Engagement of love {CARLOS COLOSIO}

CAPÍTULO 19

De verdad trato de eliminar todos esos pensamientos de mi cabeza. Capaz y ni sean verdad, no sé qué creer.

Apresuro el paso, pero en cuanto menos me doy cuenta un chirrido de llanta me detiene por completo en medio de la calle, escucho los claxon pero me congelo, no me puedo mover hasta que el sonido del choque me saca de mi trance. Salto y corro en cuanto puedo al sentido contrario de la calle. Empiezo a sudar.

-.Ey vuelve acá-. Salta un hombre de la camioneta arrollada y casi completamente con la puerta acabada. Grito del pánico. Y trato de seguir mi andar, pero su fuerte mano no me deja continuar.

-Eh, suéltame-. Digo alterada pero despacio.

-.Me vas a escuchar-. Grita-. ¿Ves todo el daño que causaste?-. Con cada palabra que sale de su boca, más aprieta el agarre.

-.Señor, me está lastimando. Por favor suélteme-. Y así me viene a la mente cada vez que mi papá me hacía lo mismo.

-¡Ey ey, le dijeron que la soltara!-. El simple sonido de su voz me estremece. Volteo y miro directo a sus bellos ojos, rogándole con la mirada que no causara una escena. Pero claro está que este decide ignorarme, ya que en cuanto el alto hombre me suelta Carlos se abalanza sobre el otro. Suelto un grito y me aproximo a separarlos. Sinceramente no sé qué hacer en estos casos, nunca había presenciado algo así. Normalmente los golpes van hacia mí. Me siento asustada, enojada y desesperada, todo al mismo tiempo.

-. Carlos, basta-. Digo sin levantar la voz, no quiero hacer de esto más un escándalo. Veo como la gente se empieza a acercar y podría jurar que escucho las sirenas policíacas a lo lejos.

-. BASTA-. Al fin me armo de valor de gritar y este me voltea a ver de repente, generando un descuido y que el estúpido hombre golpeara a Carlos en la pura nariz. Este retrocede desconcertado.

-Ya valiste...-. Pero no termina porque los colores rojo y azul son visibles. Este toma de muñeca por segunda vez en el día y arrastra de mí hasta su carro. -. Sube-. Aclama.

Me negaría, se los juro que me negaría. Pero con la policía no me meto, ni pienso hacerlo, después de todo el historial que tengo.

-Vamos, que esperas-. Grita Carlos desesperado. Me apresuro y en cuanto subo este acelera dando reversa, para después salir en sentido contrario la calle y con ello perdiendo a la policía y como consecuencia a el alto hombre.

-¿Qué fue todo eso?-. Comienzo despacio sin quererlo alterar como hace rato, va a muy alta velocidad y ni sé a dónde se dirige. Como que al escuchar mi voz, recuerda que en realidad estoy aquí y baja la velocidad de un freno.

-¿Me dirás tú, que pasó ahí?- Recalca el "tu" en su oración.

-Pues eras tú el que se comportó como un idiota con el hombre ese-. Recalco.- Aparte que hacías ahí, ya te habías ido hace rato.- me doy cuento de lo que acabo de decir, soné demasiado desesperada y me arrepiento al instante.-Perdón yo no quería interrogarte así.- me achico. Me mira de reojo

-. Estaba en camino a recoger a Luis-. Dice y solo por eso reconozco el camino de vuelta a la escuela. En cuanto mete al carro por el estacionamiento del lugar, pretendo bajarme, pero este no me lo permite.

-¿A dónde vas?-. Dice sujetándome la muñeca; creo que se le está haciendo una maña.

-¿A mi casa?-. Digo muy insegura.

-.Ya va a empezar a anochecer y por lo visto no sabes andar por las calles muy bien-. Recalca levantando una ceja, lo miro directo a los ojos.

-¿Y qué pretendes, llevarme a mí casa?-. Digo sarcástica-. Vivo fuera de la ciudad.

-.Oh vamos, no es ningún problema.- Me tenso. Mi casa no era la casa de los sueños de todos, al contrario de los demás, la mía era de solo un piso, a lo que se le podría llamar jardín de enfrente, solo hay bloques y cementos tirados de lo que alguna vez fue una remo delación, es gris de ladrillo directo. Me daba pena.

Ni tiempo tuve de renegar porque llego el amigo de Carlos con un fruncido en la cara, se para justo afuera de la puerta del piloto (en la que justo estaba yo) pero no me mira a mí, ve directo a la agarre que me tenía Carlos en la muñeca, me tenso. Al parecer él también se dio cuenta de lo mismo porque al instante mueve su mano a toda velocidad.

-¿Qué esperas? Muévete-. Dice Luis y me denigra con la mirada.

-.Ella no se mueve de aquí, vas atrás-. Dice Carlos mirando al frente, justo como si estuviera evitando la mirada de su amigo. Este solo bufa como niño bebe y entra de un azote a la parte de atrás.

-¿Desde cuándo tus juguetes tienen prioridades sobre mí?-. Ríe en el asiento trasero y Carlos acelera. Al parecer decide ignorarlo ya que prende la radio y se queda serio.

Al cabo de unos minutos y semáforos me mira con delicadeza.

-.Voy a dejar primero a este niño, y luego agarramos amino a tu casa ¿Está bien?-. Dice muy calmado a como lo conozco, asiento insegura. Me dedico a mirar por la ventana a todo momento, no estoy muy segura de adonde mirar. Una canción para nada conocida empieza a sonar y Luis suelta un grito.

-¡Súbele!-. Le reclama a Carlos. Este ya sonriente le sube siguiendo el ritmo. Luis empieza a cantar una melodía medio pegajosa, no les voy a mentir sí que sabía cantar. Me sorprendí aún más cuando Carlos le seguía en los coros. Por un momento sentí alegría o al menos algo caliente en mi interior al verlos felices y cantando. Me pega todo de golpe, incluso mi sonrisa se quita de golpe. Me siento incomoda y me encojo en el asiento. Unos segundos después llegamos a una enorme casa; enorme le queda chica. Esta le agradece a Carlos con un saludo de mano y se baja aun cantando. Carlos le vuelve a andar el carro y le baja a la música.

-. Perdón por eso, no lo podemos evitar-.Dice sonriente y yo no puedo contestar más que asintiendo. El nota mi incomodidad así que prontamente pregunta-. ¿En qué colonia es?-. Hasta pena me da contestarle.

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03/10/2018

De verdad le puse mucho esfuerzo a este capítulo, así que no puedo esperar a leer sus comentarios.

Disfruten!

-Alejandra