—¿Quién creía que tu aroma era feo?

Todo rastro de enojo se borró de Tae, para dar paso a una de esas sonrisas geométricas que a Seokjin le gustaban tanto.

—Oh, ¡es cierto! —exclamó Taehyung, volviéndose hacia Jin—. No me lo vas a creer. ¡Fui a la casa del Ermitaño! Y descubrí que su nombre es Min Hyunkwan. Suena poderoso, ¿no crees? ¡Y tiene una casa enooorme! —Dio un giro por la habitación abriendo los brazos para reafirmar su punto. Seokjin tuvo que moverse para no ser golpeado sin querer por el beta—. Me dio estofado y dormí en una de sus habitaciones.

Seokjin le miró suspicaz.

—Estás mintiendo.

—¡No! —Tae se echó a reír, sonoramente, pero la sinceridad era palpable a través de sus palabras. —Sé que suena como una de esas historias que cuenta ese alfa en la plaza. ¡Pero es la verdad! Además, mi olor es la prueba, Jinnie. Hizo que me bañara, porque según él, olía horrendo y estaba apestando su hogar.

Seokjin se acercó y olisqueó sutilmente a Taehyung. Su piel tenía el mismo aroma de siempre. 

—Debe ser porque él es un alfa—dijo, posando una mano sobre su mentón, pensativamente—. Son muy sensibles a los aromas. —Luego alzó un dedo cuando se le ocurrió otra idea, ante la atenta mirada del beta—. O puede ser que tal vez yo muy esté acostumbrado al tuyo, Taehyungie.

—¿O sea que siempre huelo mal y tú solo eres inmune a mi aroma?—preguntó Tae, ladeando la cabeza.

—¡No! ¡No es eso! —se quejó Jinnie, con una risita.

—Eso es lo que se entendió, omega insidioso—bromeó el menor, acercándose a Jin y golpeando su frente con un dedo.

El omega cerró los ojitos, tiernamente, y Tae sintió una especie de dolor en su estómago, así que tuvo que tragar saliva. Era increíble lo adorable que podía ser Jin sin siquiera pretenderlo.

—¡Basta! —exclamó Jinie, tomando la mano de Taehyung para alejarle.

Pero no la soltó.

Ambos se miraron en ese momento, sintiendo la calidez de la mano del otro. El cosquilleo en el estómago de Tae se acrecentó, así que soltó la mano del omega con nerviosismo. En cambio, caminó hasta la parte delantera de la tienda. Ahí sintió un aroma potente y algo desagradable.  

—¿Vino tu jefe a la tienda hoy, Seokjinie?

El interpelado frunció el ceño.

—No. ¿Por qué? —preguntó Seokjin, siguiéndole los talones. 

—Ohgggg—se quejó Tae, tapándose la nariz con dos dedos y haciendo que Jinie chocara con él. Se dio la vuelta y observó el hermoso rostro del omega—, es que aquí huele mucho a alfa. 

El rostro del omega se iluminó en ese momento, comprendiendo.

—¡Sí! Estuve preparando el perfume de alfa que me pediste. ¡Creo que lo logré!

Había pasado toda la tarde trabajando en la tienda. Jin trabajaba en la perfumería del pueblo desde que tenía doce años, bajo el alero de un alfa amable que había decidido contratarlo para crear perfumes junto  él. A su hijo no le gustaba el negocio, así que vio en Seokjin la oportunidad de continuar con el arte de crear perfumes. Le había enseñado todos los secretos para crear un buen perfume, con aromas que ayudaran a ensalzar los aromas naturales de las personas y crear mezclas irresistibles. Era un trabajo que Seokjin disfrutaba mucho. Era por eso por lo que, cuando Tae le pidió crear un perfume que tuviera un aroma semejante a un alfa, el omega se había tomado la tarea como un reto.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now