En un abrazo

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Cuando Jun sonríe, Minghao también lo hace; en medio de la noche, mientras la luna brilla en el cielo nocturno, acercándose más al cuerpo contrario. La sonrisa parece no querer desaparecer de sus rostros, pero incluso si es leve (en donde sólo se alzan las comisuras de sus labios), alcanza a reflejarse en sus orbes. 

Jun mantiene los ojos cerrados, adormeciéndose por las caricias que Minghao deja sobre su cabellera. Especialmente hoy se siente extraño, mucho más cansado, el pecho parece dolerle; pero al menos el menor está a su lado, sólo por ello es capaz de olvidar todo para concentrarse únicamente en él.

En ocasiones se pregunta si amar tanto es correcto pero, de todos modos, sabe que no existe un límite marcado para ello. Ama a Minghao, y tiene en claro que el sentimiento es mutuo. Pero le duele pensar en el futuro y darse cuenta de que en realidad no hay uno. A veces, esa clase de pensamientos lo consume lo suficiente para que el pensar de no vale la pena lo lleve a buscar rendirse; allí es cuando entra Minghao.

Jun sabe, incluso sin palabras de por medio, que el menor tiene tanto miedo como él. Lo sabe en cuanto sus miradas conectan, porque no pueden ocultarse nada; pero el miedo suele ser la mayoría de las veces irracional. Y Junhui no piensa (ni siquiera un segundo) cuando se lanza a los brazos contrarios luego de una tarde demasiado exhausta de actividades.

El problema es hallado cuando se pregunta que pretende hacer con su vida, o lo que queda de ella. Tiene muy claro que quiere a Minghao en ella, pero también sabe que Minghao no puede adaptarse únicamente a sus problemas.

Quizás está pensado demasiado y sólo deba seguir como hasta ahora.

Minghao lo conoce demasiado, y se da cuenta cuando algo lo atormenta. Sin embargo, Jun no quiere hablar de ello, no por el momento.

Así que ha estado por más de dos día evitando los interrogatorios por parte del menor, o callándolos con un beso (que siempre termina en algo más). Pero llega un momento en que Minghao ya lo anticipa, e impide cualquier intento de Junhui por escapar. En está ocasión, un beso no sirvió para desviarlo de su objetivo.

La voz del menor sigue siendo dulce, y se pierde en ella como muchas veces lo ha hecho. Jun sonríe para Minghao (aunque es una sonrisa algo forzada, que no llega a respladecer en sus ojos), y termina por soltar aquello que lo mantiene preocupado, que en realidad es una mezcla de sentimientos y pensamientos que se identifican como miedo.

Minghao lo besa; el roce es leve, mínimo, casi inocente, demasiado dulce. Sus miradas se mantienen conectadas, su corazón sigue latiendo fuerte, y en momentos como estos las palabras sobran; los ojos de Minghao expresan mucho más que cientos de palabras, Jun lo sabe y puede leer en ellos que siente lo mismo.

Así acaban ambos acostados, con un par de mantas encima para aligerar el frío, dándose efímeros y castos besos, rodeados por los brazos del otro. Junhui se deleita con el tacto del menor, con las suaves caricias que da sobre su cabellera y la unión de sus manos entrelazadas.

Pronto los besos terminan, entonces sólo queda silencio, acompañados por la noche, las estrellas y la luna. Jun deja caer sus párpados, cerrando los ojos, adormeciéndose por las caricias que Minghao aún reparte sobre su cabellera.

"Te amo" lo oye susurrar muy despacio en algún momento de la noche, pero a sus oídos llega como un murmullo lejano, porque el sueño lo ha dominado completamente.

unfading » junhao Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin