¿No puedes perdonarlos?

7.7K 552 67
                                    

En la madriguera imperaba el silencio, ni un leve murmullo se atrevía a romper esa paz  antes de que se desate la tormenta. Ron sospechaba que de un momento a otro la situación seria caótica y él era un cobarde que estaba tentado en salir huyendo conociendo de antemano lo iracunda que podría ponerse su madre, de no ser porque a su lado estaba una asustada y temblorosa rubia que se aferraba a su mano.

-¿Mama, Estás bien? -Le pregunto temeroso de la respuesta, lívido y a la espera de los primeros gritos, los primeros reproches.

El silencio se había prolongado por varios minutos, su madre no lo miraba, tenía los ojos clavados en algún punto infinito de un rincón en la sala, no se había movido ni un centímetro de su posición, desde que escuchara que sería de nuevo abuela.

Parecía que el cerebro de la matriarca de los Weasley había dejado de trabajar por un momento, se mostraba serena con la mente muy lejos de ese lugar, quizás incapaz de digerir del todo esa nueva noticia, "De nuevo Abuela".

Miraba a esa esquina de la sala porque dentro de todo ese fluir de emociones contradictorias recordaba a su Ron de niño jugando en esa misma esquina, recordaba con claridad ese pequeño pelirrojo como todos sus hijos y con la cara llena de pecas. Cuantos recuerdos, cuantos preciosos momentos suspendidos en el tiempo solo en su memoria, esas risas, esos llantos, los berrinches y regaños, ese hermoso oso de felpa convertido en araña acosándolo en la cuna; también recordaba esa angustia invadirla en la guerra, cuando no sabía si estaba bien y si lo volvería a ver de nuevo. Fue entonces que llevo sus ajos a encontrarse con el azul de la mirada de su hijo, se levanto del sillón y acercándose a donde estaba Ron lo hizo levantarse.

Pálido el pelirrojo se puso de pie, la miraba esperando una nueva bofetada, un insulto, una sarta de palabras que dejaran claro lo irresponsable que era, porque el mismo tenía que reconocer que era en uno y mas sentidos un irresponsable de primera, pero eso no le restaba que estaba loco de felicidad de saber que pronto seria padre. Estaba ahí buscando el perdón, una oportunidad para enmendar sus errores, sabía que había perdido a una gran mujer por sus estupideces, pero ahora a su lado estaba otra muy diferente a su gran amor, pero al fin ella merecía que la amara y eso iba  hacer.

Por eso la llevo con su madre, para que supiera que iban a ser padres, que si bien las cosas no empezaron de la mejor manera, tenía confianza en que podían terminar bien para todos, para Astoria, para él y para ese pequeño que ya se formaba y latía en el vientre de su mujer.

Ron percibió en los ojos de su madre lágrimas contenidas, lo estrecho en sus brazos como cuando pequeño, como cuando siendo un crio  llegaba llorando, con las rodillas raspadas, y ella lo acogía en su seno consolándole.

Ya no era un niño, era un hombre, pero aun era su hijo, ese pelirrojo testarudo y rudo que peleaba con sus hermanos por subirse primero a la escoba, ese que temía a las arañas, que adoraba comer más que nada en el mundo, ese que le besaba las mejillas para que le perdonara alguna travesura especialmente grande o se escondía en ese rinconcillo en la sala para que no le regañaran, era su hijo, su pequeño que lucho en la gran guerra, que estuvo a punto de morir mientras crecía solo por no abandonar a sus amigos y sus ideales. Si era su pequeño, su hijo, ese hombre que cometió grandes errores, que hecho por la borda su matrimonio y lastimo a una jovencita que no lo merecía, pero era su hijo, su pequeño y bastante había tenido ya con perder a su Fred, para ahora darle la espada a ese terco, insensible  y glotón hijo suyo.

-Son unos irresponsables. -Les soltó de pronto y aunque era un reproche pudieron ver como sonreía esa regordeta pelirroja que tenía todo el amor para darle a ellos y a su futuro nieto. -Anda ven. -Le dijo y tiro de la mano poniendo de pie a Astoria para abrazarla.

TraiciónNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ