El omega abrió los ojos y Taehyung atisbó deseo en ellos. Luego, su vista bajó a sus prominentes e hinchados labios, y acercándose lentamente, lo besó.

Lo siguiente, sucedió muy rápido como para poder registrarlo.

Seokjin lo tomó por los hombros y lo echó de espaldas contra la cama. Se subió sobre él, a horcajadas, presionando su entrepierna contra el precario pantalón de tela de Taehyung. El beta abrió los ojos como platos, siendo plenamente consciente de la erección de Seokjin y cómo su propio miembro comenzaba a crecer debido al placentero roce. Por la Diosa, por la Diosa, por la Diosa. Dejó escapar un gemido involuntario debido a un movimiento fuerte de Seokjin y el omega aprovechó ese momento para profundizar el beso que se estaban dando. Jinnie mordía su boca, succionaba, lamía y Taehyung era incapaz de responder, se sentía demasiado abrumado. Seokjin trataba de devorarlo, como si fuera un hombre sediento en el desierto y él fuera un oasis. Un oasis que estaba permitiendo que Seokjin le bebiera por completo.

Torpemente, posó las manos en las caderas del omega, sus manos todavía temblando, pero Jinnie no parecía notarlo, solo se presionaba contra él con más fuerza. Tae se sentía sobrepasado por las sensaciones, por las caricias de los labios de Seokjin que ahora habían bajado hasta su cuello, besando y mordiendo, arrancándole jadeos. Todo era Seokjin, todo era el omega.

Todo era abrumador.

Demasiado abrumador.

Y él no podía hacer nada más que recibir la necesidad del omega.

—S-seokjin—murmuró, mientras el interpelado trataba infructuosamente de quitarle la camiseta—. Jinnie. —Intentó otra vez.

Pero no le hacía caso.

El omega, por su parte, era apenas consciente de la voz de Taehyung llamándole. Había fuego por todas parte y su lobo le exigía la cercanía al cuerpo que estaba debajo de él. Su lobo quería todo de Taehyung, todo y estaba ansioso y excitado, porque ambos estaban deseando al beta por completo.

Su cuerpo se sentía caliente por completo y no podía obtener suficiente de la piel de Taehyung. Dejó besos en su cuello, mordió sus labios, tocó su pecho sobre la tela de su camiseta. Deseaba más piel que recorrer.

Pero su estúpida camiseta no quería colaborar.

Unos instantes después, como si fuera arrancado de un profundo sueño, sintió las manos de Tae en sus hombros y su lobo se retrajo un poco cuando se dio cuenta de que el beta le estaba alejando.

—Seokjinnie, por favor, detente.

Saliendo del trance, miró al castaño. Sus ojitos estaban cristalinos, sus labios hinchados, su cabello en todas direcciones. Sus mejillas lucían como si hubiese estado corriendo una maratón, pero sus ojos... sus ojos lucían vulnerables.

Apenas era capaz de controlar a su lobo para que no volviera a lanzarse contra Taehyung. Su respiración seguía agitada mientras se sentaba sobre las caderas del beta, sintiéndose repentinamente muy desnudo. Ni siquiera resistió el impulso de abrazarse con las manos.

—¿No quieres continuar? —Su voz saliendo más herida de lo que pretendía.

La mirada de Tae se suavizó, pero de todas formas mordió su labio inferior con nerviosismo. ¿Iba a rechazarle? 

—Quiero continuar—susurró el castaño y de pronto, sus mejillas enrojecieron aún más, rehuyendo la mirada de Seokjin—. Claro que quiero—volvió a murmurar entre dientes. Hizo una pausa hasta soltar un suspiro. —Es solo que yo... yo jamás he hecho esto y... y no sé qué hacer.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now