos casos. Inhalo la primera bocanada y lo suelto despacio, el cielo arriba de mí está nublado.

Estoy en el puente. Es el mensaje que estoy a punto de enviar, más me detengo al ver el humo proveniente del cigarro, no puede verme con esto, guardo el aparato en el bolsillo de mi abrigo y continuó fumando por un largo rato, pensando en lo malo que he hecho al transcurso de la relación.

*Por Armando*

>>El amor es una flor que hay que regar cada día<< Rafael L. Lo intento amigo y en verdad que lo intento y lo que dices no nos ha funcionado a nosotros. Me levanto de la cama con algo de dificultad, apenas pude conciliar el sueño por lo de ayer.

La discusión terminó con ella mandado el mensaje: No quiero verte, esto se acabó.

Ya no quise seguir su juego, estaba enojada y lo entiendo pero ¿no es ella la que no deja que la vea?

No habido una ocasión en estos meses para vernos, los trabajos de la universidad aumentan cada día, ella está dispuesta en abrir el negocio familiar los sábados y de vez en cuando se va a trabajar con unas de sus tías de limpieza en una empresa, por lo que veo, está empeñada en dejar su casa.

Comienzo el quehacer con tender mi cama y arreglar la de mi mamá, enciendo la bocina que me regaló mi padre en mi cumpleaños 17, busco ropa adecuada para las labores de la casa que me corresponden. Necesito sacar ese tema de alguna forma. Subo el volumen de la bocina con la pista Mal Bicho de ZPU.

*Por Eve*

Camino despacio jugando en mi boca con una pastilla de menta, por lo que leí, son perfectas para disfrazar el olor a cerveza y cigarro. Al llegar a su puerta mis manos están sudando, no sabe que vengo, ni siquiera sé que este en su casa. Sacó el teléfono de nuevo para escribir:

Estoy afuera, tenemos que hablar. Pulso la tecla de enviar, minutos después oigo la canción Mal Bicho de ZPU-en serio me odia-, unos pasos apresurados dirigiéndose al portón, al abrirse la puerta se me corta la respiración.

-Yo...-intento hablar en vano, las palabras no salen a la superficie. Espero que se olvide de mí y me cierre la puerta en mis narices, en vez de eso me da el paso.

-Perdona estoy haciendo deberes de la casa.-comenta con desdén, lleva unos shorts hasta las pantorrillas, una playera roja desgastada y unas sandalias-sin calcetines-.

-Gracias.-me guía por las escaleras y giramos a la izquierda para encontrar la entrada a su casa con un bote, una escoba, un par de jergas y un trapeador.

-¿Estas de ceniciento?-trato de animar el ambiente, un sobrenombre que él mismo se puso al describir sus labores de casa.

-Algo así.-hace a un lado las cosas, entramos al cuarto.- Siéntate en la cama un rato, ya casi acabo.-baja el volumen de la canción.

Una nueva historia de AmorWhere stories live. Discover now