-DIECISIETE-

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No me di cuenta anoche en que momento me dormí, y hoy me despertaba gracias a mi sensual reloj despertador, sensual porque es de una cara de un panda, ya que nadie merece que le llame sensual cuando interrumpe mi sueño de belleza...

Me levante de la cama como pude y me dirigí al baño, me zafe de la ropa e hice mis necesidades, me metí en la ducha y al abrir el grifo el agua fría me recorrió el cuerpo, empecé a temblar levemente por el frio que allí pasaba, nuevamente me percate que había humedecido mi cabello sin querer hacerlo, pero, ya es demasiado tarde, cerré el grifo y después de abrí la puerta de cristal me envolví una toalla al cuerpo y otra en el cabello, me acerque al lavabo para cepillar profundamente mis dientes y al estar lista, salí del baño... Me dirigí al armario y me encontraba en esos momentos de mujeres en el cual no me decidía por cómo vestirme, poseía tanta ropa que no sabía cuál sería la indicada para el día de hoy, me decidí por un pantalón negro rasgado en las rodillas, una camisa de tirantes de color morado y de calzado me decidí por unas vans moradas, ya que mi cabello fue tontamente mojado por mí, este se mantendría suelto y así tendría más confianza de usar una de estas camisas en la universidad, me vestí sin antes ponerme ropa interior y después de ello me acerque a la peinadora, peine como pude mi cabello y le agregue todo tipo de cremas para que se mantuviera en su lugar –aunque se ha demostrado científicamente que eso es imposible- al terminar decidí maquillarme un poco, polvo en mi cara, cuello y pecho descubierto, rubor en mis mejillas, delineado de gato en mis ojos, mascara de pestañas para mejor volumen en ellas y labial negro mate, mi favorito, me sentí una completa rockera incomprendida pero no tenía tiempo para autocriticarme, además, así me encanto... Tome mi respectiva mochila negra y acomode todo lo necesario en ella, cuando estuve lista, salí de mi habitación cerrando la puerta tras de mí, baje rápidamente las escaleras y me dirigí directamente al comedor en donde como siempre se encontraba Ricardo leyendo el periódico con su respectiva taza de café y Kylie en la cocina terminando de hacer el desayuno...

—Buenos días – dije sentándome en mi respectivo lugar...

—Buenos días – dijo Ricardo sin despegar la vista de su periódico

—¡Buenos días! – grito Kylie desde la cocina con su resplandeciente sonrisa que podía notar desde aquí...

Y se acercó con todo lo respectivo del desayuno de hoy, una tanda de pastelillos de carne realmente provocativos con salsas al gusto y de beber un jugo delicioso de uvas, empecé a comer junto con ellos y todo estaba realmente delicioso y casi que la devore, Kylie volvió a servirme otra tanda de pastelillos que comí de igual manera, esta tan delicioso que podría comer mucho y mucho más...

Escuche la bocina del auto de Kylie y para mi sorpresa ya había terminado de comerlo todo, bebí los últimos sorbos de jugo que sobraban en mi vaso y me acerque a Kylie y después a Ricardo para despedirme correspondientemente, tome mis cosas y me acerque a la puerta para salir de la casa, camine hacia el auto de Kendall y me subí en el asiento del copiloto, cuando cerré la puerta la salude a ella con un beso en la mejilla...

Aparco nuevamente en frente de la casa de Lucas y toco su ensordecedora bocina, aunque ya debía de haber escuchado cuando lo hizo en frente de mi casa, somos vecinos, no es mucha la distancia... Lucas no apareció y Kendall volvió a tocar su bocina, yo tome mi teléfono y me dispuse a enviarle un mensaje...

Yo: Hey Lucas! Kendall y yo estamos en frente de tu casa esperándote ¿Iras al instituto? – 07:22am

Esperaba respuesta pero nada que la recibía, empezaba a preocuparme, no sabía si Kendall se encontraba de la misma manera que yo, aunque ella le conoce bastante bien por lo que tengo entendido pero aun así no es motivo para no preocuparse ¿Se enfermó? ¿Le paso algo?

Destinados Al Peligro (En edicion/PAUSADA)Where stories live. Discover now