Gracias... Por salvarme

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Imelda volteo un instante en dirección donde venía la voz de su madre, pero al sentir que el "chico misterioso" se movió regreso su mirada, pero ya era tarde, el ya se había ido saltando la cerca ( realmente era pequeña, Hector de verdad exageró con ese detalle ) ella se quedo allí, viendo como se iba y asimilando lo que acababa de ocurrir, miles de preguntas asaltaban su cabeza: ¿Quien era ese chamaco? ¿Cual era su nombre? ¿Porque se animo a llegar en su ayuda? ¿Vive en Santa Cecilia? ¿En serio en lugar de agradecerle por su ayuda lo golpeo con la bota? 

- Hija que fue ese... ¿Imelda? No puede ser...Mija que te paso!?- Era normal que su madre se pusiera de ese modo, ya que la niña estaba llena de lodo, mirando hacia el horizonte y con una bota en la mano, corrio en su auxilio despertando así del transe a la chiquilla - Dime que paso? Te lastimaron? Te duele aquí, aquí o aquí? - le pregunta mientras le toca distintas partes de su cuerpo, como era de esperarse Imelda no quiso mostrarse frágil, así que después de asegurarle a su mamá que estaba bien y no le dolía nada, paso para atrás un mechón de cabello que tenía en su cara y dijo señalando a la cerda que la había empujado:

- Yo lo advertí!- voltea a ver a su mamá- ¡Quiero a ese animal hecho pozole!- con eso su madre quedo más que convencida de que su hija estaba bien, ahora el verla así,( tan pequeña y delicada, cubierta de lodo, descalza de un solo pie, con su cabello desarreglado completamente y hecha una furia) le pareció sumamente gracioso y en cierta forma tierno, así que mientras trataba de limpiar la cara de su hija con el mandil que traía puesto comenzó a reír divertida y aliviada de que no hubiese pasado a mayores lo que le ocurrio a Imelda, la llevo a casa y mientras se calentaba su agua sus hermanos empezaron a preguntar la razón por la que se encontraba en ese estado

- Te peleaste con alguien?- preguntó Oscar

- No

- Ganaste?- añade Felipe

-No

- No ganó, por eso esta tan sucia y enojada- le susurra Felipe a Oscar, Imelda ya no puede más, estalla y les grita:

- NO ME PELEE CON NADIE POR LO TANTO NI GANÉ NI PERDÍ, ME CAÍ EN EL CHIQUERO POR ESO ESTOY ASÍ ¿CONTENTOS? AHORA DEJEN DE HACER PREGUNTAS Y VAYANSE DE AQUÍ!! - Los dos se quedaron callados un momento, hasta que Oscar rompió el silencio

- Entonces, te caíste en el chiquero? - Imelda en ese momento entendio que no debió de haberles dicho eso, los miró con su típica mirada amenazadora

- No se atrevan a - no pudo terminar porque en ese momento las carcajadas de los pequeños niños de siete años comenzaron a sonar en toda la casa- harta y un poco adolorida se dirigió al baño para ducharse de una vez, cuando salió ya se sentía un poco mas tranquila, comió algo y tomo una siesta, cuando despertó su madre le dijo:

- Lista para tu otra tarea? - Imelda ya no quería hacer nada ese día, pero aún así acepto- tu otra tarea es mas sencilla y agradable, arreglate, toma el bolso de manta y mi monedero, hoy irás al pueblo a comprar algunas cosas- la chiquilla sonrió, por fin iría al pueblo por si sola como toda una mujer independiente, fue a su cuarto y tomo su vestido favorito el cual incluía un rebozo, el bolso y el dinero junto con la lista de cosas que iba a comprar. Salió de casa segura de si misma nuevamente, el camino era algo largo y silencioso, perfecto para meditar, así que su mente comenzó a pensar nuevamente en el chico que le ayudo en la mañana, su conciencia seguía molestándola por no haberle agradecido y que en lugar de eso le haya soltado una lluvia de chanclazos con su bota- " No se quien era solo espero que me perdone y poder verlo de nuevo, para darle las gracias como tiene que ser" -pensaba abochornada, cuando menos penso ya estaba en el pueblo, así que saco su lista y comenzó a ver que era lo primero que compraría

¿Como se conocieron?Where stories live. Discover now