VEINTICINCO

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Extrañaba sus labios, maldita sea, me tiene perdido, poco a poco se separa de mi y me sonríe, sin duda estoy muy enamorado de ella y no se como podré asimilar la idea de que ya pronto no la veré por los pasillos de la institución, o corriendo por el parque todas las mañanas, no la veré en ningún lado y eso no podré tomarlo así por así

—Ven— se pone de pie y me extiende su mano

—Para que…— me paso las manos por el rostro e ignoró su mano que aún sigue extendida

—Acompañame a terminar de hacer mis maletas y hablamos

—Así que si te vas...— murmuró en voz baja y deseo que no haya escuchado

—Ya está decidido…— responde— mi mamá pasará por mi mañana en la madrugada

—Ah...

Agarró su mano y vamos hacia su cuarto me siento en la silla blanca de madera que está en su escritorio y admiro como dobla varias blusas y pantalones para luego echarlos a su maleta, luego toma otra maleta y echa zapatos y productos raros, se queda quieta e inclina su rostro un poco hacia mi, me mira por el rabillo del ojo, y me sonríe, la habitación no está a oscuras pero sólo es iluminada por la luz que está en la mesita de noche... Cierra las maletas las baja de la cama y las deja cerca de la puerta, suspiro y me pongo de pie mientras me siento en la orilla de su cama

—Estas ebrio aún— pregunta mientras se pone enfrente de mi

—Poquito— susurro y ella se sienta en  mi regazo con ambas piernas a mis costados

—Se que no me perdonare esto mañana... pero tampoco no me voy a perdonar no haberme despedido de ti, a como se debe— me toma del cuello y juntamos nuestros labios

No hablo, no digo nada. Por que si lo hago me voy a detener y si ella se va mañana quiero despedirme de ella...
Su beso es único, es amor, es una historia infinita, es mis lágrimas y mi dolor, es mi felicidad y mi vida, es perdición y deseo, es condena y libertad. Es todo lo que quiero y sin lo que ya no puedo vivir

Trato de no pensar tanto en lo que estamos haciendo, por que si pienso mucho no lo disfrutaré, se que está mal. Por que ya no somos nada pero la quiero, y no puedo evitar no sentirla una vez más...
Y aquí estoy entrando lentamente en ella, ya chica que me tiene loco, sus uñas se entierran en mi espalda mientras habré ligeramente su boca para soltar un gemido, hundo mi cabeza en el hueco de su cuello y le doy una lenta mordida, busca con desesperación mis labios y me besa desesperada, muerde mis labios y el sabor a sangre me da a entender que me a roto el labio y yo a ella, sonríe mientras cierra sus ojos y se retuerce debajo de mi, la tomo de las caderas y hago mis movimientos, entró y salgo lento pero salvaje, enrolla sus piernas en mi cintura y con sus pies me impulsa a que entre más rápido...
Disfruto cada va y ven, cada gemido, por nuestros cuerpos viajan las gotas de sudor, y está noche las sábanas son testigos de está despida tan salvaje...

Siento mi liberación llegar y pronto la de ella, me mira fijamente y puedo ver como sus ojos se ponen llorosos, y suelta en llanto, la tomo entre mis brazos y nos tapó con las sábanas mientras dejó que lloré

—Soy una estúpida por no valorarte... lo siento, te amo— su voz es tan baja que me cuesta oírla

—Yo también lo hago— beso su cabello y la abrazo más fuerte cierro mis ojos para evitar que salgan las lágrimas, que me recuerdan que ya mañana no estará acá...

se queda dormida mientras yo pienso con mi mirada fija en el techo que  hicimos el amor. Hicimos el amor en medio de la tristeza...

Propiedad De Karol SevillaWhere stories live. Discover now