— Yo. —respondió y clavo el mismo cuchillo que había usado antes en James, pero este desapareció, una risa se escuchó a lo lejos.

— No puedes asesinarme niña, pero yo sí puedo asesinarte a ti,

Isabelle estaba por decir algo, pero el hielo debajo de ella se rompió enviándola al fondo del agua, abrió los ojos y comenzó a nadar para la superficie, pero el agujero por donde cayó no estaba ahí, intento romper y hacer magia, pero nada la sacaba, sus pulmones comenzaron a arder y dejo de intentar, sus ojos se cerraron poco a poco.



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Un grito estruendoso se escuchó por todo el lugar logrando que varios tengan que tapar sus oídos, habían usado a una banshee como arma asesina de algunos magos, Stefan Bennett no sabía que eso era posible hasta que lo llevaron a el mismo frente a la mujer que había ayudado a su hermana, habían puesto a una pequeña niña que no pasaba de los nueve frente a Britt Hayes.

Stefan recordaba haber leído algo sobre las banshees en uno de sus tantos trabajos, sabía que algunas eran más fuertes que otras y quizás esa era la razón por la que Britt había entrado a Salem, su grito era capaz de matar a alguien si ella lo quería y no fue agradable ver a una niña sangrar por sus oídos hasta acabar en el suelo agonizando.

— ¡No la maté! —gritaron, Stefan observó entrar a James y a una mujer a la habitación— Si la mato este cuerpo también muere.

— Eres tan imprudente.

— Mira quien habla hermanita. —Stefan dejo de observar cuando sintió la mirada del azabache sobre él, los pasos se escucharon aún más cerca hasta que su cabeza fue alzada para que mirara a James, un quejido salió de entre sus labios cuando el agarre en su cabello se intensifico— Tu debes ser Stefan Bennett, eres más parecido a tu hermana que Alexander.

— No sé qué quieres de mí.

— ¿De ti? No mucho la verdad, solo serás un daño colateral en todo esto, mira te explico: necesito tres sangres puras, dos banshees, la sangre de unos cuantos muggles y a tu hermana.

— Hay más sangres puras.

— Lo mismo pensé yo —rio—, pero tu sangre al igual que la de Scorpius Malfoy y la de mi tercer invitado que aún no viene, son especiales.

— No vas a salirte con la tuya. —susurró el castaño y el azabache volvió a reír para luego golpear con fuerza el rostro de Stefan.

— Ya lo veremos.



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— Despierta.... —susurraron, Isabelle se removió y abrió los ojos de apoco, la cabellera pelirroja de George Weasley fue lo primero que ella vio, un suspiro de alivio salió de entre sus labios cuando vio los ojos verdes de la chica, acaricio un poco su cabello y se levantó para darle espacio a ella.

— ¿Dónde estoy? —susurró.

— En la madriguera, Ted y Hugo te encontraron hace tres días y te trajeron hasta acá, tu madre debe estar...

— ¡George Weasley no vuelvas a asustarme de esa manera!

— Ya llego. —rodó los ojos, pero no pudo ocultar la sonrisa en su rostro ante la voz, se acercó a la mujer castaña y esta comenzó a golpearlo mientras decía que había otras maneras de informar las cosas y no como él lo había hecho, luego de varios golpes más la mujer caminó hacia su hija, tomó de su mano y la beso.

Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora