Mi madre me había dicho que en el momento de fijarme en algún chico ignorara su aspecto físico. Me dijo que aquello también era importante; pero que si me enamoraba, debía ser por cómo es él, por su personalidad.
Según estudios, una persona puede enamorarse en menos de 8,2 segundos. Bueno, eso se lo dejo a las enamoradizas, se necesita más que una sonrisa bonita para conquistarme.
Es por ello, que aún no entiendo como fue que terminé enamorada de Jack.
Siendo un grandísimo idiota en muchas ocasiones, extrañamente llevaba consigo una pequeña parte de mi corazón cada vez que se despedía de mí.
Mis mejores amigos dicen que es muy difícil enamorarme, no soy de las típicas chicas que le regalas una rosa y ya va buscando vestidos de novia en internet.
Jack es un chico bastante inteligente, lo cual me gusta. El problema va en donde es inmaduro, desatento, olvidadizo y a veces hasta es un poco molesto.
Recuerdo el primer día en que me habló. Estaba jugando con sus amigos, él los estaba mojando con su botella de agua y en uno de sus descuidos me mojó a mí.
"-Disculpa, pero no era parte de su juego- recuerdo que estaba enojadísima.
-Lo lamento, en serio lo lamento. Quería mojar a Jaeden, es que... ay, olvídalo. Soy Jack- extendió la mano para que la tomara, pero no fue así.
-Me gustaría decir que fue un placer, pero estaría mintiendo. Estoy ocupada- lo dejé con la mano extendida y me fui de allí".
No había sido muy amistosa con él, y mucho menos cuando lo encontré en una fiesta organizada por uno de mi amigos. Recuerdo haberlo evitado con la vida, hasta que él me encontró. ¿Saben cómo?
Había empujado a su hermano a la piscina, y para mi mala suerte yo estaba cerca de ella. El gran chapuzón llego a mí.
"-Mira, idiota. Es la segunda vez que quedo empapada por tu culpa- aún puedo recordar la sonrisa irónica con la que dije aquellas palabras, y puedo apostar que Jack también lo hace.
-Oh, vaya, miren a quién tenemos aquí. Te abrazaría diciendo que esperaba encontrarte de nuevo a lo largo de mi grandiosa vida, pero estás empapada y no quiero mojarme yo también.
-Idiota- susurré por lo bajo".
Recuerdo cuando se convirtió en la persona que sabía todos mis secretos. No le había tomado ni un poco de confianza aún, pero estaba empezando a caerme bien. En un momento de debilidad por parte mía el único que apareció para estar conmigo fue él, y fue allí donde él comenzó a robarse mi corazón sin siquiera saberlo.
Luego él aceptó lo que sentía por mí, y me lo dijo, pero yo tenía miedo. Le abrí la entrada a la friendzone y lo tuve allí por mucho tiempo, pero aún así el intentaba romper el pequeño muro que yo había construido entre mi corazón y el "amor".
Es increíble como una persona que no te caía para nada bien pueda convertirse en uno de tus mejores amigos, y de ser tu mejor amigo pasar a ser una de las personas más importantes en tu vida.
Despues de varios meses de luchar contra mi friendzone, aquí estamos. Acostados en el pasto de su jardín, bajo la sombra de un árbol mientras comemos los preciados doritos y escuchamos música.
-Lamento ser tan... fría a veces- dije en medio de nuestro silencio- Sabes que no soy de las chicas que expresan sus sentimientos cada cinco segundos.
-"Fría" no sería la palabra con la cual yo te describiría- murmuró- Has pasado por mucho, es obvio que no quieras abrirte sentimentalmente con las personas.
Me puse de costado, apoyando mi cabeza en mi mano. Observé su rostro. Sus finos rasgos, sus ojos avellana, su cabello castaño, y sus labios. Sus apetitosos labios.
-¿Por qué eres así?
-¿A qué te refieres?- se levantó ligeramente apoyandose por sus codos.
-Nunca te rendiste conmigo, y sigues esforzandote para que esto vaya lejos...
-Nena, nada es fácil. Si fuera de rendirme al primer intento, no estaría donde estoy ahora... Toda cosa buena tiene su dificultad, no fue fácil ganarte, me esforcé mucho para que ahora seas mi chica y no porque ya lo seas dejaré de esforzarme -dijo mirándome fijamente- Si no me rendí cuando aún no eras mía, mucho menos me rendiré ahora que ya lo eres.
Sonreí mientras sentía como mis mejillas se calentaban ligeramente. Tomé su rostro entre mis manos y dejé un corto beso en sus labios.
-Te quiero tanto, Dylan- él sonrió cerrando los ojos y se deleitaba al escuchar esas cuatro palabras, mientras sentía como la brisa acariciaba su rostro.
-Yo te quiero más, bebé.
************************
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
¿Soy la unica que cree que a Finn también se le va subiendo la fama a la cabeza?
Lo siento, sólo es una opinión...
Igual... lo amo, así como a todos los demas chicos ♡
