KinkTober 2doc 2018

I. Intercrural Sex

2D compartía su cama con Murdoc aquella mañana.

La noche anterior se durmieron juntos luego de haber consumado sus instintos en un evento pasional mutuo. Fue salvaje y agotador; sumamente placentero y vulgar, lo que desató de ellos sus más bajos deseos. Exhalando palabras obscenas en el oído contrario, con el afán de hacerse sonrojar, llenos del sudor y de la esencia del otro. Elevaron diversos sonidos al aire que salieron de sus labios y que expresaron emociones y sensaciones que las propias palabras no son capaces de describir cuando todas y cada una de las caricias y roces ajenos les quedaron grabadas a fuego en la piel. Lo hicieron casi como si sus vidas dependieran de ello y sus fuerzas abandonaron sus cuerpos al haber terminado.

Ambos se quedaron dormidos en un sueño profundo, y grato el hecho de que este no les fue perturbado; o al menos no a Murdoc. Mientras tanto 2D, más joven y novato en estos temas y experiencias, despertó en el transcurso de las horas, sintiéndose cansado y débil. Sabía que no podría volver a cerrar los ojos al menos por otro par de minutos, y con las más benevolentes intenciones de no despertar a su amado hasta recuperar el sueño, desistió de dar vueltas en su lecho y se levantó deambulando en la oscuridad hasta llegar al cuarto de baño.

Sus piernas tiritaban sintiéndose adoloridas, casi como si amenazaran en dejarlo a su suerte y dejarse llevar por su propio peso hacia el suelo.

2D se sostuvo de inmediato al borde del lavabo y procedió a mirar su imagen en el espejo. Se sentía mal consigo mismo al ser tan susceptible a sentirse inestable y vulnerable como ahora. Normalmente ocurría siempre después del acto sexual y hoy no era la excepción. No tuvieron límites al momento de entregarse por competo y esa razón ahora le cobraba factura.

No culpaba a Murdoc (porque él mismo así también lo acordó) pero fue demasiado rudo al tratarlo. Revisó en ese instante sus partes privadas, tomándose su tiempo para examinarse con cuidado. Pasó con delicadeza sus dedos por encima de su piel tan delicada, tan sensible, aquella zona donde hubo contacto íntimo. Pudo observar marcas de rozaduras y al tocarse sintió un ardor doloroso. Suprimió un quejido y procedió a buscar un ungüento que ayudaría a su recuperación una vez que lo aplicase. Antes de volver a su cama se limpió una vez más

Volvió a su lugar que aun guardaba el calor de Murdoc junto a él y se abrazó a su pecho. El mayor parecía no haber despertado en absoluto, permaneciendo tan inmutable en sus sueños. 2D cerró los ojos para hacerle compañía hasta que de igual forma se dejó vencer por la pesadez que cargaban sus parpados.

Al amanecer, la luz natural del sol se cuela por el vidrio de la ventana y por las delegadas cortinas. Es lo que despierta a Murdoc pues le ilumina directo al rostro. Se despereza sobre su almohada  y no tarda en notar la posición en la que 2D esa descansando: con su rostro escondido bajo el abrigo de su cuerpo. Se ve tan dulce. Toda acción que realiza esta bella creatura es capaz de robar el aliento por la inocencia y la pureza que irradia al hacerlo. Murdoc deposita un pequeño y cuidadoso beso sobre sus cabellos y procede a admirar en silencio como duerme con ese halo de inocencia que desprende su ser.

No pasa mucho tiempo, apenas unos minutos más, para que 2D igual proceda a ir despertando. Sus ojos se encuentran con la atenta mirada de su pareja que lo ve con dulzura.―Hola,  buenos días.-Saluda con una voz perezosa pero amable.

―Buen día Stu  ¿Dormiste bien?

―Eh...sí.-En realidad soltó una mentira, pues a pesar de haberse tratado durante la madrugada, seguía sintiendo un ardor molesto en su parte baja de la espalda que se esforzaba por ignorar.

―Anoche fue fantástico. Estuviste increíble Harold.-Menciona antes de brindarle una sonrisa y apretujarlo protectoramente entre sus brazos.

―Tú también Murdoc, lo disfruté mucho.-Sonríe mostrando su sonrisa desdentada que para Murdoc es todo un encanto.