Capitulo 3 (+18)

4.5K 132 20
                                    

¡¡ADVERTENCIA!! Contenido adulto queda bajo su propia responsabilidad seguir con la lectura...

Pov Alonzo Bonatti

Al salir de su habitación, me sentí desesperado, deseaba volver y enseñarle a esa chiquilla quien debe tomar el control en su vida, pues su padre me había cedido total uso de ella con tal de salvar las famosas empresas Anderson de la tantas veces escuchada, banca rota.

Verla en esas diminutas bragas rosas me prendió totalmente, imágenes de mi follandola de una y mil formas rompió la barrera de mi exitacion— necesito una mujer urgentemente— me dije pasando de largo al ver a la mamá de Rosalie intentando dirigirme la palabra, pues ella deseaba que yo rompiera aquel contrato oculto a su hija desde hace 3 años.

Subí a mi Audi color gris y sin importarme ser multado por infringir una regla que todo mundo suele romper mínimo una vez en su vida, pise el acelerador deseando borrar su imagen de mi mente.

Llegue a aquel bar destinado a ofrecerme lo que yo deseaba.

Entre sin hacer fila, a paso apresurado caminé hacia Efrain, el actual dueño del bar, lo tome del brazo dándome igual su amenazante mirada.

—necesito a una de tus chicas— dije acelerado.

—bien, vamos— dijo sin reñir pues sabía que de esto obtendría buena cantidad de dinero.—¿solo sexo o prefieres algo más potente?— pregunto.

—me inclino por la segunda, ya conoces mis gustos, tráeme a mi favorita— dije entrando a la obscura habitación cedida exclusivamente para mi uso, prendí la luz esperando por Efrain.

Observaba sonriente todos y cada uno de mis juguetes sexuales, la pala era mi favorita, a pesar de que había de diferentes tipos, yo preferia una hermosa pala con agujeros de diferentes tamaños, hecha totalmente de madera y capaz de brindar tanto dolor como me encantaba.

Los toques de Efrain me sacaron totalmente de mi ensoñación.

—pasa— dije.

Miranda di Vaio, una joven italiana de 20 años, es la chica con la que acostumbro a divertirme.

Efrain la empujo y sin meditar vocablo cerró la puerta, ella con la mirada gacha comenzó a desvestirse sin necesidad de yo pedírselo.

Ella es tan parecida a Rosalie, delgada, exceptuando el hecho de que Miranda poseía más busto y trasero, su cabello que antiguamente era café, casi negro, ahora se halla color café castaño, casi rubia, sus labios más carnosos son de un tono rojizo tan apetecible, su piel tan suave y blanca me encanta y finalmente sus ojos, tan claros y azules un perfecto retrato de Rosalie en otro cuerpo.

—de rodillas— ordene tomando una vara con la cual separaba sus piernas desde sus tobillos, las pinzas para pezones y pinzas genitales igual eran mis juguetes favoritos, ambas de diferentes peso y completamente de cadena, capaces de brindar un dolor indescriptible.

Coloque la vara separando sus piernas, el frío metal que este material contenía hizo que se estremeciera, me levanté de nuevo y tomé una cuerda, esta la amarre por arriba de su pecho y debajo de sus axilas tomando a mi paso sus brazos amarrandolos a la misma vara, su espalda quedó curvada lo cual me daba una perfecta vista de sus pechos y erectos pezones, tomé las pinzas y coloque cada una en un pezón, un exquisito jadeo salió de su boca al finalizar este accionar para proseguir a colocar las pinzas genitales.

—por favor no señor!— pedía suplicante pues las pinzas resultaban demasiado dolorosas para ella.

Instintivamente levanté la mano dejándola caer hacia su mejilla, la fuerte cachetada produjo más lágrimas de su parte.

Tentación (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora