Capitulo VII: Excitándola por diversión

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En el juego de la perversión, excitación y placer cualquier cosa puede pasar, desde perder una chica hasta un sexo casual todo depende de la forma de cómo lo hagas y se lo vayas a pedir educadamente que quieres hacer sexo salvaje con esa persona.

Además, las estrategias influyen mucho al momento de hacerlo porque eso es lo que te ayuda a conseguir tu objetivo o lo que quieres lograr hacer con esa persona.

Después de aquella introducción todo se remonta hacia tres años atrás, más o menos en el dos mil quince, dos mil dieciséis donde conocí a una chica llamada... mejor dejémosla como chica para evitar problemas, tengo que decirlo es atractiva, pero bueno atractiva. Al inicio lo tengo que decir quería tener una relación con ella, pero a medidas del tiempo me di cuenta que no era el único que deseaba tener una relación amorosa con ella (un noviazgo para los mal pensado). En fin, no recuerdo muy bien si le dije que sentía una atracción hacia ella, un gusto como tal, pero creo que ella se dio cuenta por sus propios medios.

Para no alargar tanto el romanticismo y meternos un poco en contexto con la historia, ella y yo pasamos por conflictos, yo le deje de hablar por un tiempo por un error amoroso que tuvo (no estaba celoso para aclarar y creo que no le interesa esa parte de la historia a ustedes).

En los últimos meses yo había agarrado una confianza como tal con esa chica al unto que cuando estábamos en privado le agarraba los senos cuando se descuidaba, obviamente le daba un poco de enojo y se echaba a reír, me golpeaba la mano y me decía que no lo hiciera, pero yo no le obedecía y algunas veces cuando nos encontrábamos solos lo seguía haciendo.

Bueno, un sábado la invite a almorzar a mi casa y se notaba un poco cansada y tensionada, yo como buen amigo le ofrecí a darle un masaje para que relajara el cuerpo un rato y se liberara de esa tensión que tenía en su cuerpo, así que comencé y poco a poco iba bajando hacia sus senos, a veces se dejaba, otras no y me decía que dejara el irrespeto y nuevamente tenía que comenzar al principio, las veces que quería agarrarle los senos se le notaba un poco en la cara que lo estaba disfrutando cuando medio se los tocaba, aunque las cosas se sobrepasaron que volvía a la realidad i era en esos momentos que tenía que comenzar al inicio. Recuerdo que comencé a charlar con ella diciéndole que mientras que le hacia el masaje por la parte de los senos no había sentido su corazón y ella me respondió que a veces se podía sentir los latidos, pero a veces no, entonces allí fue donde aproveche a decirle que quería comprobarlo por mi cuentas y mientras unos dedos comprobaban dicha teorías los demás quería entrar en el sostén que tenía y tocar su pensó y seguía la misma trama de que me sacaba las manos, me la golpeaba, pero yo sabía que lo estaba disfrutando mientras lo hacía aunque no me lo dijera.

Como se llevó todo al extremo entre ella y yo, pues... Una noche estaba en mis redes sociales y me encontré a ella conectada, empezamos a charlar, el cual llego a un punto donde ella me pregunto ¿Qué haces en estos momentos? – yo le respondí: me estoy dedicando hacer un libro erótico llamado: "el coleccionista de sex nudes" (la primera parte de esta historia). Al inicio se rió de mí y me dijo que estaba un poco loco, le ofrecí leerlo cuando lo terminara y con gusto acepto. Al pasar las semanas le pase el contenido textual y a los pocos días me escribió que ya se lo había leído, como buen escritor le pregunte que si tenía una crítica sobre el corto libro que había hecho y la respuesta que me dio fue que se había excitado un poco al punto que a media que leía el libro se tocó los senos y se masturbo un poco, causándome risas y muchas ideas en ese momento.

Solo por diversión y no desaprovechar la calentura que tenía en el momento la empecé a excitar haciéndose imaginar no como una de los personajes del libro, si no como si lo hubiésemos experimentado haciéndole imaginar escenas en su cabeza de lo rico que lo hubiéramos pasado. Se desconectó al rato porque no aguanto más y seguramente se fue masturbar porque pasada la media hora me volvió a escribir diciéndome que me odiaba y que no lo volviera hacer, pero yo con mi mente perversa le conteste que no se imaginara las cosas que pudiese pasar con los dos si no que fácilmente podía llegar a mi casa, tener sexo sin ninguna complicación e iba hacer mucho mejor que las masturbaciones que se hacía.

Para no alargar la historia más de lo que esta vamos al grano. Días después de dicha conversación llego a mi casa, por fortuna no había nadie si no yo solo y de casualidad me fue "a visitar porque había salido temprano de clases" (ella estudia cerca de mi casa para aclarar), entonces con gusto la invité a entrar, empezamos a hablar y me dijo que si le podía hacer un masaje porque había salido de un parcial y estaba un poco estresada y yo sin oponerme se lo empecé hacer. Les seré sincero a mí se me había olvidado la conversación de aquella noche, pero al momento que le estaba haciendo el masaje se refresco mi memoria y sin recordarle nada a ella que posiblemente tampoco se acordaba de esa conversación, lleve el masaje un poco más al extremo diciéndole que se quitara la blusa que tenía puesta porque me incomodaba un poco al momento que se lo estaba haciendo, ella al principio se oponía, pero después de una a otra labia la convencí y se la quitó, haciendo así el trabajo mucho más sencillo de excitar no por diversión si no para tener un rato de acción.

El sostén era blanco el que tenía puesto para lo que les interesa saber. Con una loción corporal ya no era solo los hombros que masajeaba, si no toda su espalda, ya no era mis brazos quien la tocaba si no mis besos por toda su espalda, provocándole una sensación al cuerpo que se notaba en los momentos que se erizaba, esa chica se relajó tanto que no se dio cuenta cuando le desabroche el sostén ni tampoco cuando estaba excitada. Me decía que no parara que le gustaba todo lo que le hacía, que le gustaba aquel rico masaje. Llegue al punto donde me senté encima de ella haciendo que mi pene excitado tocara su trasero provocándole un gemido suave, algo pequeño y confiado en que estaba alcanzando mi objetivo.

Después ya no era la espalda que le tocaba si no sus senos, peor allí ya no decía nada y disfrutaba el momento. En el mueble donde la había acostado, le di la vuelta y le quité totalmente el sostén mostrándome sus lindos y perfectos senos, el cual me dieron más confianza para agarrarlo y hacerlos mío en el momento, la chica excitada, pero percatándose de la situación me pregunto lo que hacía y yo le respondí con una sonrisa algo malvada: Ahora si vas a saber qué es lo que se siente una verdadera masturbada y una buena agarrada de senos, ella se echó a reír y yo le empecé a besar los senos, pasarle la lengua por su pezón como todo un profesional y magister en esa profesión como tal, mientras que le escuchaba gemir mi mano izquierda estaba dentro de sus bragas mientras que el dedo medio e índice estaba dentro de su vagina y masturbándola, me pedía que no parara que siguiera mientras que agarraba mi cabeza y la oprimía hacia sus ricos pechos, le besaba todo el cuerpo y ella me ayudaba a masturbarse como tal mientras que gemía y gemía, no nos importaba más nada si no lo que nuestro cuerpo nos pedía en el momento que era sexo. Ella por su parte su mano derecha me ayudaba a masturbarla, mi cabeza sobre sus pechos, mi boca en sus senos su mano izquierda hacia travesura con mi pensé, moviéndose arriba hacia abajo batiéndolo sin control cubierto de mi semen y ella queriendo sacar más y más.

Disculpen por ser un aguafiestas, pero la historia la tengo que contar tal como pasó, así que le dañare un poco la diversión. Cuando ya estábamos decididos a tener sexo, escuche la reja de mi casa golpearse y pasos subiendo las escaleras, ella me empujo, agarro sus cosas y se fue a cambiar al baño, yo me acomode mi pene ara que no se notara que estaba excitado, posiblemente venia alguien y efectivamente era mi madre que había llegado preguntándome que hacía y con quien estaba, al momento sale ella ya arreglada, saludo a mi madre y le dijo que estaba un poco cerca y tenía necesidad de ir al baño y aprovecho llegar a la casa a visitarme y a usarlo, mi madre por su parte creyó toda la historia que la chica le había contado dejando todo en calma y sin opinión alguna sobre lo que había sucedido hace unos minutos atrás. Aproximado de una hora y media y que mi madre le brindara almuerzo se marchó y desde aquel entonces no hemos vuelto a tratar el tema de aquella vez.

A veces hablamos y me he encontrado tratando de conseguir un beso de ella (Para aclarar nunca la he besado y aquella vez que estuvimos en la casa no aproveche la situación), que aún no pierdo de conseguirlo, aunque a veces quiero excitarla por diversión otra vez, pero tengo que percatarme con no sea solo beso, caricias y algo de abrazo si no también que el sexo sea nuestro mayor aliado.

el coleccionista de sex nudes 2: Anécdotas y algo másWhere stories live. Discover now