- ¡Papá! - solte mi hamburguesa- ¡papá!- volví a gritar con la poca fuerza que tenia.

-¿Que pas...? - caí de rodilla y luego mi cuerpo se tumbo por completo en el suelo- ¡cariño!- como si fuese cámara lenta vi como dejaba caer sus cosas para comenzar a correr en mi dirección.

Todo se puso nublado, las voces eran cada segundo más lejanas y... Simplemente me desconecte.

Solo recuerdo escuchar el ruido de la ambulancia.

                             (...)

Un leve pitido comenzaba a sonar, lo extraño es que este tenia un ritmo.

Ahora escuchaba un pequeño murmullo. El sentido tacto regresó a mi junto con la sensación de que alguien apretaba mi mano, la sensación es muy plástica por alguna extraña razón.

Exhale pesadamente, ¿que pasó?, ¿donde estoy?; estas y más dudas aparecieron, pero simplemente no podía resolverla, por alguna extraña razón mis ojos no se abrían...

Espera... No puede ser. La sensación de parpadear esta ahí, entonces porque...

- ¡¿Papá?! - me quise levantar de golpe.

- ¡Lissa!- lo que pensaba era la mano de mi padre me sostuvo del pecho para regresarme a mi posición inicial- tranquila, cariño estas bien... Estas bien...- este último lo dijo más para el mismo que para tranquilizarme- ¡enfermera! ¡Doctor!- su voz sonaba como si algo la bloqueara.

- ¿Que pasó?, ¿por qué...porque no puedo... Ver?- su mano apretó con fuerza la mía. Mi pecho subía y bajaba de manera descontrolada- ¿que paso? - volví a preguntar muy nerviosa.

- ¿Que? ¿No pudes...? - la voz de mi papá fue cortada por lo que yo creía era el ruido de una puerta.

- Necesito que le hagan un pequeño chequeo. Revisen su temperatura, su presión arterial, respiración y palpitaciones- sentí como mi papá soltaba mi mano. Una persona nueva me sostenía del pecho y espalda comenzando a crear una ligera presión.

- Es mejor que te relajes y respires. El doctor está aquí para explicarte lo sucedido, ¿bien? - confundida asentí a la tranquila voz de la enfermera

- Es bueno que haya despertado, señorita Lissa. Estábamos preocupados pero es muy fuerte.

- ¿Que me pasó?, ¿por qué...?¿Mi vista no sirve?- escuche como el doctor suspiro de una manera un poco pesadamente.

-Bien, Lissa... Cuando llegaste aquel día- ¿aquel día? ¿De qué habla?  Llegue hace apenas unas horas- estabas convulsionado...

Esto no puede estar pasando- ¿aquel día? Habla como si eso hubiera pasado hace muchos años- un silencio ensordecedor lleno la que, obviamente es, una habitación de hospital.

- Estuviste en coma... Por dos semanas, cariño- trato de decir mi papá de una manera sutil. Trague saliva.

¿Dos semanas? Es mucho para mi cabeza no puedo, simplemente no puedo asimilarlo

- Tu temperatura era de 40- interrumpió el doctor- ese nivel es muy peligroso, por eso tu cuerpo colapso. Eso significa que tuviste un caso de meningococo, el cual empeoró y te causó una meningitis bacteriana- no entendia nada de lo que decía- estuviste expuesta a una  bacteria la cual te infecto de manera respiratoria... Dime, Lissa. Días antes de esta situación ¿tuviste dolores de cabeza? -diablos...

- S-si- dije con un poco de miedo.

- ¿Cuántos días?

- Tres... Y en una de esas noches recuerdo... - suspire- recuerdo haberme levantado con mi blusa completamente mojada de mi sudor.

Te Siento (Andrew Garfield y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora