6. Olor a duraznos.

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No entiendo porque las mujeres creen que el día su boda va a ser la más feliz de su vida. La realidad es otra. Me casé, sí, fue una ceremonia muy hermosa, mi madre y mi hermana lloraron, mi madre de felicidad al ver a su único hijo desposarse y el corazón de mi hermana se rompió. La evité después de mi conversación con Alexander. Tenía que protegerla. La nueva Reina Seelie Queen, Simon hizo comentario sobre lo irreverente de su nombre, lució más hermosa que nunca. Después de la misa, pasamos a la coronación, medios de la prensa, familias importantes, el presidente de Estados Unidos de América, todos fueron testigos de la Boda Real. Franklyn Queen entregó a su hija como quien se desprende de su más sagrado tesoro. Las damas de la corte fueron miembros de la antigua realeza de Suecia, amigas de Seelie. Los cánticos fueron en latín. Mi Reina se veía feliz, con una sonrisa radiante. Mi corazón se estremeció cuando emití mis votos, sabía que no eran reales, la persona a la que imaginé frente a mi, fue a mi pequeña amante. Era irónico, porque no me sentí tan fascinado por mi Reina Seelie, como ocurrió en la ropería o cuando estábamos solos. 

Al terminar la ceremonia, hicimos un recorrido por todas las calles de Idris en carroza, parecía un cuento de hadas. Dijeron todos los presentes, los habitantes de Idris salieron a las calles, fue una situación muy hermosa. Entendí porque Lucian dijo que lo más recomendable para aplacar la situación era una Boda Real, que todos creyeran que la esperanza continuaba, que el amor existía, que dos personas podían ser felices, que la Reina Seelie y yo procuraremos por ellos. 

Cuando finalizó el recorrido, fue la celebración junto al Lago Lyn, varios comentaron que hace siglos fue la última boda que se festejó ahí. Se consideraba sagrado. Bailé el vals nupcial, con mi querida esposa, nos dimos algunos besos, pero no hubieron palabras que pudiera expresar. Más tarde vi a mi hermana marcharse. Miré hacia Alexander, con su mirada entendí que no podía ir detrás de ella.

Ahora pienso que debí hacerlo. La fiesta terminó al amanecer, fue un espectáculo de la naturaleza hermoso, el Rey Franklin mencionó que los dioses debían estar contentos por la unión entre los dos. 

La Reina Seelie subió al mismo vehículo que el mío, donde adelante iba Alexander acompañando al chofer.

-Fue la mejor noche de mi vida -Afirmó ella.

-También la mía. -Dije con una sonrisa fingida.

-Ahora descansaremos un poco, tengo las maletas listas para que vayamos a nuestra luna de miel.

Ella me agarró la mano. Yo entrelacé mis dedos con ella, tuve que ser educado. Al momento de arribar al palacio, todo eran gritos y desesperanza, la voz de mi madre pidiendo que traigan al doctor Bane.

Yo fui hacia dónde venían los gritos, era la habitación de mi hermana, agua regada en todo el piso, mi madre abrazándola, vi la sangre, mi hermana, no, mi amada se cortó las muñecas, quiso suicidarse, sabía que estaba viva porque vi sus ojos arrugados. Me quité el saco.

-Kaelie lleva a la Reina a nuestra habitación, yo me encargaré de esto.

-Pero mi Rey, en lo que yo pueda ayudarte.

No la escuché, vi que los criados ya limpiaban el baño. Ordené a Alexander llevar a mi hermana a su cama. Lucian me informó que el doctor Bane ya venía en camino. Abracé a mi madre y le prometí que mi hermana se pondría bien. Yo era el causante de esto, conocía los manuscritos sagrados, conocía los riesgos, quise creer que nosotros seríamos diferentes, que las historias contadas ahí eran mentiras, exageraciones, ahora veía con mis propios ojos la realidad. 

El doctor Bane logró estabilizarla, culpó a la depresión que al parecer continuaba en ella. Y aquí estoy a su lado, le prometí a mi madre que no me separaría de ella hasta que despierte. A Alexander no le pareció mi decisión, pero de él me ocuparía luego. Quería posponer o cancelar el viaje a la luna de miel, necesitaba quedarme a su lado. 

EL HEREDEROWhere stories live. Discover now