- Vete, nerd, dile a tu **** madre que se largue lejos de aquí contigo, tonto -concluyó él amenazante, luciendo como un maldito secuestrador que intenta meterte el miedo por las venas.

Pero no. Esta jodida vez no. ¿Insultaba a mi madre, pedía que me largara...? Nadie me llamaba tonto. Pude haberme espantado, pude haberme puesto nervioso, pude haber hecho el ridículo ante su estúpida orden de que me fuera. Pero ya se había pasado de la línea con ese discurso, aún más con la parte final.

¿Quería guerra? Tendría guerra. Y si de algo estaba seguro, era que conmigo no se jugaba. Podía ser nerd, podía ser tímido, podía ser ridículo, podía ser extraño, podía ser un millón de cosas... Pero jamás tonto. Y era una persona, y una persona tiene sus límites, hasta los más invisibles de la sociedad.

- Así que, lárgate de una jodida vez ante... - seguía transmitiendo él como si creyera que sus palabras cobraran sentido de repente, pero yo lo interrumpí.

- No - dije cortantemente sorprendiéndolo.

Vale, esta era la tercera vez en la vida que me comportaba de esta manera. La primera había sido con el director y la segunda con mi madre. Sí, largas historias que no estaba alegre de-ni quería-recordar.

- ¿Qué dijiste...? - cuestionó él intentando intimidarme de nuevo.

Me acerqué más a él.

- Tú, sordo idiota, no puedes mandarme de esta manera. A mi madre la echaron del departamento y tu madre... - empecé a decir ya exasperado de que siempre este chico me tratara de intimidar.

NamJoon me interrumpió.

- Mi madre no te invitó a quedarte - cortó él. Siempre tenía que tener la razón.

- Tu madre nos dejó quedarnos - contraataqué-. Así qué cállate de una buena vez y déjame en paz.

- Quiero que te vayas - dijo él ya luciendo más que enfadado.

- ¡Yo quiero que tú te vayas! ¿Crees que me agradas? ¿Crees que te tengo envidia? ¡No! Eres un idiota que finge ser la gran cosa mientras que sólo es un egoísta, un simio idiota y un completo... imbécil - respondí defendiéndome y a la vez diciendo casi con asco la última parte.

El silencio invadió nuestro alrededor.

Oh, joder, recién le estaba tomando el peso. ¡Había enfrentado al mismo Kim NamJoon! Eso era suicidio... ¡Suicidio! Nadie contraatacaba al gran Kim, era como enfrentar a King Kong, sólo que uno más... ya saben... popular y... guapo. ¡Pero seguía siendo suicidio! No debí de haberle gritado, oh, rayos... ¿le había gritado? Rayos, rayos, rayos, esto no era para nada bueno. ¿Qué haría ahora? Tal vez debí de haberle hecho caso cuando mencionó lo de que me largara. Pero no. Justo tenía que ir, entrar en valentía extrema y gritarle que era un imbécil.

Ya me estaba haciendo una idea de cómo sería mi funeral.

-¿Me dijiste imbécil? -cuestionó serio, aunque si veía bien se notaba cómo intentaba ocultar una sonrisa.

¿Imbécil? Oh, cierto, le había dicho imbécil. ¿¡Por qué rayos le había dicho imbécil!? Yo era una de esas personas de pensar, decir y actuar. ¡No decir, actuar y pensar! ¿Qué rayos me estaba pasando? Sólo podía explicar, con algo de lógica, que era por el estrés que provocaba el cambio de hogar y el hecho del insistente "vete" de parte de NamJoon.

- ... sí... - respondí bajando la mirada.

¡Joder, le había dicho imbécil! Y como el buen e inocente niño que había vuelto a ser, debía admitir que le había llamado así. Si no hubiera sido porque había vuelto a ser el mismo de antes, probablemente más que imbécil le hubiera dicho otras groserías.

Era un desastre.

NamJoon soltó una carcajada y yo alcé la mirada extrañado. ¿Pero qué rayos le causaba tanta gracia? ¿Es que acaso decirle imbécil le causaba diversión? No sabía si debía reírme, irme o... preocuparme. Tal vez NamJoon estaba entrando en una extraña clase de demencia.

- Eres un tonto - dijo al parar de reír.

Esa palabra de nuevo.

- No soy tonto, joder, ¿qué tan difícil es entenderlo? - me quejé de brazos cruzados. NamJoon sonrió torcidamente... Oh, maldito chico guapo de sonrisa irresistible.

- No sé. ¿Sabes? Eres más rudo de lo que pensaba - comentó él y yo abrí los ojos como platos.

¡Rayos, él no podía saber nada sobre mis cambios de actitud! Y lo más importante, ¡no podía comentarlos! ¡Ni a su perro! Ah, esperen, parece que no tenía perro. Bueno, a su gato.

- No sé de qué me estás hablando - mentí fingiendo no saber nada y desviando mi mirada. NamJoon soltó otra carcajada.

- Sí, claro, pero yo sé la verdad - dijo él y se acercó a mí, tanto que podía ver sus lindos ojos claramente, podía hasta sentir su cabello hacerme cosquillas en la frente... -. Kim SeokJin, eres mi nuevo rival. Desde a partir de ahora, haré tu vida imposible.

- Lo mismo digo - dije firmemente, a pesar de morirme de nervios por dentro-. Buenas noches, Kim NamJoon, y prepárate para mañana, porque yo... NO. ME. VOY - concluí seriamente separando las palabras y NamJoon cambió su sonrisa maliciosa y traviesa por una expresión seria.

Me zafé de él y salí rápidamente de la cocina. Subí las escaleras más rápido de lo que había bajado, me encerré en mi habitación y me recosté en mi cama mirando el techo con mi pecho bajando y subiendo exageradamente.

Los latidos de mi corazón se habían acelerado demasiado. ¿Es que Kim NamJoon... siempre me pondría así de nervioso? Suspiré profundamente y cerré mis ojos.

Desde ahora Kim NamJoon sería mi rival. ¿Rival? Sí. Porque él quería que me fuera, y yo quería quedarme. ¿Eso contaría como rival? Al menos eso parecía.

Kim NamJoon... te odio.

-----------------------------

Kim vs. Kim ahre 

viviendo con el nerd (VCEN1) •• nj.Where stories live. Discover now